martes, 6 de mayo de 2008

El lenguaje del cuerpo

Hola a todos:
Una vez me dijo Luis Miguel que una cosa era comprender y otra sentir, y qué razón tenía.
Y describirlo, explicarlo… imposible.
Sientes con el corazón, con el cuerpo, con el alma…
Comprender lo hacemos con la mente, con nuestra parte racional.
Al intentar describir lo que sentimos, lo intentamos racionalizar, lo comparamos, lo catalogamos y nos faltan palabras.
Por lo menos yo me considero incapaz de explicar con palabras mis sentimientos, mas allá de un bien o un mal, un estoy feliz o estoy triste, cómoda o desesperada. Faltan tantos y tantos matices...
Pero… y los de los demás? Porque si con sus palabras no me los pueden contar, hay alguna forma de saber cómo se sienten?
La única forma de aproximarnos, que no entender, a los sentimientos de quienes nos rodean, sería saber interpretar el lenguaje del cuerpo, porque los sentimientos producen siempre efectos en nuestro cuerpo.
Alguien amargado tiene un semblante especial, alguien enfadado es fácil de detectar. Se aprecia con rapidez un gesto de envidia aunque se intente disimular. Descubrimos con rapidez la hipocresía de nuestro interlocutor.
Detectamos por la forma de mirar quien nos miente y quien nos dice la verdad.
Alguien feliz irradia su estado por los poros de su piel. Alguien sereno, alguien tranquilo...
Los buenos sentimientos producen cambios positivos en nuestro ADN, y nos transforman, nos regeneran y nos dan calidad de vida. Nuestras glándulas segregan distintas sustancias según nuestro estado de ánimo, endorfina, oxitocina, adrenalina, etc. y esas sustancias producen unas determinadas consecuencias: bienestar, afectividad, ternura, rapidez de respuestas...
Quien sepa interpretar estas señales, quien sepa leer los movimientos de un cuerpo, la expresión de unos ojos, su paz o inquietud, quien alcance a entender sus variaciones, tal vez se acerque a lo que siente esa persona, mucho más que si escribiera un tratado.
Porque el cuerpo no habla con palabras, el cuerpo no utiliza un lenguaje racional, aunque es cierto que no todos permitimos que nuestros cuerpos digan lo que nuestra mente aún no está preparada para contar.
Pero siempre hay cosas que escapan al control de la mente, emociones y sentimientos difíciles de esconder…emociones y sentimientos que trascienden esa piel que nos comunica y nos separa del entorno.
Creo que al final lo más sencillo es concentrarnos en sentir, sin intentar comprender, porque seguro que esa persona a quien le importa cómo te sientes, sabrá leer en tu cuerpo sin necesidad de explicaciones.
Muchísimos besos a todos.

2 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

La empatía debería de ser una asignatura que se estudiase en las escuelas. Nos ahorraría muchos problemas y nos ayudaría a ver las cosas de otro modo, con los ojos de los demás; nos haría más humanos y comprensivos.
Mariola, ultimamente estás que te sales con tus escritos. Tú sí que podrías hacer un tratado.
Un fuerte abrazo.

mariola dijo...

Je je... me ha hecho gracia lo que me dices, Pedro, y gracias.
Estoy en proceso de transformación de mi ADN, y fabricando sustancias de esas que nos hacen la vida mejor, por toneles.
Realmente atravieso un momento en mi vida muy satisfactorio, y supongo que esas cosas se notan en todo lo que decimos y hacemos.
Espero que algo os pueda contagiar.
Muchísimos besos a todos.