jueves, 26 de febrero de 2009

La burra en el fango


Hola a todos:
Os cuento un secreto... desde hace días, Luis Miguel me está cayendo cada vez peor, me parece inaguantable, un petardo. Por qué? Muy simple: por sus preguntitas que me tienen todo el día rumiando... yo que tengo tendencia natural a dar vueltas y vueltas, lo que me faltaba era que alguien añadiera preguntitas con enjundia.
Evidentemente es broma, tú lo sabes. Siempre me encantó profundizar en las cosas, siempre fui un paso más allá en mis preguntas ante las primeras respuestas, ante las evidencias, y reconozco que las cuestiones que planteas me hacen comprender muchos de mis errores.
Yo sigo aquí dando vueltas a la pregunta sobre la función primordial, sabiendo que seguramente, ese camino de pensar y pensar no me llevará a una respuesta, pero sí conseguiré al menos, descartar “funciones equivocadas” que me lleven por derroteros no deseados.
Para empezar, no sé muy bien quien dijo que el ser humano tuviera que cumplir función alguna, seguro bastaría con la no destrucción de su entorno para justificar su paso por la tierra, porque si no destruyo, es que construyo y alguna aportación haré a la vida en el planeta.
Si el concepto función lo tomo al pie de la letra... por ejemplo, si yo hubiese nacido a esta vida para poner un tejado, mi función estaría perfectamente cumplida al terminarlo adecuadamente, las tejas colocadas y ensambladas de forma que protejan la estancia de las lluvias, etc.
Pero la función del ser humano, su función primordial, entiendo yo que no puede circunscribirse a una función meramente material, física... porque digo yo que para algo nos dotaron de un cierto intelecto, reconozco que no siempre acompañado de la habilidad necesaria para convertir dicho intelecto en una herramienta útil a la humanidad.
Esa función primordial debe mas bien estar relacionada con la parte espiritual del hombre, de hecho, ya dió pistas Luis Miguel al decir que la mente no tiene herramientas suficientes. Y como dicen en mi pueblo... “ya estamos con la burra en el fango”.
Sólo hay un algo que tengo más o menos claro. No sé si realmente nací a la vida para cumplir una función, ni conozco cual puede ser esa función, ni creo que jamás lo consiga... al menos por esta vía.
Quizá deba tomar el camino en sentido contrario. Quizá si me centro en comprobar qué tipo de cosas me hacen sentirme útil, qué cosas me llenan y considero pueden ser de cierta utilidad a los demás o al entorno, me acerque a una cierta comprensión de esa función.
No intentaré darle nombre, definir ni especificar.
Compruebo que alcanzo un estado de felicidad y plenitud, de tranquilidad, en aquéllos momentos en los que considero que mi actuar hacia los demás, el entorno y yo misma, es coherente con mis sentimientos, mis emociones, mis valores y principios...
Cuando comparto, cuando doy, cuando me solidarizo, cuando escucho, cuando abrazo y cuando beso, en definitiva, cuando el amor es el motor de mi vida.
Muchísimos besos a todos.

miércoles, 25 de febrero de 2009

La respuesta fácil

Hola a todos:
En la anterior entrada de Luis Miguel nos planteaba a todos una pregunta, y aún a riesgo de contestar demasiado pronto, quería expresar lo que he estado pensando desde que la leí.
Cual es nuestra función? la del ser humano?
Supongo que la primera respuesta que nos aparece en la mente, la respuesta fácil, es la de asociar nuestra función al hecho de dejar una huella, que nos recuerden nuestros allegados por alguna cosa que hayamos realizado.
A estas alturas de la civilización donde la penicilina ya se descubrió, se pisó la Luna hace muchos años y la cocacola es centenaria, poco vamos a aportar al mundo e iluso resulta pretender un recuerdo en los libros de historia o ciencia.
Si cerramos el círculo de pretendido recuerdo a quienes nos conocen de forma directa, padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, vecinos... idem de lo mismo. Soy una abogada más de los mas de mil que ejercen en mi ciudad, muy querida para mi familia y amigos (seguramente poco objetivos) y una desconocida para mis vecinos.
Significa eso que nadie me recordará cuando abandone esta forma física actual? Seguro que no porque yo recuerdo a quienes ya se fueron.
Es posible que mi función (si alguna vez descubro cual es) esté relacionada con el recuerdo futuro? y por qué futuro? por qué no ahora? y por qué mi función tiene que relacionarse de algún modo con si los demás la reconocen o no? si me rodeo de insensibles ya no la cumplo?
Por aquí no parece que vaya bien, por aquí no voy a llegar a ningún tipo de respuesta sensata, evidente. Lo miraré desde otra perspectiva.
La pregunta era sobre la función del ser humano, por qué circunscribir la respuesta a mí sola?
Si pienso en los demás, me va a ocurrir lo mismo. Los aprecio mas o menos según lo que me aporten? Seguramente sí, aunque el hecho de que me aporten mas o menos, poca o ninguna relación tenga con que cumplan su función.
Y si me lo planteo respecto de tooooda la humanidad, entendida como un todo, todos los seres humanos relacionados? Ya la cosa se complica, no estamos acostumbrados a prescindir de nuestra identidad de gotas únicas para permitir sin más que se fundan en el gran océano. Pero lo intentaré.
Ese gran océano tiene una gran capacidad de amar, pero no lo hace, o no todo lo que debería. Ese gran océano, a menudo, se deja contaminar por el odio y destruye todo cuanto está a su alcance.
No quiero dar una visión pesimista, porque tengo claro que el océano es vida, es oxígeno para el mundo, forma las nubes que con su lluvia riegan los bosques y los campos, es el hogar de los peces, la erosión que da forma a los acantilados.
Me quedaré con esa función. Amarlo todo, para oxigenar, dar abrigo, ayudar, dar agua. Sencillamente formar parte del ciclo de la vida.
Por qué pensar que nuestra función es distinta de la de los otras seres que pueblan el planeta? Por qué nos vemos distintos y superiores? Y si solo nos miramos como una pequeña pieza de ese gran engranaje?
Creo que seguiré pensando... y sintiendo...
Muchísimos besos a todos.

domingo, 22 de febrero de 2009

El amor del árbol.

Un saludo a todos de todo corazón.

Es curioso cómo en la lengua española cuando nos disponemos a expresar un sentimiento de amor utilizamos otro término. No solemos decir "te amo", sino "te quiero".
¿Puedes ver el carácter de posesión que llevan implícito estas palabras?.
"Te quiero".

En realidad, y esto está pasando aquí y ahora, en todas partes, lo que queremos decir es:
"Te quiero para mí. He encontrado en ti determinadas características que me son de vital importancia. Ni siquiera sé a ciencia cierta si las posees de verdad. O incluso que al final, eso que veo sea lo que necesito. Pero, independientemente de como seas, te necesito. Te quiero como objeto, porque obtengo mucho para mí. Es cierto que tú también me exiges algo a cambio, pero estoy tan excitado/a con conseguirte, que no me importa lo que me digas, lo que me pidas. Ya se verá".
Y está claro que se ve. La semana pasada se habló en los diarios de una estadística de un divorcio en España cada cuatro minutos. Independientemente de lo que podamos confiar en las estadísticas, la verdad está ahí a la vista, en nuestros familiares y amigos. Un divorcio cada cuatro minutos no nos parece exagerado, ¿verdad?.
Pero esto no trata del matrimonio. Ni del maltrato, ni de la infidelidad, ni de los hijos abandonados a su suerte.
Trata sobre el amor.
Hemos estropeado, a base de no saberla emplear, una palabra que tiene mucho por enseñarnos.
¿Qué es el amor?
¿Por qué decimos "te quiero" y no "te amo"?
Ayer por la tarde, hizo bastante calor. En el parque, me senté a la sombra de uno de esos grandes árboles. Las flores me regalaron su aroma. El viento fresco del atardecer me acarició. Y todo a mi alrededor hablaba de amor.
Una rosa, como dice la canción, es una rosa. Su función lleva implícito su olor. Y nos lo regala sin pedir nada a cambio. Sin querer o no querer. Una rosa es una rosa. No puede hacer otra cosa que amar.
El árbol me regala su cobijo, y bajo su sombra no experimento posesión. No me quiere para él. No me repudia de su lado. Incondicionalmente me ofrece lo que tiene. Porque un árbol es un árbol.
Ahora bien, si esto es así. Mi pregunta, que va dirigida a todos vosotros es:
¿Qué podemos dar entonces los seres humanos?
Al fin y al cabo, una persona es una persona.

¿Qué se está perdiendo en el proceso? ¿Cuál es tu verdadera función?
Ésta es una de esas preguntas que cualquiera que pretenda ser un auténtico ser humano debe meditar y contestar.

Entonces que así sea: ¡Meditad! ¡Contestad!
Gracias a todos, los que parecen y los que son, seres humanos, por estar ahí fuera.

domingo, 15 de febrero de 2009

Budismo de Pryca

Un saludo a todos desde el corazón.

El Sábado por la tarde tomaba un café, charlando con unos nuevos amigos en otra ciudad, sobre el Dharma y sobre las confusiones que la diversidad del "Budismo de Pryca" provocan en quienes se aproximan a las Enseñanzas.
¿Qué es el "Budismo de Pryca"? Le llamo así al conocimiento sobre el budismo que nace de la proliferación de las librerías de los grandes almacenes.
Y digo "Pryca", porque es el nombre de una gran superficie comercial ya desaparecida en mi país. Pero igual me vale cualquier otro nombre...
Cada vez más personas se aproximan al budismo. Y la información se encuentra más y más cercana. Así mismo la confusión es cada vez mayor.
En esa tarde de Sábado se me plantearon las cuestiones de costumbre, la reencarnación, la posibilidad de otra vida, el karma (sobre este tema hay mucha desinformación), y si era verdad aquello de que el budismo sólo y únicamente se podía estudiar, y practicar, en el templo.
Esta última cuestión me fue curiosa, sobretodo cuando me explicaron que un maestro zen, convidado a dar una charla meses atrás, lo había afirmado categóricamente.
La Verdad Absoluta, no es difícil de comprender, una vez se posee cierto entendimiento. Buda sabía que tales descubrimientos no estaban al alcance de cada uno, así que ideó diferentes aproximaciones en función de la preparación de su interlocutor u oyente. Lo mismo ha sucedido con los diferentes maestros posteriores, y por ello se han ido creando escuelas muy dispares, aparentemente, en dirección y contenido.
Eso no es bueno ni malo. Simplemente se trata de herramientas. Ése es todo su valor. Pero su camino debe de llevar, al final, al mismo destino.
Así que no es cuestión de andar discutiendo qué escuela budista, así como con otras religiones cristianas, islámicas, hindúes, etc, son las mejores, las que muestran la verdad, o las que más adeptos tienen.
No hace mucho, Ytonparequediu me escribió:
"Una vez me comentaste que habia buscadores que buscaban un poco de aqui ,un poco de alla.Yo me considero de esos.Es decir,coger de aqui y de alla lo que te guste para hacer TU PROPIA FILOSOFIA DE VIDA.A mi por ejemplo ,la orden rosacruz,me encanta y el budismo,tambien,y nadie me prohibe ser budista y rosa- cruz si quiero.Porque se puede ser las dos cosas a la vez,porque en el fondo son instrumentos para no ser ni budista ,ni rosacruz sino SER TU MISMO.Y CADA VEZ MAS HASTA ILUMINARTE".
No voy a negar que eso se pueda hacer. Pero ir escogiendo de cada cosa lo que a uno le parece, es más probable que lleve a la confusión y a la desorientación. Sobre este comentario debo decir, con todo el respeto por la opinión y por quien la expresa, que parece que existe un desconocimiento muy importante de lo que es la iluminación, y de lo que conlleva.
En unos grandes almacenes podemos escoger sobre una gran variedad de objetos.
Pero el camino espiritual no es "algo" que podamos adquirir y disponer a nuestro antojo. No obstante, debido a la diversidad de vías espirituales, y si ese es nuestra necesidad, le diría a Ytonparediu, y a cualquiera que se encuentre en la misma situación, que mire muy bien qué dirección encaja mejor con su idea de avance espiritual. Una vez hecho una elección, aférrate a su estudio, y persevera, persevera y persevera...
No como el soldado que obedece sin cuestionar las órdenes de su superior, sino como el científico que va paso a paso explorando y probando cada teoría. Cimentando su estudio desde la comprobación y la práctica. No sólo desde la fe ciega.
Visto el desconocimiento que existe sobre algunos temas budistas, vuelvo a ofrecer este medio para quien sienta la necesidad pueda preguntar.
Además he disponibilizado un nuevo e-mail personal, que desde ahora, se encuentra a vuestra disposición:

Gracias a todos por estar ahí fuera.

jueves, 12 de febrero de 2009

Agradecimientos.

Un saludo a todos desde el corazón.
Todo lo que nos va pasando en la vida nunca nos pertenece del todo. Creemos, por ejemplo, que el coche que conducimos es de nuestra propiedad, que nos lo merecemos. Pero la mayoría de las veces no le damos mérito a las personas que lo diseñaron y construyeron. No agradecemos al trabajador que remachó y ajustó piezas de tu automóvil, ni al panadero que amasó el pan bien temprano cuando aún descansabas.
Quiero agradecer desde este medio, aunque ya lo haya hecho personalmente a cuantos he podido, a todas las personas que de una manera u otra me han ayudado en el camino, y que han contribuido a que ahora pueda recorrerlo de esta otra manera, como reverendo de la Orden Budista Zen de Hsun Yun.
En especial a mi querida Maestra del Dharma, la Reverenda Yin Zhi Shakya, por todo el apoyo, por sus certeros consejos, y por todo lo que todavía le queda por enseñarme.
Y por supuesto, tambien al Reverendo y Abad de la Orden, el Maestro Chuan Zhi. Él es la persona que me "adoptó", dándome desde su linaje el nombre que ahora me corresponde, y que me ha abierto, de par en par, las puertas de la Orden.
Un aparte lo merece quien considero mi primer maestro, y que me guió en mis primeros y torpes pasos en la espiritualidad, José Luis, cuando apenas era un chaval inmaduro y rebelde.
Y qué puedo decir de mi familia, de mis amigos, y de todos aquellos seres humanos de los que tanto he aprendido. No hay blog que pueda contener tantos nombres ni tantos agradecimientos.

¿Y ahora qué?...

¡A seguir trabajando como hasta ahora!
Hay mucho sufrimiento, y muchos seres que liberar de él, ¿verdad?
Pronto podremos hablar de la organización de la Orden Hsu Yun en España, de cómo abriremos un templo virtual en Internet, y quizá también uno físico, aunque humilde y pequeño, en nuestro país.

Gracias a todos, de corazón, por estar siempre ahí fuera.




domingo, 8 de febrero de 2009

El ODIO.


Un saludo todos de todo corazón.
¿Porque guardas tanto odio dentro de tu corazón?
Es muy cierto que las personas acostumbramos a ver el mal ajeno, olvidando que, muchas veces, estamos proyectando aquello que más nos molesta. Es por eso que las personas que sufren de un profundo odio, enraizado muy adentro, no pueden soportar las muestras de ira y de cólera de los demás.
¿Porque guardas tanto odio dentro de tu corazón?
Quizá has olvidado que no se trata más que una reacción de tu cuerpo a una situación, a un recuerdo, a unas palabras, que hace mucho tiempo te hicieron sufrir. Que, en realidad, ese sentimiento que tanto daño te hace durará muy poco tiempo. Y que muchas veces serás tú mismo, querido amigo, el que perpetuarás su propio dolor recordando una y otra vez lo que te hizo sufrir.
¿Porque guardas tanto odio dentro de tu corazón?
Es posible que mucho de lo que hayas aprendido a través del daño y de las malas experiencias, no te sea tan útil como piensas. Como bien conoces, es el trabajo de nuestra mente, por su naturaleza, el evitar que nos hagan daño. Pero lo que quizá no sepas es que todo aquello que nos ha curtido, a base de crear reglas de comportamiento y formas de interrelacionarnos, puede estar también equivocado. Y al final, en vez de evitar el dolor nos provocan una y otra vez más sufrimiento.
¿Porque guardas tanto odio dentro de tu corazón?
Aunque, como te puedes imaginar, somos totalmente responsables de lo que pasa por nuestra mente, y por ende de nuestro odio, es muy cierto que no nos podemos responsabilizar de la mente de los demás. Entonces, sería muy lógico que me preguntases, ¿qué es lo que debo hacer cuando aún que yo sea pacífico me encuentre con personas que no lo sean? Cuando alguien te provoque repulsa con sus palabras o sus actos, puedes preguntarte ¿qué o quien es el que sufre el odio? ¿Qué es lo que defiendo, quién se siente herido? Más que perderte en lo que te han hecho, medita seriamente en por qué te sientes así. A veces, es inevitable en nuestra relación social encontrar ciertas personas con tendencia a dañarnos. No te ancles en el odio, o en la forma de hacerles pagar tu sufrimiento, sino simplemente retírate y déjales pasar como las nubes cruzan el cielo azul. Es inútil razonar con ellos, e intentar una y otra vez hacerles cambiar su punto de vista. Simplemente hazte a un lado.
¿Porque guardas tanto odio dentro de tu corazón?.
El odio es una reacción de tu sistema nervioso, libera multitud de sustancias nocivas para tu cuerpo. Te intoxica psicológica y físicamente. Nubla tu juicio. Erra tu percepción. Envenena tu lengua. Te hace torpe, y como seguramente ya has aprendido, el odio sólo lleva a más odio. Nunca esperes recibir otra cosa que odio a cambio del tuyo.
¿Todo esto significa que no pudo defenderme? No. No, claro que no. Pero hay una gran diferencia entre quien evalúa una situación embriagado por el odio y quien reacciona con un corazón carente de él. Quizá, como te he dicho, sólo haga falta echarse a un lado. Quizá haga falta algo más. Pero sea lo que sea que tengas que hacer hazlo con el corazón limpio, y teniendo muy en cuenta que el dolor sólo traerá más dolor.
El amor es la clave. Y a veces es amor también, y eso lo saben los educadores, el apartarse de alguien que nos daña para esperar que recorra su camino y quizá, llegado el momento de madurez, vuelva nuevamente nosotros..
Gracias a todos por estar ahí fuera llenando de amor vuestros corazones.

lunes, 2 de febrero de 2009

¿Es el Budismo el "Prozac" definitivo?

Un saludo a todos desde el corazón.
Hace unos días paseaba con mi familia por un gran centro comercial. Uno de mis hijos se encaprichó de un juguete. Como no lo compramos, tuvo una gran rabieta, algo inusual en él, pero alguna debía de ser la primera. Se tiró al suelo, lloró y gruñó al igual que un perro salvaje.
Por supuesto que, después de todo ese espectáculo, no consiguió lo que quería. Entonces quedó bastante deprimido durante el resto de la tarde.
Pensé que algo muy parecido nos ocurre también a los adultos.
Bueno, más que parecido... ¡nos pasa exactamente lo mismo!
Vivimos en un mundo competitivo, donde se nos adoctrina en que hay perdedores y ganadores. Diría, bajo mi punto de vista, que lo único que hay son perdedores, porque bajo toda esa presión... ¿se puede ganar algo alguna vez?

¿Por qué sentimos depresión?
Dicen muchos de mis colegas y amigos: "Estoy deprimido/a" "Soy depresivo/a por naturaleza. Mi madre (o mi padre) ya lo fueron...así que..." y toda una sarta de majaderías por el estilo.
Antes de continuar hablando de un tema tan serio como éste, es mejor dejar las cosas muy claras.
¿Qué es la depresión?
Una enfermedad, contestaréis algunos. Una enfermedad mental, otros.
Naaaa.
La depresión, al igual que la ansiedad, el insomnio, y otros sufrimientos por el estilo, son un estado mental. Un sentimiento que surge en nuestra mente durante un corto período de tiempo. Luego desaparece y, más tarde, vuelve a aparecer.
De hecho, no nos deprimimos todo el tiempo, de forma continua (el índice de suicidios podría ser superior al de nacimientos en ese caso, y adiós a la raza humana...)
Tampoco padecemos ansiedad todo el tiempo.
Digamos que sólo aparece en forma de crisis, ¿verdad? Un poco cada vez.
¿Por qué?
Porque como estado mental, osea, como reacción de tu cuerpo a algo, se ha generado una explosión del sistema nervioso. Resultado: depresión.
El punto crucial de todo esto, es ese "algo" que provoca toda la cascada de sufrimiento.
Dicho de otra manera, si estás deprimido es por algo. La depresión no es una gripe que se te pega por andar por ahí. No es un mal ajeno. Es muy personal, y muy tuyo.
"Yo no sé por qué estoy deprimido", dice la mayoría. Se necesita mucho valor para mirar dentro de uno y descubrirlo. Pero no lo olvides, siempre hay un por qué.

Si vamos al médico, y de esto sé bastante ya que soy doctor en medicina, nos podrán recetar medicamentos. ¿Para qué? Para adormecer el sistema nervioso, y así no te sean tan dolorosas las crisis cuando aparezcan.
Cuidado. No estoy diciendo que ir al médico sea un error. La medicación te va a ayudar a recuperarte, dándote el tiempo necesario para que puedas autoexaminarte e ir saliendo poco a poco del agujero.
Pero, ¿no sería mucho mejor poder tener la suficiente atención mental como para detectar el proceso antes de que se desarrolle?
Si me entiendes, también sabrás que todo esto tiene mucho que ver con el funcionamiento caótico de nuestra mente. Vamos por ahí con miles de pensamientos que entran y salen a toda velocidad, sin ningún control. El cuerpo haciendo una cosa, y la mente otra. Una distracción total.
La única forma de mejorar y de curarse, es ver la realidad tal cual es. Sin artificios y mentiras.
Puede que descubras que odias tu trabajo, que no estás conforme con lo que ganas, con tu aspecto, con tu pareja, etc, etc...
Así que en vez de aceptar tu vida tal y como es en verdad, haces lo mismo que hizo mi hijo aquella tarde en el centro comercial. Lloras, pataleas, te revuelcas por el suelo pidiendo la atención de todos. Exigiendo, de una manera equivocada, que se te dé un juguete.

"¡Quiero mi juguete y lo quiero ya!"

Hace 2500 años aproximadamente, un príncipe indio convertido en monje itinerante, pensó seriamente en todo esto. Y encontró una solución válida, incluso para nuestros tiempos modernos. De hecho, aunque la humanidad ha desarrollado la tecnología de forma milagrosa, con todo ese avance, en el campo psicológico nos encontramos en el mismo punto que el "hombre de las cavernas". No hemos dado ni un sólo paso. Sentimos y sufrimos igual, de envidia, celos, miedo, ansiedad, cólera, y, por supuesto, de depresión.
No te hablo de esoterismo, de rituales, ni de complicados cánticos. Todo eso ya existía cuando este príncipe, llamado Siddhārtha Gautama, descubrió la manera de, por decirlo facilmente, liberarnos de todos estos males. Sin magia, sin rezos, sin fe por algo que no puedes demostrar. Sólo hechos palpables que cualquiera puede experimentar.
No digo que sea un camino fácil. Examinar tu mente, descubrir lo que te ocultas a ti mismo, ver tus miedos cara a cara... no. No es fácil. No te confundas si al principio parece que te sientes peor. Pero es el camino hacia algo nuevo, hacia una curación mental y corporal total. La meditación (¿qué es la meditación sino poner atención a lo que pasa por tu mente para conocerla y deshacer los engaños y las mentiras?) será una herramienta de un valor incalculable.

"¿Es el Budismo el "Prozac" definitivo?"
Sí. Sin la más mínima duda.

"¿Y qué pasará cuando obtenga respuestas, cuando sea libre?"
"¿Tendré que abandonar a todos y a todo lo que me rodea actualmente para convertirme en ermitaño, santón o algo parecido?"

Ja, ja, ja.... No quiero ofenderte con mi risa, que es sincera y abierta. Que no te ridiculiza, y busca que rías conmigo lo extraño de tu pregunta.

NO. ROTUNDAMENTE NO.
Cuando seas libre, de verdad, nada de lo que ahora te parece un peso agobiante volverá a serlo jamás. Podrás tener cualquier trabajo y cualquier responsabilidad. Podrás hacer todo lo que quieras.
No quiero exagerar con ejemplos de mi propia vida, pero en verdad te digo que tengo un trabajo de una gran responsabilidad, tengo esposa y dos hijos a quienes adoro, familiares, vecinos, amigos y enemigos, jefes y facturas que pagar...¡Cómo cualquiera!
Una cosa puedo garantizarte: serás mejor esposo, padre, hijo, trabajador, jefe, etc, etc... de lo que lo eres ahora. Posiblemente de lo que jamás has sido.

Puede que encuentres la solución a tu mal por ti mismo, sin ayuda de nadie. Si Siddhārtha, el Buda histórico, lo consiguió, cualquiera puede hacerlo.
Puede que necesites ayuda, y hace falta valor para pedirla.
Puede que precises de apoyo médico y medicación.
Puede que emprendas un camino espiritual para entender todo lo que está pasando.
Sea como sea, es mejor que te levantes del suelo y dejes de llorar y de patalear. Poca cosa podrás conseguir con tu rabieta.

Espero, con todo mi corazón, que muy pronto puedas liberarte de todo ese sufrimiento, para que, además, puedas ayudar a otros a encontrar el rumbo.
Si el Budismo Chan es tu camino, como es el mío, ¡que así sea!.
Gracias por estar sentado, ahí al otro lado, leyendo estas palabras.