lunes, 29 de septiembre de 2008

Qué es verdad?

Hola a todos:
Casi todas las mañanas, cuando voy en el coche, escucho un programa de radio en el que hacen preguntas a varios niños sobre un tema. Me gusta escucharlo porque siempre me ha maravillado la forma de explicar las cosas que tienen los niños, su lógica aplastante mezclada con esa visión en la que aún no terminan de distinguir la realidad de la fantasía.
En concreto les preguntaban sobre sus recuerdos el día que nacieron y las respuestas os podéis imaginar: unos no recordaban nada pero otros ofrecían detalles, de "cómo empujaba porque el tapón estaba muy fuerte y no podía salir" , de aquél que contaba que "él se acordaba de que nació en pelotas" tal cual lo decía el chavalín, una pasada...
Esto os lo cuento al hilo de algo que el otro día aparecía en una entrada de Luis Miguel, en la que nos decía que la vida ante nosotros no es una realidad sino una interpretación.
No creo yo que esos niños mientan cuando cuentan cuanto les costó empujar para salir de sus madres. Pienso que han oído cómo nacen los niños y en su imaginación llegan a formar una especie de recuerdo que no puede ser real pero como tal lo viven y lo relatan.
Y cuantos de nuestros recuerdos son efectivamente reales? Porque partiendo de la base de que sólo procesamos la información que nos transmiten nuestros sentidos, y la almacenamos en base a las emociones que nos producen... cuanta información dejamos fuera? y de la que recibimos, cómo medir la distorsión de las emociones?
No hace mucho, recibí un mail en el que proponían un juego, consistente en contar las veces que unos jugadores de baloncesto se pasaban el balón. Después había que volver a ver el vídeo para comprobar que, al centrar la atención en los pases del balón, no se veía el gorila que estaba moviéndose entre los jugadores, y ERA CIERTO. Lo ví varias veces y me quede absolutamente FLIPADA. Al centrar nuestra atención plenamente en un objetivo, el resto del mundo ante nuestros ojos desaparece LITERALMENTE.
Cuantas veces nos hemos asustado con una sombra que nos pareció...
Cuantas otras andando por la calle absortos en nuestros pensamientos nos cruzamos con un conocido y ni lo vemos...
Cuantas frases habremos malinterpretado...y cuantos gestos...
Cuantos de nuestros recuerdos serán fruto de nuestra fantasía...
Uffff...bueno, una parte de mis recuerdos sí son reales porque los comparto con mis hermanos o amigos, aunque cada uno lo haya vivido a su manera.
Tal vez lo único que sea realmente cierto es lo que siento cuando me abrazan, o me besan, o me hacen reir mirándome a los ojos. Tal vez la verdad sólo se encuentre en lo mas simple, en la piel, eso no creo que me lo haya imaginado, tal vez esos sean mis únicos sentimientos reales y mis únicos recuerdos verdaderos.
Muchísimos besos a todos.

NADA DE NADA.

Un saludo a todos desde el corazón.
Querido amigo:
El otro día, una persona, del equipo con el que trabajo habitualmente, hizo algo extremadamente curioso. Lo curioso no es sólo lo que hizo, sino que ya había reparado que lo hacía habitualmente, casi siempre, a la misma hora. Eran las cinco o seis de la tarde, en uno de los pasillos apartados y poco transitados del quirófano. Apoyada en la pared, esta persona gimoteaba en un acceso de depresión. ¡A la misma hora aproximadamente todas las tardes!
Otros compañeros, al reparar su estado, acudían como moscas a la miel... "¿Qué te pasa?" "¿Te ocurre algo?", etc, etc...
La respuesta era siempre la misma: "No os preocupéis, en cinco minutos se me pasa"...
¡Y efectivamente así era!
Hoy no quiero comentarte de la necesidad de atención de esa persona. Eso ya lo sabemos. Pero sí que es curioso el mecanismo. Es casi un hábito.
Eso me hace preguntarme:
¿De dónde viene esa depresión?
¿Qué la hizo aparecer, y qué desparecer en cinco minutos?
¿De verdad quieres saberlo? DE LA NADA.
Así de claro. En realidad todo está en su mente, pensamientos, recuerdos y todo eso. Pero es en realidad NADA. Se deprimió por nada y se curó de la nada también. Es cierto que hay sucesos desagradables y hasta terribles. Eso es lógico. Pero el proceso depresivo, en aquel preciso instante en el que nada le estaba sucediendo, en el que quizá sólo estaba recordando o auto compadeciéndose... ¡NADA DE NADA!
Y eso me hizo preguntarme otra cosa. Si de nada me deprimo, quizá de la nada pueda hacer exactamente lo contrario. ¡Y efectivamente así es!
Me explico: si de mis recuerdos creo formaciones mentales tipo "no vales para nada", o "todo me sale mal", que me entristecen, es factible hacer lo contrario. Si creo formaciones mentales tipo "estoy feliz", "soy un crack", "consigo todo lo que me propongo", debo de alcanzar estados mentales muy positivos.
¡FUNCIONA!
Normalmente los estados depresivos no están justificados. Repito, es cierto que pasamos por cosas desagradables y terribles en la vida. Pero una vez pasados, una gran cantidad de la población no pueden dejarlos atrás. Cargan con ellos una y otra vez... POR NADA. Así que, sin querer llegar a ser pesado, si de la nada me deprimo... de la nada puedo alegrarme y provocarme un subidón de energía.
Hagamos la prueba. Sin pasar vergüenza, si estás sólo/a, ponte en pié. Ríete con fuerza. ¡Aunque no tengas nada de lo que reírte! Grita en voz bien alta: "Me siento sano, fuerte y FELIZ!" Y sigue riéndote, de los problemas, de los enemigos, de la vida...
¿Cómo te sientes?
Si te sientes estúpido o avergonzado tienes que repetirlo otra vez. Pero lo más normal es que te sientas bien, relajado, y puede que hasta feliz. Esto no es ninguna tontería, es simplemente QUE LA MENTE HUMANA FUNCIONA ASÍ.
Sin más.
Un nuevo ejercicio. Ponte depié y estira el brazo derecho con la palma de la mano mirando hacia arriba. Flexiona el brazo y tócate, si puedes, la parte posterior del hombro.
¿Ya está?
Ahora date unas palmaditas de mi parte, porque te lo mereces, amigo mío.
No lo olvides nunca: si de la nada juegas a deprimirte, de la nada puedes sentirte de maravilla y feliz.
Es tu elección. Es como quieras vivir tu vida.
Y el tiempo pasa...
Gracias por estar ahí fuera.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Las puertas abiertas


Un saludo a todos desde el corazón.
Querido amigo lector:
Ayer se me planteó, por la noche, una cuestión que tiene mucho que ver con la compasión y con mis creencias budistas. Se sale un poco de la línea que estaba tomando con mis entradas anteriores, pero... ¡Qué narices!... ¿Verdad?
Una persona a la que quiero, y que sigue este blog con especial atención, me planteó una cuestión que no es necesario explicar aquí. Al escuchar mi respuesta quedó patente su "desilusión", ya que según me dijo, mi actitud no quadraba con mis escritos en este blog.
Por supuesto se puede decir que la interpretación de esta persona es eso, interpretación. Pero me entristece que alguien pueda sufrir por la idea que alberge de cómo un servidor se debería de comportar ante esto o aquello. Me gustaría aprovechar para explicar un poco el tema de la compasión.
La palabra compasión significa "acompañar". En budismo decimos que sentir compasión es sentir el sufrimiento de los demás como si fuera el nuestro propio. Es tratar el dolor de los demás como si fuese el de tus hijos o el de tus padres. Sentirlo y acompañarlo quiere decir que es un estado mental que nos auto-inducimos. Por supuesto este estado mental sólo nos trae beneficios. Uno de ellos es ver las cosas con una amplia perspectiva.
La misma perspectiva que me ayudó a pronunciarme como lo hice, porque una de las cosas que pienso antes de tomar una decisión es: ¿Cuántas personas se beneficiarán o perjudicarán por mi decisión?
Es una buena pregunta que merece una especial consideración:

¿Cuántas personas se beneficiarán o perjudicarán por mi decisión?

En el caso en cuestión mi respuesta fue muy prudente, ya que, mucho me temo, por querer ayudar a una sola persona puedo dañar a un conjunto de ellas.
Siento mucha compasión por la humanidad, por los marginados, por los pobres. Pero el sentido común me dice que dejar las puertas abiertas de una casa para que cada uno tome lo que quiera no es una buena decisión. Sobretodo cuando la casa no es mía, o pertenece a alguien más.
De momento dejaré abiertas las puertas de mi mente y de mi corazón. Ahí tengo amor y compasión de sobra para todos.
Gracias por estar ahí fuera.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

¿Tolerar o disfrutar? This is the question...

Un saludo a todos desde el corazón.
Hace muchos días que no pasaba por aqui, y hoy he decidido venir a saludarte, querido amigo.
Los médicos tenemos acceso a infinidad de estadísticas. Hay empresas que hacen porcentajes de cuaquier cosa, porque cualquier cosa es susceptible de ser medida.
Uno de esos estudios me ha llamado poderosamente la atención, y quería comentártelo:
Dicen que 4 de cada 5 personas no disfruta su trabajo. Lo tolera o lo sufre, pero no disfruta de ello. Dicen también que 4 de cada 5 personas no disfruta de su vida social y familiar, que la tolera en su mayoría, o la sufre. ¡Cuatro de cada cinco personas sólo toleran su matrimonio!.
¿Sabes que significan 4 de cada 5 personas, amigo mío? Son el 80%. ¡El 80% de las personas es una cifra demasiado grande!
Aunque si te digo la verdad, sólo hay que darse un paseo por una calle abarrotada de gente para darse cuenta que estos números, quizá, tienen mucha razón.
Estas dos últimas semanas estuve pensando muy seriamente en todo esto. Llegué a una pregunta fundamental:
¿Estoy disfrutando o estoy tolerando mi vida? ¿Vivo cada día lleno de emoción y entusiasmo o simplemente vivo, pasando el tiempo, procurando que no me hagan mucho daño, mantenendo un estatus equilibrado?
No me gustó nada la respuesta a la que llegué, si quieres que te sea franco. Así que he pasado estas últimas dos semanas muy ocupado, hasta tomar una importante decisión.
Si he vivido como hasta ahora, ha sido sólo porque yo mismo lo había decidido así. Puede que quiera escudarme y echarles la culpa a las creencias que me enseñaron, a la sociedad que parece manejarme a su antojo, a la crisis, a la política, a la religión...
¡BASTA!
Hoy sólo quiero darte una frase. Algo para que pienses, si es que lo que te acabo de contar te ha turbado tanto como a mí.
La vida ante ti no es más que una mera interpretación y no la realidad misma.
Lo voy a decir otra vez pero más alto, para que no haya confusión:

¡LA VIDA ANTE TI NO ES MÁS QUE UNA MERA INTERPRETACIÓN Y NO LA REALIDAD MISMA!

Te pondré un ejemplo. Esta mañana, hace unos minutos en realidad, escuchaba a un compañero quejarse de la crisis económica que atraviesa nuestro país. Pero en realidad no es que haya crisis (sí, sí, escucha esto atentamente), sino que es como él interpreta la situación que recibe a través de sus sentidos.
A pesar de todos los hechos que esta persona me quiera ilustrar, me está dando su interpretación. Ante los mismos hechos, otras personas no experimentan crisis, sino una oportunidad para enriquecerse y prosperar.
La vida ante ti no es más que una mera interpretación y no la realidad misma.
¿Crees que no tengo razón?
Pues eso está muy bien. Porque así será la vida para ti. ¿Quieres crisis? Pues experimentarás crisis. Así es como funciona.
Vivir una vida plena, llena de entusiasmo y logros, sería una forma muy inteligente de pasar el tiempo que nos queda, ¿verdad?
No voy a dejar que esto quede así. Poco a poco iré contándote otras cosas.
Pero como te dije, hoy sólo quería dejarte una frase.
Lo que hagas con ella después es sólo cosa tuya.
Gracias querido amigo, por estar siempre ahí fuera.

martes, 16 de septiembre de 2008

Recomponiendo el mundo.


Un saludo a todos desde el corazón.

Oí una vez que estaba el padre muy ocupado leyendo su periódico en el sofá. El niño se le acercó inquieto: "Papá...papá".
"Ve con tu madre, anda..." le dijo sin quitar la mirada de la sección deportiva.
Poco rato después el niño volvió a su lado. "Papá...papá..."
Viendo que no se le iba a quitar de encima facilmente, el padre arrancó un trozo de hoja donde se veía una imagen del planeta tierra. Lo partió en varios pedacitos y se los entregó diciendo: "Ahí tienes un puzzle para que te entretengas".
El niño se marchó todo contento y el padre respiró aliviado. A los pocos minutos el hijo volvió todo orgulloso: "Aquí lo tienes papi, lo terminé"
"¡Pero eso es imposible!", gritó el hombre una vez comprobó que, efectivamente, el planeta estaba totalmente recompuesto. "¿Cómo lo has hecho?".
"Ha sido muy fácil", dijo triunfante, "me he dado cuenta que al otro lado de la fotografía había la de un hombre. Así que juntando la imagen del hombre, se juntó la imagen de su mundo también".
Una historia muy hermosa.

Jiddu Krishnamurti, decía "el hombre es el mundo, el mundo es el hombre". Creo que en este caso sobran más explicaciones. Hemos analizado el funcionamiento de la mente. Hemos visto lo que toda esa agresividad y el miedo puede conseguir. Pensamos que nuestra vida es sólo nuestra y que no es de la incumbencia de los demás. Y el mundo sigue sufriendo.
Hoy sólo pido un poco de reflexión.

Gracias a todos por estar ahí fuera.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Siente tus pensamientos, piensa en tus sentimientos

Hola a todos:
Esta mañana, como casi todas, hojeaba el periódico y supongo que, como a la gran mayoría, me picó la curiosidad y leí el horóscopo.
No creáis que le doy ninguna importancia a los horóscopos del periódico, porque basta con leer un par de ellos para comprobar que dicen cosas radicalmente distintas, pero confieso que me gusta leerlo porque siempre dice que te va a ocurrir algo bueno. Te van a querer mucho, se van a solucionar en breve tus problemas económicos, alguien va a valorar tu trabajo, etc, etc.
Pero esta mañana, mi horóscopo, Capricornio, contenía una frase que me ha hecho pensar y mucho. Decía: Siente tus pensamientos, piensa en tus sentimientos.
Me ha parecido una frase preciosa y llena de significado. Estará ahí el equilibrio? Entre lo visceral y lo racional, la lógica y el sentimiento, el querer y el deber, lo social y lo personal, lo privado y lo público, lo correcto y lo incorrecto?
A mí me induce a algo y es a parar, a ralentizar, a detenerme, a sentarme, a no dejarme llevar por la inercia.
Me induce a saborear, a disfrutar, a exprimir...
Me ha alegrado el día, espero que también os guste y os haga pensar y sentir algo.
Muchísimos besos a todos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Cuando cambió?

Hola a todos:
Os voy a contar una pequeña historia, ya que tengo una terrible duda, a ver si alguien me puede ayudar. Empezaré con un breve relato sobre mi vida.
Yo nací hace muchos años, según me contó mi madre, porque, aunque parece ser que yo estaba allí, no lo recuerdo. Y será verdad si lo dice ella, pero claro, después me enteré de que tampoco estaba mi padre, porque creía que era una inocentada (yo nací un 28 de Diciembre), pero bueno, aunque mi padre no lo presenciara y yo no lo recuerde, si mi madre dice que nací, será que es verdad, porque mi madre podrá tener muchos defectos, pero, mentirosa, no es.
Parece que pasó tiempo y tiempo, tampoco me acuerdo, me lo han contado, y empecé a hablar, a andar, comer sola y esas cosas que hacen los niños y celebramos como si hicieran algo espectacular, cuando en realidad el niño habla que no se le entiende, se le cae más comida de la que consigue meterse en la boca y cada tres pasos se da un castañazo.
Presupongo yo que si aprendí a hacer estas cosas como el resto de los niños, es que dentro de mi cabeza habría algo y no la tendría encima de los hombros sólo para separar las orejas, pero lo cierto es que mi primer recuerdo, o uno de los primeros, fue cuando tenía casi tres años y me metieron en un colegio de monjas, con un uniforme que tenía un cuello de plástico rígido y no se podía casi respirar.
Recuerdo aquél cuello como deben recordar los perros su primer collar, como un castigo, aunque debí acostumbrarme pronto, porque sólo guardo la imagen del primer día, comiendo pipas en el recreo (me las pelaba una niña mayor). De aquel colegio y de su uniforme, no recuerdo nada mas. Igual es que me echaron y mi madre eso no me lo contó.
Pero aún teniendo recuerdos de aquélla primera infancia, este y algún otro (el suelo del pasillo que era a cuadros rojos y blancos como un tablero de ajedrez), el funcionamiento de mi mente debía ser bastante limitado. Supongo que, por aquel entonces, me fiaba mucho más de mis instintos y de mi corazón de lo que después me acostumbré a hacer.
En qué momento se produjo ese cambio? Cuando dejamos de escuchar a nuestro corazón? A nuestros instintos? Nuestras intuiciones?
Veréis, todo esto que os cuento, un poco en plan de broma, me viene a la mente por algo que leí la otra mañana mientras desayunaba. En un sobre de azúcar había una frase de John Steinbeck que decía algo como esto:
“El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir”
Si hacemos esto es porque en un momento dado de nuestras vidas, nos olvidamos de nuestro corazón y nos centramos sólo en escuchar y alimentar nuestra mente, porque, estaréis de acuerdo conmigo en que, cuando éramos niños, comíamos cuando el cuerpo nos lo pedía, bebíamos con sed y no perdíamos el tiempo en hablar del calor que hace en verano al subir en el ascensor.
Muchísimos besos a todos.