sábado, 31 de mayo de 2008

Lo siento

Hola a todos:
Ayer pasé un mal día, que finalmente acabó muy bien, pero no porque resolviera nada, sino porque tuve a mi lado a alguien que me dió ese apoyo necesario para algunos malos momentos.
Por qué fue malo? Porque hice algo que necesariamente iba a causar un daño a alguien y lo hice de forma deliberada.
No penséis que me volví insensible, no creáis que no me importa el daño ajeno. Todo lo contrario. Me duele actuar así aunque sepa a ciencia cierta que no tenía otro remedio, que ella o yo, que en determinados momentos, para sobrevivir hay que enseñar los dientes.
No se puede jugar a dos bandas, hay que estar a un lado o a otro. Muchas veces, por no decantarme, y para evitar ese daño ajeno, el daño lo sufrí yo, pero llega un punto en el que no queda más remedio que decidir, actuar y que cada uno reciba lo que siembra, aunque no lo espere.
Porque, al fin y al cabo, siempre recoge tempestades el que siembra vientos, pero como hay quien está tan acostumbrado a sembrar vientos impunemente, el día que oye tronar... y más si ese trueno viene de alguien como yo, acostumbrada a demasiadas renuncias por simple cobardía.
Claro que, a veces las cosas a destiempo, acumular demasiadas afrentas, provoca que la tempestad sea ciclónica, y lo siento.
Lo siento de verdad. Sé que hice lo correcto, pese a quien pese, pero no dejo de sentirme mal por ello. Porque no entiendo qué necesidad hay de estas cosas. Y porque sé perfectamente, que esa tempestad no servirá para que quien la recibe cambie sus modos, respete a sus semejantes, se preocupe por los demás.
Cuando haces algo como lo que yo hice ayer, que si lo contara seguramente os provocaría risa, lo haces porque no queda otro remedio, pero sabiendo en tu interior, que sólo servirá para defenderte, no provocará mas que una contratormenta, pero no resolverá nada.
Pero hay quien no entiende otro lenguaje, quien olvida pronto cuanto recibió, de tí y de los demás, porque hay quien sólo mira su ombligo, importándole poco si para mirarlo tiene que pisar algún cuello por el camino.
Menos mal que, aunque no me haga sentir bien, y me duela llegar a actuar así, tengo la conciencia tranquila y sé que el daño que pude causar es menor que el que se hubiera causado si hubiera cruzado mis brazos.Porque también había terceras personas implicadas. Supongo que eso fue lo que realmente me movió.
Muchísimos besos a todos.

miércoles, 28 de mayo de 2008

¿A qué huelen las nubes?

Un saludo a todos de todo corazón.
Hoy propongo un tema menos profundo, quizá, pero consecuente a las situaciones que vivo en el día a día.
Ayer, durante la cena en el hospital, las conversaciones giraron sobre la crisis político-económica de nuestra España actual. Uno de mis compañeros me dijo: "Pensaba que como budista no opinarías sobre política", y se mostró sorprendido e irónico.
"Pensabas que me dedicaba sólo a averiguar a qué huelen las nubes, ¿no?", le dije provocando algunas risas y relajando el ambiente.
Me acordé de un hermoso cuento chino que ahora os transcribo:
"Durante la era de los Tres Reinos en Korea, los Reinos de Shinla y Backche estaban en guerra. El Reino de Shinla unió sus fuerzas con el ejército de la Dinastía Tang y la situación en la guerra era horrible para todos.
En aquel entonces, cerca del campo de batalla, había un templo budista en la montaña donde los monjes se cultivaban.
Al ver y oír el rumor de la guerra, la sangre y los gritos de los seres conscientes bajo la montaña, un monje pensó en su sufrimiento y quiso bajar para ayudar.
Pero cuando él compartió su idea de bajar y ayudar, todos los demás monjes le dijeron que su trabajo como monjes profesionales era cantar las escrituras, sentarse en meditación y adorar a Buda, es por eso que la gente en el mundo secular respeta a los monjes.
Entonces todos los monjes decidieron quedarse en el templo y no involucrarse en los asuntos de la gente común.
Pero el monje pensó en ello toda la noche y no pudo soportar el sufrimiento de la gente de abajo y no hacer nada al respecto, entonces bajó con la idea de ayudar.
Pero durante la batalla, mataron a este monje, todos los monjes del templo oyeron la noticia.
Pero aquella noche casi todos los monjes tuvieron el mismo sueño, en el cual, el monje subió hasta el cielo habiendo alcanzado la iluminación".
Creo que es una historia muy hermosa porque muestra que nuestras acciones deben partir de un corazón puro. Y claro, un corazón de estas características no busca la gloria, no busca que le encasillen, y es libre de ir allá donde le lleve la COMPASIÓN por los demás.
Los tabúes, los objetivos personales, el qué dirán, y tantas cosas del estilo, no son más que espejismos que obstaculizan nuestra visión. El Amor, y la Compasión debe de ser nuestra guía.
Así podrá haber budistas, cristianos, musulmanes, etc... de uno u otro partido político. Pero...¿qué más da?
Por supuesto que no tengo un corazón de estos, ya me gustaría a mi.
Pero me lo recuerdo constantemente a ver si se me pega algo.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

martes, 27 de mayo de 2008

Un corazón demasiado grande

Hola a todos, triste día.
Ayer recibí la noticia de la muerte de Ramón, uno de esos grandes corazones que pocas veces tenemos el honor y el privilegio de conocer.
Murió de un infarto como ya ha dicho Luis Miguel, y yo creo que ese gran corazón suyo, tan, tan grande, se debió cansar antes de tiempo.
Porque siempre es pronto para que muera alguien así, joven, alegre, cariñoso y tierno, inteligente y comprensivo, muy muy divertido... capaz de exprimir cada instante. Cómo disfrutaba de un quinto de cerveza fría, cómo reía con los chistes, cómo los contaba...
Cómo preguntaba sobre todo, cómo seguía interesado en saber... cómo escuchaba.
Pero, aunque en estos momentos mis sentimientos son muy tristes, porque mi amigo murió, no permitiré que la tristeza invada mi corazón, y lo haré por él.
Porque Ramón no desearía vernos tristes, vale Loli?? Ramón desearía que nos reuniéramos pronto y nos tomáramos una cerveza brindando por él.
Hoy más que nunca tiene sentido esa frase que dice algo así como "no llores porque acabó, sonríe porque ocurrió"... no llores porque se fué, considerémonos unos privilegiados por haberle conocido.
Ramón, sé que seguirás estando cada día entre nosotros...
Muchísimos besos a todos.

Ramón.


Un saludo a todos de todo corazón.

Triste y horrible noticia la que traigo hoy a nuestro blog.

Un buen amigo, de esos de verdad,Ramón, ha fallecido debido a un infarto fulminante.

Hace más de un año, Paulo Coelho reunió en el día de San José, en Puente la Reina (Navarra), a un nutrido grupo de amigos y lectores para celebrar una gran fiesta.

Allí nos encontramos Mariola, Ana Belén, Rosa de los vientos, Damián, Loli, quien os escribe y mi esposa, y por supuesto ese gran hombre que en todos los sentidos fue Ramón.

En estos casos cualquier cosa que se diga suena a repetitivo y banal. Basta decir que algunos de nosotros tuvimos el honor de conocerle mucho más profundamente que en aquella fiesta.

Todos los que le queríamos hemos sufrido una pérdida incalculable.

Todo el amor para su familia, su esposa y sus hijas. Y por supuesto para Loli, su amiga del alma por más de veinte años.

Ramón, amigo, me consta que te fuiste haciendo gala de tu gigantesco sentido del humor.

Te voy a echar muchísmo de menos.

Gracias a todos por estar ahí fuera.

lunes, 26 de mayo de 2008

No me quiero repetir

Hola todos:
Hace días que no escribo... falta de inspiración, no de ideas... y es que no me quiero repetir, eso es todo.
Tengo la sensación de que si cuento lo que en estos días ronda mi cabeza, estaré repitiendo ideas ya expuestas, aquí y en otras partes, pero ya comentadas.
Me paro y pienso, eso no es así... cada vez que expresas una idea, cada vez que piensas, escribes, sientes o hablas, aparecen nuevos matices, o la expresión les otorga una nueva dimensión, así que allá voy.
Una de las cosas que perdemos al recorrer nuestro camino, es la capacidad de impregnarnos de la vida. Me refiero a esa absurda sensación de ya lo he vivido, sé cómo me voy a sentir, se cómo reaccionaré, etc, etc.
Esa sensación tan absurda e irreal provoca que, descartemos participar en aquéllas vivencias y situaciones que no resultaron tan enriquecedoreas como esperábamos, llegando incluso a negarnos sentir determinadas emociones si las asociamos a una pérdida posterior.
Si un día fui a la montaña y me caí, decido que no me gusta ir al monte, ignorando y negando lo que la montaña me puede aportar en otras distintas situaciones.
Si un día amé de una determinada forma y después me sentí desengañada, o dolida, o la historia fue interrumpida por la vida, decido no volver a amar, o hacerlo con pinzas, para no sufrir, para no arriesgar y no perder.
Yo ya he decidido, y de forma muy errónea, que conozco el amor, con todos sus matices, y me engaño hasta el punto de creerme conocedora de lo que es una relación de pareja.
Pero no acepto que hay un engaño, no acepto que, lo único que conozco, es aquélla relación que viví... esa y no otra, y que esa relación sólo la conozco y la juzgo en relación a mi experiencia personal, a lo que me impliqué y a lo que me implicó, y no más.
Y mientras, la vida discurre y tu con ella, muy feliz en la inconsciencia de tus errores, hasta que un día ocurre algo que te coloca de lleno frente al espejo y piensas abiertamente "yo soy idiota" y lo soy elevado a la máxima potencia.
Porque nunca puedes decir de este agua no beberé, porque cada gota de agua es nueva y distinta de las que ya bebiste, porque tu sed es tan cambiante como el propio agua que te la sacia, y porque si al final decides beber y el agua no está buena, siempre tienes la opción de escupir.
Un día, que nunca es casual, la vida te regala una nueva experiencia. Conoces a alguien y descubres que todo es distinto. Tu ya no eres la misma persona que un día fuiste, ese alguien es nuevo, las experiencias son nuevas, tus sentimientos, tus emociones... desconocidos hasta ahora. Y piensas, cuánto me habré estado engañando? cuánto me habré perdido?
Pues no lo sé, pero tampoco tiene importancia. Lo importante ahora es haber adquirido una nueva visión, panorámica. Lo fundamental ahora es no colocar en mi horizonte piedras del pasado. Lo que importa es haber recuperado esas ganas de descubrir, esa capacidad de impregnarme del presente, así de simple, así de agradable, así de enriquecedor.
Espero que lo que he intentado explicar no lo pretendáis comprender. Lo que espero es que lo sintáis con la claridad que lo vivo yo en este preciso instante.
Muchísimos besos a todos.

¿Quién anda ahí?

Un saludo a todos de todo corazón. Lo que hoy me gustaría expresar lo haré en forma de cuento/metáfora lleno de conceptos universales:
- ¿Quién anda ahí?
- Soy yo.
- ¿Quién?
- Santiago, soy Santiago.
- Bueno éso es sólo un nombre. Totalmente arbitrario, impuestos por tus padres posiblemente, y compartido por miles de otros santiagos en el mundo. Pero no responde a mi pregunta.
- Bueno... soy médico. Tengo una especialidad importante que me da una buena posición social. Gano mucho dinero. Tengo dos casas y una gran colección de coches...
- Me alegro mucho por ti, pero ése tampoco eres tú. Es una actividad que has desarrollado quizá con esfuerzo y no está carente de mérito. Además esas pertenencias de las que pareces estar tan orgulloso no son sino cosas impermanentes. Hoy son tuyas, mañana... quizá ni siquiera estés aquí y pasarán a manos de otra persona. Todo lo que tiene causa es sensible a cambiar cuando ésta desaparece. Pero en realidad eso tampoco responde a mi pregunta. ¿Quién anda ahí?
- Soy fiel marido y padre de dos hijos. Ellos son mi vida.
- Me parece muy bien que respetes el compromiso que tú mismo escogiste. Así ha de hacerse con todos los compromisos morales. Evita hacer sufrir a los demás. Pero creo que el mundo está lleno de padres, madres, hijos, maridos y esposas. Después de tantas reencarnaciones podría decirse que todos los seres sintientes alguna vez han sido la madre amorosa que me dió la vida y me cuidó. Y es por ello que trato a todos los seres con amor y respeto. Lo siento pero eso sigue sin responder a mi pregunta.
- Yo soy mi alma imperecedera.
- ¿Tu alma dices? Me gustaría que me dijeses en que parte de ti está esa alma tuya. O mejor aun, díme que parte de tu cuerpo, por ejemplo está carente de ella. Si te cortase una pierna... ¿cortaría un pedazo de tu alma?
- Yo... creo que no.
- ¿Me estás diciendo que tus piernas no forman parte integral de ti mismo? ¿Puedes prescindir de ellas?
- No sé... estoy hecho un lío. No puedo pensar bien.
- Además... tengo entendido que a lo que tú llamas alma no es otra cosa que el conglomerado de todas esas tonterías que me has ido diciendo al principio de nuestra conversación. ¿En serio crees que todo eso sobrevivirá a la muerte? Sea como sea no has contestado a mi pregunta. ¿Quién anda ahí?
- No lo sé. Sinceramente no lo sé.
- Muy bien hijo mío. Empiezas a mostrar sabiduría. El camino se va mostrando ante ti. ¿Quién anda ahí?
- ¿Quién es el que pregunta?
- Ahora hablas como un maestro.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

viernes, 23 de mayo de 2008

Fe y Amor.

Un saludo a todos de todo corazón.
Es bien sabido que para comenzar un camino espiritual, sea éste cual fuere, son necesarias sólo dos cosas: Fe y Amor.
"Eso es fácil", he oído muchas veces.
Pero lo que pocas veces me han preguntado es: "¿Qué tipo de Fe? ¿Cómo que Amor?"
Dicen que un párroco, paseando por las lindes de su comarca, resbaló y cayó por un barranco. Afortunadamente tuvo los reflejos suficientes como para agarrase a la raíz de un viejo árbol que apenas sobresalía de una de las rocas, así que quedó colgando del precipicio incapaz de subir y mucho menos de bajar. "¿Hay alguien ahí?" - gritó desesperado -.
- Sí hijo mío - dijo una voz solemne que parecía venir de todas partes -. Soy el Señor tu Dios. No debes preocuparte. Simplemente suéltate, déjate caer, que enviaré una hueste de mis ángeles que te cogerán antes de que sufras el más mínimo de los daños.
El párroco sudoroso caviló unos segundos. Con voz trémula respondió:
- Vale, vale, pero... ¿hay alguien más?
La Fe que se necesita implica confianza, pero no ceguera. Cuando aceptamos un maestro confiaremos que estará capacitado para, si acaso, orientarnos en nuestro camino. La Fe irá creciendo sin embargo gracias a nuestros logros, a nuestra experiencia directa y mente crítica. El maestro nos podrá señalar dónde está la fruta, y a nosotros, buscadores, nos compete el acto de probarla, saborearla, y decidir en consecuencia.
¿Y el Amor?
Dos monjes célibes se disponían a cruzar un riachuelo. Una lozana moza les pidió ayuda, ya que no sabía nadar. Uno de ellos, sin vacilar, la cogió entre sus brazos y la cruzó a la otra orilla. Los viajeros continuaron su camino. Varias horas después, el otro monje estalló de rabia e increpó a su compañero: "¿Cómo has podido hacer eso? Coger a una mujer semi desnuda en brazos, rozar su cuerpo contra el tuyo de esa manera... Has infringido nuestro código de pureza... verás cuando se entere el maestro..."
-Querido hermano - respondió el joven monje con benevolencia -. Hace varias horas que dejé a aquella joven a la orilla del río. Sin embargo me apena comprobar que tú continúas cargando con ella.
El Amor es entrega sin contaminación, sin valoración ni juicio. Es como la sombra del árbol que alivia tanto a justos como a pecadores. Como la fragancia que nos regala la rosa, sin preguntarse si somos buenos, malos, de tal raza o tal otra. Si nacimos aquí o allá. Simplemente nos otorga su perfume, porque ésa es su función... con Amor.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

miércoles, 21 de mayo de 2008

¿Cuánta gente hay aqui dentro?

Un saludo a todos de todo corazón.
Este texto de hoy ha sido inspirada por el último comentario que hizo Pedro en mi entrada anterior.
Cuando empecé a estudiar budismo escuché hablar por casualidad de que existían unas "enseñanzas secretas" en la escuela tibetana. En aquél entonces había un halo de misticismo en todo aquello que aprendía, poderes sobrenaturales, levitación y un largo etecétera de misterios que coloreaban los secretos que aguardaban por ser descubiertos.
No fue hasta muchos años después que pude ser instruido en estas enseñanzas.
¿A que venía tanto secretismo?
Buda enseñaba de forma selectiva a sus discípulos. Me explico: según el grado de entendimiento, evolución o sabiduría de cada uno, así mostraba la enseñanza más apropiada. Como una especie de curso moderno dividido en temas que se van complicando según se avanza en la asignatura.
De ahí vino el término "secretas", ya que no era algo simplemente que se debía ocultar, sino que debido a su complejidad, su comprensión no estaba al alcance de todos, y los discípulos a instruir se escogían con cuidado.
Bien.
Uno de estos temas ya le describí muy brevemente cuando os hablé de una banda energética que englobaba los pensamientos, las ideas, etc, etc... La idea era que el cerebro se convertía en una antena que sintonizaba con los pensamientos, más que el propio creador de los mismos. No es un concepto fácil, lo sé.
De aquí supondremos que todos los seres humanos contactamos con la misma fuente de pensamientos. Compartimos mucho más de lo que creemos, y estamos interconectados de una forma mucho más profunda.
Esta enseñanza avanzaba mucho más. El concepto del "yo" mudaba sustancialmente, ya que se considera que no hay un "yo" único, tal y como le conocemos, sino una multitud de ellos. Este tema ya le discutimos alguna vez cuando hablábamos de los diferentes "trajes" que usábamos en la vida cotidiana. No hay un "yo" único y continuo, sino que se van alternando diferentes patrones o "yoes" según nuestras necesidades.
Un paso más.
Cuando contactamos con otra persona y ésta nos influye, por ejemplo, al enseñarnos, adoctrinarnos, etc..., compartimos un mismo patrón de energía. Algo así como si parte de esta persona pasase a ser parte nuestra. Un mismo patrón que formará parte de nuestro "yo" cuando sea necesario. Y ese "regalo" estará a nuestra disposición siempre, aunque la persona que nos lo cedió haya cambiado de forma.
Se podría decir, metafóricamente, que dentro de nosotros existen múltiples "yoes", por ejemplo en un cristiano estaría parte de Jesús, de sus padres, de sus amigos, etc, etc... que irían tomando la alternativa según esta persona les fuera necesitando. De alguna manera estarían vivos dentro de él.
Por eso cuando Pedro me comentó que existen los recuerdos de la persona fallecida para acompañarnos, diría que existe mucho más. Esa persona puede seguir viviendo dentro de nosotros si escuchamos con atención.
Es un tema muy sutil y complejo, dado con facilidad al malentendido y a la especulación.
Por eso quizá me haya equivocado y debería seguir siendo un "secreto".
Ay.. ya le he dado a publicar...ya no hay remedio.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

martes, 20 de mayo de 2008

Enamorado de una nube.


Un saludo a todos de todo corazón.

Con vuestro permiso voy a continuar con el tema de mi entrada anterior. Pero de esta vez, en forma de cuento/metáfora.

Erase una vez alguien que se enamoró perdidamente de una nube. Se encontraba tumbado sobre una extensión idílica de hierba. Con el cielo inmenso sobre él, el manto de nubes decorría mecido por el viento templado de principios de verano.
Fue entonces cuando la vio, y quedó prendado de aquella pequeña nube de algodón.
Pero el tiempo de su relación fue muy corto, ya que como es natural, su nube, su pedazo de amor, se desvaneció ante sus ojos.
¡Cómo sufría, cuánto dolor y lágrimas se derramaron!
Le daba vueltas y vueltas en su cabeza, hasta que comprendió cuál era la evolución de una nube. Recordando los conocimientos que aprendió en la escuela, imaginó el agua del río evaporado por el calor de los rayos del sol. Vio formarse las nubes de vapor de agua, y cómo viajaban de la mano del viento sobre los campos. Las vio surgir de mil formas, separarse, y volverse a reunir, hasta que surgió la lluvia al refrescar el ambiente. E imaginó con mucha nitidez como regaban la tierra llenando de vida todo lo que tocaba. Cambiaba de forma, de función, pero pese a las apariencias, seguía siendo su nube.
Entonces tuvo un destello de iluminación en su mente, ya que allá donde mirase podía sentir a su amor perdido. Acariciaba la hierba y sentía la lluvia y el sol que la nutrió, el viento que la meció. Allá en el horizonte el río bajaba por las montañas, y entre susurros podía oír a su nube: "sí, mi amor, estoy aquí también". Todo estaba conectado, todo formaba parte de todo.
Su corazón se llenó de alegría y supo con toda certeza que nunca más se sentiría sólo.

Gracias a todos por estar ahí fuera.

viernes, 16 de mayo de 2008

Conectando con la inmortalidad

Un saludo a todos de todo corazón.
Por mucho que la ciencia actual ha intentado delimitar dónde se almacenan los recuerdos, y de dónde surgen los pensamientos, una y otra vez se han encontrado ante un callejón sin salida. Puede que alguien pueda pensar que sólo se trate de un problema que se resolverá en el tiempo, con el avance de la tecnología. Otros al leer estas palabras puede que piensen: "pero qué bruto, peus en el cerebro, dónde va a ser..:"
Pero la realidad es que se trata unicamente de postulados y teorías. Porque en la práctica apenas sabemos un poco más que hace cien años.
Lo que está de moda, y creo que es de lo más aventurado, y acertado posiblemente, es la línea de conocimiento que presenta la energía de los pensamientos como una red externa al cerebro y a éste como una poderosa antena. Algo así como las ondas de radio y los receptores domésticos. Así de alguna manera los seres humanos compartiríamos un maremagno energético donde se encontrarían los pensamientos, deseos, ideas, etc, etc...
Esta teoría anda muy en acuerdo de los movimientos new age, el inconsciente colectivo, la nueva psiquiatría, e incluso del budismo chan que profeso desde que era un niño.
Nuestras huellas mentales podrían quedar plasmadas en esta banda energética y sobrevivir a la muerte física. Bueno de hecho, si consideramos la muerte como una aniquilación, y sabiendo de antemano que:
1. El cuerpo se descompone en otros componentes tras la muerte que serán reutilizados posteriormente en otras formas de vida.
2. Que la energía mental particular no se pierde tampoco ("la materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma") y puede continuar formando parte de la mente de otros seres humanos conectados a esta gran banda energética.
¿Será que puedo decir sinceramente que hay muerte en absoluto?
Hace poco mi esposa me comentó que tras el fallecimiento de su madre, está teniendo una experiencia curiosa. Me dijo: "Es como si la escuchase dentro de mí. Opinando y dándome sus consejos. Es como si no se hubiese ido".
Me sentí lleno de alegría y de paz. Algo inexplicable para los demás, claro. Resonaron las antiguas enseñanzas budistas de que no hay muerte ni nacimiento.
Claro que todo esto que os cuento es un poco más complejo, pero estoy dispuesto a ampliar el tema en sucesivos mensajes.
¿Será que puedo decir que hay muerte en absoluto?
No es que crea que no. Siento profundamente que no.
Y es un sentimiento maravilloso que va más allá del autoconvencimiento para evitar el dolor.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

lunes, 12 de mayo de 2008

Caminar antes de correr.

Un saludo a todos de todo corazón.
He pasado mucho tiempo alejado. Han sucedido varias cosas, todas en un corto período de tiempo, y he necesitado esta ausencia para ir asimilando y recomponiendo el mundo tras la tragedia.
Debo de agradecer a Mariola sus bellas palabras, y en nombre de mi esposa, especialmente por su escrito dedicado al fallecimiento de mi suegra el 2 de Mayo pasado.
Después de una lucha dura, de un mano a mano con la enfermedad y la muerte, Paula dejó de batallar con la placidez y la ausencia de sufrimiento del coma profundo. Quería escribir algo hermoso y poético, como otras veces, pero la inspiración me huye, y mis dedos tiemblan. Diría que como budista, estoy acostumbrado a la idea de la muerte, de mi muerte. Pero enfrentar la de los demás, el sufrimiento de los que quedamos atrás, no ha sido fácil a pesar del entrenamiento. El tiempo lo cura todo, y aunque siento su joven presencia entre nosotros, es cierto que el dolor cada día es milimétricamente menos acuciante.
Las experiencias han sido muchas, variadas, alegres y dramáticas. Espero poder ir dejando escapar poco a poco estas dolorosas parcelas en escritos llenos de significado. Empezaré por este torpe intento de hoy. Caminaré antes de volver a correr.
Gracias a todos por estar ahí fuera. Y gracias especialmente a Mariola, por mantener vivo el sueño con la magia de sus letras y su corazón.

domingo, 11 de mayo de 2008

Ese punto

Hola a todos:
A lo largo de mi vida, en incontables ocasiones, grité al universo enfadada, por considerar que lo que estaba recibiendo no lo merecía... demasiado dolor sin un motivo aparente.
Supongo que esta sensación es común a todos los mortales, supongo que en el fondo, todos respondemos a ese patrón aprendido en la infancia, esa milonga que un día nos contaron... recibirás lo que des, si eres bueno, la vida te tratará bien, etc.
Pero, realmente es así o no? Tengo mis dudas sobre su certeza, me explico.
Hasta qué punto lo que recibimos, aun cuando no coincide con lo esperado, lo hemos buscado aunque sea de forma inconsciente?
Cuantas veces, después de pasado un tiempo, llegamos a entender que necesitábamos un revulsivo, una destrucción total, para después renacer fortalecidos?
En cuantas ocasiones tenemos la certeza, después de pasado un tiempo, de que eso que hemos estado disfrutando, en otro tiempo, en otras circunstancias, en otro distinto estado de evolución tal vez, nos hubiera pasado desapercibido?
Porque hoy miro mi vida y entiendo muchas cosas, entiendo que muchas veces lloré para aprender a saber apreciar... entiendo que perdí para saber que no tendría una segunda oportunidad... entiendo que gané para comprender que sólo ocurrió porque me atreví a jugar y arriesgar... y entiendo que sólo ama, llora, disfruta y ríe el que vive, el que arriesga, el que lucha, el que siente...
No creo que ahora tenga suerte, más allá de esa certeza de saber que he llegado a ese punto en el que soy capaz de recibir, y por consiguiente dar. No creo que mi vida ahora sea en realidad muy distinta, sino que mas bien cambié yo, y que ahora me atrevo a jugar como nunca lo hice, ahora me arriesgo a decir lo que siempre callé, a dar sin temor a perder, a sentir sin miedo al final.
Creo que en estos años, perdí mucho en intensidad, por el miedo, por no hablar, por no expresar, por no atreverme a sentir, pero no importa... porque todo fue un camino que me llevó a este punto de ahora... este en el que me siento capaz de todo, en el que doy sin importarme qué voy a recibir, en el que recibo sin preguntar si lo merezco, un punto en el que siento en plenitud, con toda la intensidad, en el que me sumerjo tranquila y disfruto...
En el fondo y con distancia, comprendí que nada es casual, que todo tiene una razón para ocurrir, que todo camino nos lleva a un destino, incluídos sus baches.
Ahora entiendo que la vida me enseñó a interpretar mejor las señales para llegar donde me encuentro en este instante preciso... este instante en el que lo que siento no podría explicarlo ni con mil diccionarios...
Gracias a la vida por todo lo que me ha dado. De corazón.
Muchísimos besos a todos.

martes, 6 de mayo de 2008

El lenguaje del cuerpo

Hola a todos:
Una vez me dijo Luis Miguel que una cosa era comprender y otra sentir, y qué razón tenía.
Y describirlo, explicarlo… imposible.
Sientes con el corazón, con el cuerpo, con el alma…
Comprender lo hacemos con la mente, con nuestra parte racional.
Al intentar describir lo que sentimos, lo intentamos racionalizar, lo comparamos, lo catalogamos y nos faltan palabras.
Por lo menos yo me considero incapaz de explicar con palabras mis sentimientos, mas allá de un bien o un mal, un estoy feliz o estoy triste, cómoda o desesperada. Faltan tantos y tantos matices...
Pero… y los de los demás? Porque si con sus palabras no me los pueden contar, hay alguna forma de saber cómo se sienten?
La única forma de aproximarnos, que no entender, a los sentimientos de quienes nos rodean, sería saber interpretar el lenguaje del cuerpo, porque los sentimientos producen siempre efectos en nuestro cuerpo.
Alguien amargado tiene un semblante especial, alguien enfadado es fácil de detectar. Se aprecia con rapidez un gesto de envidia aunque se intente disimular. Descubrimos con rapidez la hipocresía de nuestro interlocutor.
Detectamos por la forma de mirar quien nos miente y quien nos dice la verdad.
Alguien feliz irradia su estado por los poros de su piel. Alguien sereno, alguien tranquilo...
Los buenos sentimientos producen cambios positivos en nuestro ADN, y nos transforman, nos regeneran y nos dan calidad de vida. Nuestras glándulas segregan distintas sustancias según nuestro estado de ánimo, endorfina, oxitocina, adrenalina, etc. y esas sustancias producen unas determinadas consecuencias: bienestar, afectividad, ternura, rapidez de respuestas...
Quien sepa interpretar estas señales, quien sepa leer los movimientos de un cuerpo, la expresión de unos ojos, su paz o inquietud, quien alcance a entender sus variaciones, tal vez se acerque a lo que siente esa persona, mucho más que si escribiera un tratado.
Porque el cuerpo no habla con palabras, el cuerpo no utiliza un lenguaje racional, aunque es cierto que no todos permitimos que nuestros cuerpos digan lo que nuestra mente aún no está preparada para contar.
Pero siempre hay cosas que escapan al control de la mente, emociones y sentimientos difíciles de esconder…emociones y sentimientos que trascienden esa piel que nos comunica y nos separa del entorno.
Creo que al final lo más sencillo es concentrarnos en sentir, sin intentar comprender, porque seguro que esa persona a quien le importa cómo te sientes, sabrá leer en tu cuerpo sin necesidad de explicaciones.
Muchísimos besos a todos.

viernes, 2 de mayo de 2008

La despedida

Hola a todos:
Hoy he recibido una triste noticia, el fallecimiento de alguien a quien no conozco, pero la cercanía de esa persona a una buena amiga hace que me afecte, porque el dolor ajeno me duele también.
Y me surge una duda… cuando alguien muere, qué es exactamente lo que lloramos? Qué es lo que nos duele?
Los típicos comentarios ante la muerte, antes de que esta llegue, son del tipo de ¿cómo voy a vivir sin el, o sin ella? No se merece que tan pronto le visite… con lo vital que es.
Cuando finalmente llega, los comentarios pasan a ser del tipo, se ha ido en paz, disfrutó hasta el último día, no tuvo una mala muerte (como si las hubiera buenas).
Yo creo firmemente que cada uno de nosotros decide cuando se va, y ese momento se decide en base a que lo que viniste a hacer a esta vida ya lo cumpliste. Y te vas muchas veces con dolor, porque las despedidas siempre duelen y sabes que los demás te van a necesitar, pero debes irte.
Y si comprendes eso, si de verdad lo sientes, todo resulta más fácil, porque sabes que, aunque físicamente pierdas a esa persona, permanecerá igualmente contigo y no hablo sólo del recuerdo. Hablo de que los que se fueron siguen estando junto a nosotros, y esto lo digo desde mi propia experiencia.
Y sigues viviendo y lo haces de forma plena, aunque precises de una transición, para acostumbrarte a su ausencia física. Y no puede ser de otra forma, porque, aunque siempre hayas vivido con alguien, no olvides nunca que “vives con” y eso no es más que eso, vivir con… Vivir es algo que cada uno hace sólo. Los que nos acompañan, están circunstancialmente a nuestro lado, pero sólo eso.
Vivir es sentir, es querer, doler y reir. Vivir es mirar y ver, oir, tocar, imaginar y soñar, y todo eso, lo hacemos solos, y lo seguimos haciendo aunque cambien las compañías.
Lo que ocurre es que, en el momento de la muerte, imaginar ser capaz de hacer todas esas cosas con el dolor que sentimos, no está a nuestro alcance, no en ese momento, pero la experiencia me indica que la capacidad de vivir y de ser feliz no desaparece, ni disminuye… sólo se aletarga en parte por culpa del dolor… eso es todo.
Sé que todo cuanto diga en este momento sobre la muerte no conseguirá mitigar el dolor de mi amiga, sé que por mucho que pudiera confiar en lo que le digo, por mucho que intente comprenderlo, no lo conseguirá ... hasta que lo experimente, porque debe sentirlo. Y tal vez su experiencia no coincida con la mía... pero si en algo pudiera contribuir, si en algo pudiera aliviar... sería tremendamente feliz.
Muchísimos besos a todos, hoy especialmente, dedicados a Mar.