domingo, 26 de abril de 2009

Charla: Depresión, ansiedad y estrés en Lucena. PARTE 2

F.S: Las pastillas, la medicación, tiene su función, y es muy importante. Pero al final, ¿no será que de alguna manera nos curamos solos? Te has levantado una mañana y te has dicho "me siento mejor", "tengo más fuerza" o algo así. Muchas veces nos curamos de la depresión sin saber por qué exactamente, aunque como sabemos, por la ley de a causalidad, ese por qué existe. Pero eso no es de extrañar, ya que normalmente, como he dicho, no somos conscientes de apenas nada de lo que pasa por nuestra cabeza, aparte de ser especialistas en decirnos "cosas bonitas" a nosotros mismos, ¿no? ¿Para qué necesitamos enemigos si nos va sobrando con nosotros mismos...?
Pasamos cerca de un espejo, nos miramos y ya sabemos las cosas que nos vamos a decir: "Qué mal te sienta ese vestido, vas fatal, no sé como me atrevo a salir a la calle de esta guisa" y todo eso. De alguna manera parece que somos culpables de nuestros estados mentales, y es cierto, pero es cierto también que no somos conscientes de todo este juego fatal.
Esta anécdota la he contado muchas veces: Tengo una compañera de trabajo que con frecuencia sufre crisis de ansiedad. Lo curioso es que le dan más o menos a la misma hora: sobre las cinco de la tarde. Y efectivamente siempre es así, llega la hora y se la escucha por los pasillos llorando. "Parece que hay tormenta" comentamos los compañeros, y es que en todos sus turnos hace exactamente lo mismo. Pero lo más curioso es luego la forma que tiene de curarse. Cuando ya ha conseguido la atención necesaria, y tiene a varias personas alrededor, dice entre sollozos "No os preocupéis por mi, me voy a asomar a aquella ventana, tomo un poco el aire y se me quita"
¡Y efectivamente así es!
INT: Pero eso le pasa a ella por algo. Eso viene de algo.
F.S: Sí, por supuesto. Todo tiene sus causas. He estado hablando de eso todo el tiempo. Y me repito si es necesario. No estoy diciendo que nos enfermamos porque queremos, ya que no somos conscientes del proceso. Ahora, en esta sala, hablando de forma distendida, podemos reírnos e incluso reconocernos en alguna de estas historias, ¿verdad? Pero cuando estamos ahí fuera, con las emociones a flor de piel, no nos damos cuenta de lo que nos pasa. Ya que creo firmemente que si así fuera, si pudiéramos reconocer cada paso de esta cadena, simplemente la abortaríamos.
INT: Pero siempre hay un motivo para sentirse así (comenta nuevamente la misma persona)
F.S: Todo depende del cristal con el que se mire. El tema de los motivos, que vamos a tratar enseguida, es muy relativo. Lo que es muy doloroso para una persona, puede no tener la menor importancia para otra.
(Silencio durante unos segundos)
Una vez, una madre le llevó el cadáver de su hijo muerto a Buda, ya que le habían dicho que realizaba milagros. "¿Puedes revivirlo?". Buda compasivamente le dijo: "Busca una casa en donde la muerte no haya golpeado a la familia. Una vez que la encuentres, vuelve aquí y resucitaré a tu hijo".
La mujer pasó días, semanas, llamando puerta por puerta, pero como podéis imaginar, en cada familia la muerte había atacado de una u otra manera. Al final comprendió. Pudo decirle adiós a su hijo, y volvió al lado de Buda para aprender sus enseñanzas.
(De nuevo silencio)
Con esta historia quiero explicar que al final, todos los problemas que podamos afrontar, de una manera u otra, los acabamos por tener todos. Y si no los padecemos ahora, será cuestión de tiempo. La vida es así.
Agarrarte a tus problemas de esa manera, "¡es mío!, ¡mi problema!, ¡qué sabes tú!", hemos visto que al final amplificará todo el sufrimiento. Porque tanta ansiedad, estrés, depresión, viene a decir que sufrimos. ¿verdad?
Y puedo decir sin miedo a equivocarme que ese sufrimiento se debe a que no hemos encontrado felicidad en nuestra vida. Porque si tuviésemos la fórmula de la felicidad verdadera, ahí en la mano, ¿nos afectarían tanto los problemas?
INT: Pero sufrimos por un acumulo de problemas.
F.S: Si usted fuese muy feliz, siempre feliz, ¿seguiría habiendo problemas en su vida? ¿En el mundo?
INT: Bueno, en ese caso...creo que seguiría teniendo problemas. Otros problemas quizá. Los podría enfrentar.
F.S: Entonces será un buen momento para preguntar: ¿Qué es la felicidad para ustedes? Si pretendemos "salir del agujero", tendremos que tener muy claro cómo obtener felicidad, ¿no? Llenar el depósito de felicidad nos permitiría superar facilmente los problemas. Así que ¿dónde está la felicidad?
INT: En uno mismo. La vamos creando nosotros.
F.S: Si le preguntase a cada uno de ustedes que me dijese ahora, sin ningún tipo de vergüenza, qué es lo que le haría más feliz en el mundo... Imaginemos que soy el genio de Aladino, y puedo hacer eso. Así que digo: "la felicidad aquí y ahora, donde tienes puestas tus miras, es..." No quiero una respuesta metafísica, ni que pongan en marcha las creencias. "La paz mundial", "el amor", nada de eso. Pensemos en nuestra realidad, la de cada uno. Alguien pudiera decir: "un coche nuevo". ¿Quién se atreve a decir una causa de felicidad?
(Silencio durante unos segundos)
INT: Hombre, pues que uno no tenga ningún problema familiar.
F.S: Por ejemplo, me parece perfecto. Problemas familiares.
INT: (misma persona): Eso es una cosa muy importante.
F.S: Osea, que si no tuviese problemas familiares, si eso se "cura", iba a ser totalmente feliz.
INT: Por supuesto. Porque lo otro que ha dicho, lo de tener un coche nuevo, eso es egoísmo.
F.S: Hablar del egoísmo es un tema muy delicado. Porque evidentemente estamos hablando de cada uno de nosotros. Eso es muy relativo.
(Aquí se produce un fallo técnico en la cinta de vídeo, y se queda en negro durante un minuto y medio)

Continuará.


jueves, 23 de abril de 2009

Charla: Depresión, Ansiedad y Estrés en Lucena. PARTE 1

Un saludo a todos de todo corazón. El pasado Sábado día 18 en Lucena, en el centro de Yoga "VIDARTE" impartí la charla coloquio: "Depresión, Ansiedad y Estrés".
Esta charla fue filmada en video. Debido a su duración, más de una hora y media, va a ser un poco difícil ponerla en Youtube. No obstante voy a ir ofreciendo en varias entregas las transcripciones de la misma.

Esta charla estaba enfocada en el tema del título con una orientación dirigida a personas con nula formación budista. Es por ello que evité intencionadamente usar términos demasiado específicos.
He de decir, que esa misma tarde, tuvimos una sesión de meditación muy agradable para todos los asistentes.Usaré las siglas F.S. para mí, e INT para cualquiera de los interlocutores que participaron, a los que agradezco nuevamente su presencia aquel día lleno de dicha.

(Después de las presentaciones)


F.S: Lo primero que quiero decir, es que el Budismo no es una terapia de grupo. ¿De acuerdo? El Budismo es una religión, por un lado como ustedes deben saber, por otro lado son unas técnicas científicas. Más adelante hablaremos de la diferencia entre las creencias y las proposiciones científicas.
Como digo, son unas técnicas científicas que nos van a permitir mejorar en nuestro estado mental ordinario, y mucho más, principalmente en el sufrimiento y en la felicidad que experimentamos. Creo que estos dos estados son los que le preocupan a todas las personas, por una razón muy simple, y es que la mente humana sólo funciona de una manera, que es estar siempre orientada a buscar la felicidad y a huir del sufrimiento. Y no lo hace de otra forma. Cualquier cosa a la que nos dediquemos, cualquier actividad a la que nos orientamos desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche busca siempre o alcanzar la felicidad y/o evitar el sufrimiento.
Antes de empezar deberíamos hablar un poco sobre la definición de los temas que nos han traído aquí, de lo que es la ansiedad, el estrés o la depresión, ¿verdad?
¿Cuál sería de las tres la que consideraríamos la menos enfermiza, la que causa menos dolor?
INT: Yo creo que lo peor de todo es la depresión.
F.S: Efectivamente. La depresión es lo más duro, y va a ser el estadío final.
¿Y lo que menos?
INT: (varias personas) El estrés.
F.S: (Asintiendo) Porque el estrés no es más que una reacción física del cuerpo. Una de las cosas que enseñó el señor Buda, es la importancia que van a tenerlas reacciones del cuerpo. Daros cuenta que ustedes sólo se pueden comunicar con el exterior a través de nuestros sentidos. De la vista, del olfato, del oído, del gusto, del tacto y de la mente. Los pensamientos, los recuerdos... también son una forma de comunicación.
Todos los estímulos de ahí fuera, van a provocar en nosotros una reacción del sistema nervioso, no existe otra manera de interactuar, hablando en términos médicos. A partir de esas sensaciones se va a provocar todo lo demás.
Vamos a poner un ejemplo: Algo sucede en nuestro trabajo.Ahora estamos en una época de crisis económica, así que nos enteramos que acaban de echar a Fulanita, y que los jefes andan revisando otros expedientes porque necesitan despedir a alguien más. En ese momento el cuerpo reacciona, porque es lo normal, es su forma de trabajar con el exterior. Y lo hace de forma defensiva. Se va a provocar toda una cascada de sustancias químicas, neurotransmisores y hormonas, que pretenden la preparación defensiva del cuerpo ante un estímulo. Y eso, ni más mi menos, es el estrés. Y no se trata de una enfermedad, sino de un proceso absolutamente natural. Tenemos que comprender que el estrés no es algo "malo", sino una simple reacción.
El problema surge cuando nosotros nos quedamos pegados a esa situación. Ese problema lo convertimos en algo que gira a nuestro alrededor a base de preocupación, como si fuese una prenda que llevásemos puesta. Cargamos a nuestra espalda todo esa emoción y dolor, y nos lo llevamos a la calle. A lo mejor el problema tiene una solución simple. En el ejemplo anterior, quizá pudiésemos hablar con el jefe, o simplemente aceptando que en ese preciso momento no hay nada que podamos hacer para solucionarle. Porque de hecho si podemos entrar en acción, por decirlo así, lo mejor sería hacerlo. Pero habitualmente no actuamos. Nos quedamos preocupados con el problema girando una y otra vez dentro de nuestra cabeza. El problema inicial podrá ser así (indica con la mano unos dos centímetros). Pero nosotros lo convertimos facilmente en esto (abarca el espacio entre los brazos extendidos).
INT: ¿Cómo evitar eso?
F.S: De eso se trata todo esta charla (Risas).
(Entran más personas a la sala, por lo que se hace un brevísimo resumen de lo dicho hasta ahora)
A pesar de que mucha gente piensa que sabe lo que es la depresión, a lo mejor muchos están equivocados. Se trata de un estado de enfermedad ya muy avanzado. Siguiendo con el ejemplo de antes, cuando estamos con todo ese sufrimiento dando vueltas en la cabeza... eso es la ansiedad. Estamos totalmente pegados a ese problema, siendo incapaces de descolarnos. Pero no paramos aquí. Ahora nos vamos a casa, con la pareja, los niños, con tu vida. Si lo piensan bien, llevarse todo ese problema a casa carece de sentido. Lo que sería lógico sería poner una solución, si ésta es factible. Entras en casa y te dicen "¿Cómo estás?", y respondes "pues anda que tú..." (risas), porque ya estás emocionalmente alterado. "Y déjame en paz, porque me ha pasado una cosa en el trabajo..:" Y digo, ¿para qué te llevas los problemas a casa?
No te puedes escapar de ese círculo vicioso, porque en ese momento no eres consciente de que siquiera tienes algo pegado encima. De hecho no somos conscientes de otra cosa, salvo que nos hemos convertido en ese problema. Y allá donde voy "soy" el problema. Y esto es así, no porque lo diga el budismo. Estamos hablando esta mañana de cosas de sentido común ¿verdad? (varias personas asienten). Vamos por ahí echándole fuego al fuego, ahora posiblemente tenemos dos problemas, el del trabajo y el conflicto que estamos creando en casa. Suma y sigue. Vete a dormir y ya no eres capaz de descansar. A lo mejor no te acuerdas ya tanto del trabajo, pero tu marido ha dicho que quiere ver el fútbol en la televisión (risas) y gritas "¿Hoy también?" (más risas).
Y al final: "BOOOOM". La guerra en casa. Luego en la cama quizá pienses "¿Y yo qué he hecho para merecer esto?"
Vamos a considerar estos embrollos mentales torturando durante días, semanas, meses e incluso años. Sin felicidad. Un día te levantas, si es que te levantas y dices que "No me quiero lavar, arreglar, hoy no como", o al contrario, comes muchísimo. No rindes en casa, en el trabajo, con tu familia... Eso es la depresión.
Cuando ya llega un momento en el que no nos queremos a nosotros mismos, y eso, es lo único que tenemos. Estas palabras pueden llevar a error, y parecer a su vez egoístas, pero como dije antes, sólo podemos comunicarnos con el exterior a través de los sentidos, a través de las seis puertas como dice el budismo. Y si estamos mal, si el filtro está mal, ¿cómo vamos a poder hacer algo por los demás?. ¿Entienden? (muchos asienten)
Hay unas palabras muy sabias, que no pertenecen al budismo, y que si pudiera las escribiría con letras grandes ahí arriba (señala a la parte superior de la pared que tiene detrás) que dicen: "Todo depende del color del cristal con el que se mire". Si estamos en un pésimo estado mental, todo lo que tratemos a partir de ahí ¿cómo piensan que nos va a parecer? ¿Estamos preparados para afrontar nuevos desafíos, solucionar problemas, ayudar a otros en ese estado?
(Pausa de unos segundos)
¿Cómo curamos la depresión?
¿Alguien de los presentes ha sufrido de depresión?
Ya sé que nadie va a levantar la mano ahora, aquí, delante de los demás (risas) Pero alguien que haya sufrido de esta manera y lo haya superado, ¿cómo lo ha hecho?
INT: Con pastillas.
F.S: Podemos hablar mucho de las pastillas. He de decirles antes que nada, que soy médico, y como tal practico esa faceta laboral, por lo que si en algún momento hablamos algo de medicina, poseo la autoridad necesaria para ello, ¿de acuerdo?

Continuará...

martes, 21 de abril de 2009

Apresar al Toro.

Un saludo a todos de todo corazón.

El texto original dice así:
Lo apreso con feroz lucha.
Su gran poder y voluntad son inagotables.
Desde la colina embiste a la inalcanzable nube lejana,
O permanece en un barranco impenetrable.
Añadir imagen



Ahora nos conocemos el uno al otro.
Puedo escucharte mugir y decirme las cosas tan duras que me dices. Pero comprendo que así es tu naturaleza, así que lucharemos si es lucha lo que quieres. No es derrotarte lo que pretendo, a pesar de tu furia y de tu insistencia.
A veces parece que te tengo dominado, pero basta un segundo de despiste para que nuestra situación vuelva a como estaba en un principio.

La paz y la serenidad duran cada vez más tiempo, pero no puedo olvidar que apenas nos separa una débil cuerda.
Puedes embestirme y cornearme, pero como he dicho ahora nos conocemos el uno al otro.

No hay lugar donde puedas esconderte.
Gracias a todos por existir.

miércoles, 15 de abril de 2009

No es duro, tranquilo


Hola a todos:
Me llamó la atención una cosa en el último comentario de Luis Miguel, y era esa apreciación de su amigo hablando de la dificultad o dureza de emprender el camino espiritual.
Hace ya unos años, y trás un incidente ocurrido en mi vida, decidí pedir ayuda profesional. No quería que aquéllo pudiera marcar mi vida, no quería permanecer en la rabia o la tristeza más tiempo del indispensable, no quería un futuro turbio por un pasado sin resolver.
Confieso que al pedir ayuda no era consciente de lo que iba a cambiar mi vida. Tampoco de lo duro que podría resultar a veces, pero sobre todo de lo inmensamente gratificante.
No voy a entrar en detalles porque, a fin de cuentas, no son importantes. Lo único que puedo decir respecto de aquéllos días, semanas, meses... es que me ayudaron a darme cuenta de muchos errores.
Y por qué os cuento esto? Pues porque lo considero el principio de mi camino espiritual. No se trata de que hasta aquel entonces yo fuese una ameba, pero sí funcionaba un mucho por inercia y otro tanto en piloto automático.
Me había pasado toda mi vida haciéndome un sinfín de preguntas sin encontrar respuesta, siempre realizadas desde una misma perspectiva que, hasta aquéllos días, presumía indubitada.
Me había pasado todo aquél tiempo, recorriendo una y otra vez una misma senda sin llegar a ninguna parte. Lo único que me salvaba hasta aquel entonces era esa capacidad que tenemos innata, de apartar todo aquello que nos duele, encerrarlo en el cajón desastre y vivir de lo que consideramos nos hace sentir bien.
No creo haber avanzado ni mucho ni poco en el camino espiritual, entendido como ese nuevo andar desprovisto en la medida que soy capaz de antiguos prejuicios y miedos, espectativas, y absurdas ilusiones futuras.
Me costó mucho apearme de algunos esquemas, y aún me sigue costando sentir las cosas, sin más... no es fácil.
Tampoco es fácil no pretender respuestas, o al menos de forma inmediata.
Dejar de analizar y catalogar.
Reconozco que ha habido cambios esenciales y que aceptarlos fue doloroso, porque nacemos al mundo o nos inculcan desde la infancia ese sentimiento de ser únicos y especiales que no nos lleva a ninguna parte.
Asumir que tu perspectiva no es la única cuesta, como cuesta asumir que las cosas son lo que son, con independencia del punto de vista que las analiza y cataloga como buenas o malas, para mí o para los demás, o para todo.
Cuesta entender que, pese a haber crecido en un mundo material y competitivo, tu felicidad poco tiene que ver con lo que crees que eres o los demás ven en tí, o lo que crees que ven, o lo que eres en realidad, si es que eres algo...
No sé si ahora soy mas feliz o menos de lo que lo era hace unos años, porque el recuerdo de la felicidad es como el del dolor, limitado a momentos muy puntuales. Pero sí me siento mejor ahora, día a día, minuto a minuto.
Cada día me siento menos a merced del viento, de cómo se comporten los demás conmigo o se conjuguen los astros. Me siento un poco más dueña de mis emociones, que no son menos vivas pero sí mas transparentes, porque ya no ocultan ni a qué obedecen ni hacia dónde me quieren llevar.
Pese a que haya un principio del camino que pueda ser un tanto tortuoso, creo que decidirme a recorrerlo tal vez sea la mejor decisión que tomé nunca...
Tal vez porque esa decisión no fue racional...
Muchísimos besos a todos.

domingo, 12 de abril de 2009

El beneficio del Buda.

Un saludo a todos de todo corazón.

Hace unos días una persona me preguntó:

¿Para qué practicar la meditación? ¿qué voy a descubrir siguiendo un camino tan duro como el del chan si no hay nada que descubrir? ¿qué paz y qué mejoras puede traer a mi vida el budismo? ¿cual es el sentido de la existencia?...

Quizá uno de los problemas que nos amarra es que pretendemos siempre buscar cualquier provecho de todo aquello a lo que potencialmente nos podamos dedicar.
Todo, absolutamente todo aquello que acontece por nuestra mente pasa a ser catalogado inmediatamente de entre dos características: Lo Bueno y lo Malo. Creo que este punto en particular no necesita demasiada extensión.
Cuando una persona pretende aproximarse a un camino espiritual, surge nuevamente una cuestión dicotómica: ¿Qué voy a ganar con todo esto?. Voy a emplear mi tiempo, mi esfuerzo, mis esperanzas, etc, etc, etc...
Y digo dicotómica porque nuevamente nos vamos a mover entre los dos polos, ¿esto será Bueno o Malo para mí?
Una vez más perdemos la perspectiva correcta viajando mentalmente del pasado al futuro, olvidándonos del precioso y poco valorado ahora.

El señor Buda simplemente llegó a la conclusión de que hagamos lo que hagamos sobre la faz de la Tierra, todas las personas envejecemos, enfermamos y morimos. Luego se dedicó a buscar una posible solución... hasta que encontró algo que había permanecido olvidado.

Así que dejemos de lado los recuerdos de lo que ya hemos dejado atrás, y no perdamos el tiempo pensando en lo que traerá el mañana.

¿Para qué practicar la meditación? ¿qué voy a descubrir siguiendo un camino tan duro como el del chan si no hay nada que descubrir?

Por un lado, no sabría responder si el camino Chan es duro o no (¿es eso importante?), pero lo que sí que parece es que has descubierto que el mundo, tal y como lo conoces, es limitado. ¿Qué no hay nada que descubrir?, eso es el samsara, el mundo del "yo, mi y mío", de lo positivo y lo negativo.

¿Qué paz y qué mejoras puede traer a mi vida el budismo? ¿cual es el sentido de la existencia?...

¿Qué mejoras puede significar dejar de vivir la vida de la manera en que lo haces ahora? Trascender el samsara, alcanzar la paz divina y el estado mental que el señor Buda descubrió (y tantos otros después que él), parece suficientemente interesante para cualquier mente, ¿verdad?

Podemos engañarnos y seguir buscando "ahi fuera" cosas y experiencias que luego, en el momento de la muerte, no nos serán de ninguna utilidad, y que, además, no podremos llevar con nosotros.

Hay un punto importante que no quiero que se me olvide: Buda nunca quiso ser adorado (como por error acontece en algunas tradiciones). No necesita que el "budismo" crezca ni pretende que te apuntes a su club. De hecho no creó nada, por supuesto no es el creador del Mundo, y no es Omnipotente. Simplemente hizo el descubrimiento de algo que ya estaba ahí. Luego, tras varios días de indecisión, decidió compartir con otros sus conocimientos. Un movimiento lleno de compasión, por sus semejantes llenos de dolor, soledad, angustia y ansiedad, tan exactamente entonces como en nuestros tiempos modernos.

No hay, tampoco de mi parte, intención ninguna en defender mi tradición, ni mis creencias.

Existe una puerta. Si acaso, puedo señalártela. Ahora bien, de ti depende, si es tu deseo, cruzarla y descubrir que hay al otro lado.

Gracias a todo por existir.


martes, 7 de abril de 2009

ESTE CUERPO NO ES MÍO

Un saludo a todos desde el corazón.

Es frecuente escuchar a ciertas personas, cuando tienen que enfrentarse a una difícil enfermedad, quejarse con resentimiento de forma parecidad a ésta:

¿Cómo es que esto me pasa a mí? ¿Como mi cuerpo me paga de esta manera?

Es importante que experimentemos las cosas utilizando otro punto de vista. Estamos habituados a considerarnos como entidades cerradas e independientes. Pero si nos fijamos desde la perspectiva de la física y la ciencia, comprobaremos que en realidad dependemos de todo para sobrevivir. Lo que consideramos nuestro cuerpo, no es más que otra causa/efecto de nuestra existencia, de la que dependemos, y que por mucho que nos empeñemos, apenas podemos controlar.
Es cierto que de forma cosciente tenemos potestad sobre el movimiento muscular grosero, pero ¡hay tanto que escapa a nuestro poder!
Por ejemplo: tu hígado, tu corazón, tus riñones... funcionan sólos, soportando nuestros excesos, nuestra falta de cuidado y de atención.
¿Estás seguro de poder seguir diciendo "tu" cuerpo, "mi" cuerpo, o este cuerpo es "mío"?

Personalmente me pasa todo lo contrario.

Diría en realidad que ESTE CUERPO NO ES MÍO.

O por lo menos lo es tanto como el aire que respiro, aire con el que tengo una relación de dependencia vital tan importante como con el cuerpo.
Os imagináis: Perdone, pero no puede respirar aquí, porque este es MI aire. ¿Te gusta MI aire? Mira que me ha costado mantenerle así de limpio y puro. El aire de ése hombre es peor que el MÍO...

Aún puedo ampliar esto más.

De hecho puedo ampliar la relación vital que tengo, para poder existir, con el universo entero. Dependo de todo, y SOY en este momento, gracias a todo.
Recuerdo las palabras de Krishnamurti: "El Mundo soy Yo" y "Yo soy el Mundo", que cobran ahora un gran significado.
El cuerpo, el aire, la comida, las relaciones, TODO ha aportado de forma decisiva para que en este preciso instante esta persona exista de esta manera determinada, y no de otra. Se conjugan causas y este escrito aparece como efecto.

Cuando trato a mis pacientes, pienso que el universo entero conspiró de aquella forma para poder curarse así mismo. Es un pensamiento muy hermoso.
¿Cómo puedo sentir orgullo por mi clase social, por mi cuerpo o por cualquier efecto que aparezca del conglomerado que permite existir este momento de consciencia?

Definitivamente ESTE CUERPO NO ES MÍO. Nada tengo y al mismo tiempo todo lo soy.
Las palabras son engañosas y se crearon para guiar, para apuntar experiencias. Pero no para sustituir a la experiencia misma.
No obstante espero haberte apuntado un tema que merece la pena explorar y considerar con sumo cuidado.

Gracias a todos, mejor dicho a TODO, por estar ahí.
Fuera o dentro ha dejado de tener siginificado.

jueves, 2 de abril de 2009

Encontrar al toro.

Un saludo a todos desde el corazón.
Un comentario más sobre este texto zen que dice así:

3. Encontrar al Toro.

Oigo la canción del ruiseñor.
El sol es cálido, la brisa suave, los sauces verdean a lo largo de la ribera.
¡Aquí ninguno toro puede ocultarse!
¿Qué artista podría dibujar tan soberbia cabeza, cornamenta tan majestuosa?

He hecho un gran descubrimiento.

Hay veces en las que puedo observar el mundo sin estar yo mismo presente. Es como si me liberara de una capa gruesa que me ha estado envolviendo hasta ahora. Siempre creí que esta barrera era una mera protección. Pero desde este momento sé que más que ayudarme, me ha estado perjudicando.

¡Si sólo pudiese mantener este yo pegajoso y caprichoso alejado el tiempo suficiente!
Cuando no está, mejor dicho, cuando no estoy, el sol es cálido sobre mi piel, la brisa suave, y los sauces verdean a lo largo de la ribera. ¡Sin que sea necesario interpretar, calificar, controlar, o juzgar nada de ello!
Cuando es así, cuando mi mente no es más que el reflejo de un espejo, es cuando el toro aparece ante mí. Cuando deja de existir una persona con sus mezquindades, miedos, preocupaciones, cuando se diluye como una estatua de sal en el mar, encuentro una gran verdad:

¿Dónde más podría el toro esconderse?


Gracias a todos por estar ahí fuera.