miércoles, 27 de febrero de 2008

Un momento entre la mente y el Ser.

Un saludo a todos de todo corazón.
No quiero comprenderme.
No quiero analizar las cosas que me ocurren.
No quiero ver los diferentes disfraces de la gente.
No quiero hacer una lista con mis defectos y los de los demás.
No quiero entenderlos, no quiero aceptarlos.
No quiero ser un buen oído ni el hombro al que arrimarse.
No quiero jugar a la pantomima social y ganar o perder.
No quiero esforzarme, porque crea que así se cumplirán los sueños.
No quiero ser amable, ni antipático, ni servicial, ni egoísta.
No quiero creer en Dios, ni en el destino.
No quiero ser ateo.
No quiero creer en que una pareja podrá darme toda la felicidad, y no quiero vivir sólo.
No quiero que me quieran con toda el alma, ni quiero poner toda el alma quieriendo a alguien.
No quiero un rostro serio, ni ir todo el día sonriendo como un tonto.
No quiero “no quieros”.
Quiero AMAR, con mayúsculas, como ama el árbol que me da su sombra y la rosa que me regala su fragancia.
Y quiero dar las gracias a todos vosotros por estar siempre ahí fuera.

5 comentarios:

mariola dijo...

Hola Luis Miguel:
No quieres... nadie quiere querer nada, claro que no.
Seguro que algún día llegaremos a ese punto en el que comprender, aceptar, y entender no sean importantes. Un punto en el que no analicemos.
Seremos tan sólo observadores, sin juzgar, catalogar y aceptar o rechazar.
En ese punto sólo nos entretendremos en VIVIR en toda la extensión de la palabra. En AMAR como tu dices.
Muchísimos besos a todos.

Anónimo dijo...

Luis Miguel,una curiosidad:

¿Cómo sabes que el árbol y la rosa aman?

Saludos de Pepito Grillo

Luis Miguel dijo...

Ja, ja, ja.
Bienvenido de nuevo, amigo Pepito.
Hay preguntas que no tienen respuesta, en función de la sabiduría del oyente. Claro que podría tirarme horas disertando, elaborando una explicación florida y todo lo demás. Pero no es de eso de lo que se trata.
Sé cosciente del momento presente, un testigo de tu propia vida. Y quizá descubras algo frente al árbol, frente a la rosa, la montaña o frente a una persona, que sea totalmente nuevo para ti.
Puedes también no hacer nada y ser muy feliz como eres ahora. Porque al final, eres perfecto como eres ahora mismo.
Gracias por pasarte por aqui de vez en cuando.

Anónimo dijo...

Creo que este oyente que escribe tiene muy poca sabiduría, porque no entiendo lo que me dices, o lo que me quieres decir y no me dices, no sé…

“y quizá descubras algo(...)que sea totalmente nuevo para ti”.
” Puedes también no hacer nada y ser muy feliz como eres ahora.”
“ Porque al final, eres perfecto como eres ahora mismo.”

Me da la impresión de que quieres darme a entender algo que no acabo de captar porque, sin conocerme, ¿cómo dices que soy muy feliz ahora, o que soy perfecto, o me creo perfecto…?

Perdona mi torpeza, y mi atrevimiento, pero, ¿me podrías aclarar tu mensaje?

Gracias por responderme.
Me resulta muy interesante pasar por vuestro blog, aunque a veces note cierta suspicacia que seguro es fruto de mis experiencias y mis miedos, pero que a la vez me enriquece, porque a mi entender, dudar, cuestionarse, experimentar, equivocarse, son herramientas imprescindibles para crecer.

Saludos de Pepito Grillo

Luis Miguel dijo...

No tienes nada que agradecer.
Si acaso voy a pedirte disculpas por no haber escogido las palabras adecuadas en cuanto a lo de la sabiduría del oyente. Lo que quería decir, y quizá pueda explicar lo demás, es que es posible que estemos a distancia a nivel de experiencia. Lo complicado es que todo esto está más allá de las palabras, más allá de la mente. En la entrada "un momento entre la mente y el Ser" pretendía, con mayor o menor acierto, usar las palabras y la contradicción para dar ese paso. Para provocar una reacción. (Espero no haberte liado aún más. Por eso decía que la respuesta depende del nivel de "sabiduría", o mejor, de experiencia).
Es cierto que no te conozco y no sé si eres feliz o no. Lo que te decía es que siguiendo unas prácticas espirituales puede que llegues a una determinada experiencia en la que entiendas visceralmente, y no sólo intelectualmente, lo que quiería decir.
Por supuesto también puedes no seguir ninguna vía y lograr, no obstante, felicidad mental.
Por último la perfección a la que me refiero es la que cada ser humano, quizá cada ser viviente, lleva dentro. No que tú te creyeses perfecto ni nada de eso.
Espero haber aclarado alguna coda. Es siempre un placer tenerte por aquí.