martes, 30 de octubre de 2007

Las tres reglas.

Hace un tiempo, un viejo maestro de esos que ya apenas existen, me dijo unas palabras que quisiera compartir con vosotros.
Decían más o menos así:
"Antes de emprender el camino espiritual debes comprender tres reglas básicas.
La primera es: no creas lo que te digo. Aunque me consideres un maestro, nunca olvides que mis palabras son el resultado de mi experiencia única y personal, de mis relaciones, recuerdos y juicios. No obstante, detrás de todo este conglomerado, puede que se oculte algo de la Verdad.
La segunda regla dice que cuando hables contigo mismo, cuando escuches a tu mente, recuerda que te miente siempre. La mente es una herramienta, es como un caballo desbocado que debes aprender a controlar o te llevará donde ella quiera, sin que puedas hacer nada para evitarlo.
La tercera regla es que cuando oigas hablar a los demás no les tomes demasiado en serio. En realidad las personas no hablan contigo. Escupen palabras, pero se trata del juego de sus propias mentes desbocadas hablando consigo mismas. Presta atención cuando te hablen, se cortés y gentil, pero recuerda que la intención última no es contigo o contra ti, sino que gritan para escucharse a ellas mismas."
No puedo evitar que se me escape alguna lágrima al recordar estas palabras tan sabias.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

1 comentario:

mariola dijo...

Supongo que esas tres reglas ya son una gran verdad.
Yo comparo a la mente con un laberinto, nos hace dar demasiadas vueltas por los pasillos equivocados, y encima, de una vez a otra, parecemos olvidar que recorrer esos pasillos es un inútil desgaste de energía que no nos conduce a ninguna parte.
Muchísimos besos a todos.