viernes, 5 de octubre de 2007

Mas allá del bien y del mal

Hola amigos:
Yo no estoy mas allá del bien y del mal... aún estoy muy lejos, aún me equivoco una y otra vez, aún reacciono mal y cometo los mismos errores...
Luis Miguel hizo un comentario a mi anterior entrada... qué defendemos cuando nos sentimos atacados? No sé los demás... pero yo defiendo mi ego, precisamente lo que ni debería defender ni lo que necesita que se defienda.
Porque yo entiendo que mi ego es lo que yo identifico como mi identidad, mi persona, y eso es un grave error. Yo no soy ni mi mente, ni mi cuerpo, ni mi corazón, por eso, un ataque a ese ego no me puede afectar, es como si lanzaran la bomba al sitio equivocado... pero parece que, aunque lo sé, no termino de entenderlo.
Yo soy mucho más que mente y corazón, por separado y en conjunto... yo soy un infinito de posibilidades que a diario crece, con independencia de que yo sea o no consciente de ese crecimiento, y que los demás lo valoren o lo comprendan, lo acepten o lo respeten.
Por alguna extraña razón y por mucho que estemos convencidos de que nuestra acción es la correcta o nuestros pensamientos los adecuados, parecemos necesitar la aprobación de quienes nos rodean, y hasta cierto punto, es natural pretender que todas las personas a las que amamos nos entiendan y apoyen, nuestros amigos, nuestra familia.
Pero no es necesario para ser felices ser entendidos ni aceptados y menos aún si el rechazo proviene de un extraño. Para que defendernos ante una agresión de alguien que ni remotamente nos conoce? que nos rechaza por sistema, sin tener ni un atisbo de conocimiento sobre lo que rechazó?
Nos disminuye el insulto de un extraño? por qué? yo soy yo con o sin la aprobación o el rechazo de otros. Yo soy igual y permanezco aunque no me entiendan, aunque no me apoyen, incluso aunque me desprecien. No necesito la comprensión de un extraño para crecer, no necesito que nadie me explique como sentir, como pensar, y menos aún que me lo diga aquél que no es capaz ni de imaginar lo que se mueve en mi interior.
Y pese a saberlo, una vez tras otra me siento herida, me siento disminuída, y me defiendo... cuando en realidad, la bomba no dió en el blanco, porque iba muy mal dirigida.
Muchísimos besos a todos.

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