martes, 17 de julio de 2007

El equilibrio de los opuestos


Ayer por la tarde estuve conversando con un buen amigo mío, de esos de toda la vida. Alguien que se crió conmigo junto al mismo maestro, y que sin ninguna duda ha alcanzado la maestría, aunque no sea cociente de ello.

¡Bendita ignorancia!

Conversando animadamente mientras echábamos un vistazo a los últimos comentarios de este blog, se planteó el siguiente tema:“La búsqueda de la felicidad”

Tras algunos comentarios llegamos a la misma conclusión, aunque he de decir sinceramente que su claridad de visión me fue del todo reveladora.

La búsqueda de la felicidad como la conocemos en el día a día, normalmente, lleva al sufrimiento. ¿Cómo puede ser eso?

Pensemos en el ejemplo de una persona que busca desesperadamente el amor, y que sólo encuentra desamores, o el que busca su felicidad en el dinero, y así sucesivamente. En realidad es un truco de nuestra mente, que funciona de forma clasificatoria. Digamos que la felicidad en sí no existe más que la infelicidad, y que ambas van unidas y son inseparables. Es fallo de nuestra percepción el definirlas como unidades propias.Pondré el ejemplo del amor.Buscamos con otra persona la felicidad en una relación. Pero sólo queremos, digamos así, la parte buena, o satisfactoria, de esa persona. Nos cegamos en encontrar sólo lo que nos interesa y olvidamos el resto, que sigue siendo parte indivisible de ella. El amor más hermoso está en tener una visión global y completa del otro, con su luz y oscuridad y disfrutar de ambos. El amor, como todo lo demás, no puede ser estático y debe renovarse. Los amantes discuten, y se reconcilian, es como un juego. Los papeles deben también cambiarse, la mujer hace de hombre, y se enfada con fuerza y dureza, y el hombre debe hacer de mujer y volverse sumiso y sensible. Y así va cambiando el ciclo de los opuestos una y otra vez, renovándose en cada vuelta. Donde hay vida, hay muerte, no puede haber siempre sólo vida, por más que nos empeñemos, y suframos en el intento.

Es un tema muy hermoso.

Gracias a todos por estar ahí fuera.

1 comentario:

mariola dijo...

Holaaaaaa....
Buen tema Luis Miguel, sin lugar a dudas.
Te digo, os digo... esto es mi opinión...
Creo que precisamente lo divertido y lo especial de esta vida, lo intenso del amor, lo sublime... está en el equilibrio de los opuestos.
Sin oscuridad no podríamos concebir la luz, necesitamos la sequía para valorar la bendición del agua.
Necesitamos haber sentido la tristeza para saber apreciar la alegría.
Valoramos más el amor después de haber sufrido un desamor.
Pero siempre queremos lo bueno, el amor, la felicidad, la luz, el agua...
Nos negamos una y otra vez a entender, o mejor dicho, a aceptar, que el agua sólo seguirá entre nosotros si ponemos el remedio a la sequía... que el amor sólo nos acompañará si sabemos aceptar a los demás como son y no como pretendemos que sean... que la oscuridad siempre precede y sucede a la luz, y que, por eso, la felicidad es todo, la alegría y la tristeza, el amor y el desamor, el agua y la sequía, la luz y la oscuridad.
La felicidad lo es todo y se compone de muchas cosas, de esas que os he dicho y de tantas otras, y todas son esenciales e importantes...
Muchos besos a todos los tristes, los alegres, los enamorados y los desenamorados... esto parece aquel anuncio de cocacola.