martes, 25 de marzo de 2008

Sentirnos vivos

Hola a todos:
Que huimos del dolor, que buscamos la felicidad, el placer... eso creo que todos lo tenemos claro.
Que asociamos la felicidad a ese placer, a esa lejanía del sufrimiento... también.
Pero a menudo me pregunto por qué la mayoría de la gente no saborea la paz, la serenidad... por qué no se asocia con la felicidad?
A menudo me asombra descubrir que muchas personas asocian su felicidad a las descargas de adrenalina que les hacen "sentirse vivos". Precisan emociones fuertes que les hagan reaccionar, que les produzcan ese estado en el que parece que salten chispas... y se llega a convertir en una especie de droga necesaria sin la que ya no consiguen sentirse bien, ni ser felices, ni tan siquiera sentirse vivos.
Existe un estado de paz, de serenidad, en el que tu vida se siente en toda su intensidad, y que no es comparable a ninguna descarga de adrenalina.
Existe un estado de placer y felicidad, tranquilo y pacífico, que trasciende el mundo que te rodea y sus circunstancias.
Existe un estado de bienestar que sólo depende de tí y no está a merced del mundo.
Existe un estado en el que mirar es ver, escuchar es oir y todo puede ser apreciado. Ese estado sólo depende de tu fuerza interior que es ilimitada, de tu energía que es toda...
En ese estado te sientes más vivo que nunca, porque no es ni corto ni largo, no tiene duración determinada, no es ni más ni menos fuerte, es intenso...
Es tan sencillo, tan barato, siempre está a tu disposición... haga frío o calor, estés sólo o acompañado... ser feliz sólo es serlo, sentirlo... y ya está, así de simple, rápido y fácil.
Muchísimos besos a todos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentário em mi blog. saludos
anamorgana

Maru dijo...

Como dijo Rosseau, todos nacemos felices y puros y la sociedad nos corrompe.
Si no lo crees, fíjate en un niño bien pequeño, es feliz... en cambio cuando empiezan a crecer, les empiezan a poner guijarros en su camino para que le hieran sus pies... por un lado, no hables, eres muy chico, , no toques eso, o sea... ¿cómo quieres que seamos de adultos?

besos

Pedro Estudillo dijo...

Tan fácil y tan difícil al mismo tiempo. Como dice Maru, deberíamos aprender más de los niños. Un niño es capaz de poner los cinco sentidos en un simple botón de la camisa del padre, mientras éste se encuentra delante de las magníficas pirámides de Egipto intentando admirarlas, porque todo el mundo lo hace y es lo correcto. Al niño le trae sin cuidado lo que haga todo el mundo, él sólo va a lo suyo: al botón de la camisa, que es lo que le llama la atención en ese momento.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Facil? y que dificil lo encuentro. paz, serenidad donde estás?
saludos
anamorgana

mariola dijo...

Hola anamorgana:
Bienvenida, un abrazo.
Has mirado dentro?
Dentro de tí, me refiero. Tal vez sólo se haya escondido, pero, está ahí fijo.
Otro abrazo.