miércoles, 12 de noviembre de 2008

A la caja, por pesado.

Hola a todos:

Hace poco las cosas cambiaron, o yo lo viví de esa manera... y me empecé a sentir fuera. Fuera de qué? No lo sé muy bien.
Lo que había empezado siendo la idea de uno y la colaboración de otros, se estaba convirtiendo en algo distinto. Ya no era un lugar donde contar o preguntar, ahora era mas bien un sitio donde aprender y yo no tenía nada que enseñar.
Y aprender? Eso claro, aunque en principio no dejaba de tener la sensación de estar escuchando lo que antes ya había oído, pero sólo tendría que tener un poco de paciencia y ya aparecería algo nuevo para mí.
Esa fue sólo la primera apreciación, la primaria sensación... luego dió paso a otras cuestiones.
Cierto es que todo ha cambiado, no es sólo una apreciación mía, pero es el cambio natural que produce la evolución.
Lo malo de los cambios, incluso de las evoluciones, es que no se producen en paralelo, y de quien hoy te sientes muy cerca, por coincidir en un punto parecido de esa evolución, mañana te adelanta y lógico es sentirse "abandonado" o sencillamente "fuera de órbita".
Claro que si todo se trata de expresar lo que quieres expresar, respecto de tus dudas, tus anhelos, deseos o pensamientos, si sólo buscas compartirlos y no esperas recibir nada a cambio...
Si sólo hablas porque quieres hacerlo y no esperas respuestas...
Si cuentas porque te hace sentir bien, y en algunas ocasiones, las respuestas aparecen ante tí en forma de preguntas de los demás... o de sus propias experiencias...
Lo cierto era que seguía sintiendo que ya todo carecía de sentido, pero tampoco me apetecía marcharme de allí. Tenía la extraña sensación de que formaba parte de ello, o aquéllo formaba parte de mí, porque yo, en alguna medida, había aportado algo al nacimiento y desarrollo de la criatura.
Y en mi incansable tendencia a las vueltas sin control, seguía pensando de dónde nacía ese sentimiento que me apartaba de aquel proyecto compartido con mis amigos... y vuelta tras vuelta... encontré la respuesta.
En realidad yo ni me sentía abandonada, ni fuera de nada. Quien empezaba a sentirse despechado era mi tremendo ego, que era el que se encargaba de engordarse en su absurda creencia de que aportaba algo al mundo, cuando en realidad siempre recibimos bastante mas de lo que damos.
Mi ego casi había conseguido sacarme de un pequeño o gran proyecto, según se quiera ver, que me hacía sentir muy bien, que me había proporcionado grandes momentos y me había regalado un sinfín de conocimientos, y así seguiría en el futuro, aunque tal vez, lo hiciera por otro camino.
Pues a la caja, ahí guardadito no volverá a molestarme... al menos hasta que de nuevo encuentre la forma de escaparse.
Muchísimos besos a todos.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Preciosa toma de conciencia. Ojalá pudiéramos ser más conscientes y aceptar que nuestro papel cambia, sin dejar de sentirnos por ello, ni menos ni más importantes que al principio.

Un besillo.

Anónimo dijo...

Querida Mariola:

Me gusta el enfoque que le das, y me gustaría ser capaz de tomar esa distancia cuando me ocurre algo, aunque no esté muy de acuerdo con tu conclusión.
Hay veces en que nos anulan y nos ignoran, o... ¿somos nosotros los que nos sentimos ignorados?.

Pero hay algo que no me cuadra:
Si el problema era tu ego, y ya lo guardaste en la caja...por qué será que te sigo notando desencantada, desanimada, tristona, no sé.

Gracias por escribir. Se aprende mucho contigo.

Luis Miguel dijo...

Un saludo a todos desde el corazón.
Querida amiga, tu sinceridad es encomiable.
Tu escritura sirve para que todos avancemos leguas en nuestro angosto camino.
Gracias por estar siempre ahí, apesar del polvo del sendero.

Pedro Estudillo dijo...

Me alegro de que vencieras esta batalla, porque con ello no sólo ganas tú, sino que ganamos todos.
Pero no bajes la guardia, nunca se sabe cómo ni cuando volverá a aparecer el enemigo. Y recuerda que cuentas con todo un batallón de personas que te aprecian para ayudarte en la lucha.
un fuerte abrazo.

mariola dijo...

Hola a todos:
No vais por buen camino... se está intentando salir de la caja por vuestra culpa.
Pepito, no se en tu caso como será, pero en el mío, te contaré como lo vivo.
No creo que nadie me pueda ignorar ni anular, creo que eso es simplemente imposible.
Yo seguiré siendo yo y existiendo, con independencia de cómo me traten los demás o me incluyan o no en las relaciones.
Seré siempre yo la que se pueda sentir fuera o anulada o ignorada, pero, nunca olvides que sólo es una sensación, sólo eso.
No se si es distancia, pero cuando alguna vez me siento así, me paro, me sereno y pienso... qué está pasando? Y en esa distancia que aporta la serenidad... encuentro que sigo siendo la misma.
Y no estoy triste.
Besos a todos

Anónimo dijo...

Hola!
En mi caso, mi ego es eso que se me adelante en reacciones y me devuelve una imagen deformada de lo que soy. Por eso intento, serenarlo para que no se apresure, y la metáfora de meterlo en la caja es buena.


Un Saludo!