domingo, 16 de noviembre de 2008

La única plegaria que merece la pena.

Un saludo a todos desde el corazón.
El mundo está loco. ¿O será que están todos sanos y es mi mente la que enloquece?
Mire a donde mire sólo encuentro la exaltación de la individualidad.
Según dice el psicólogo "tengo que realizarme como persona". El sacerdote me dice que "tengo un alma preciosa y única que pertenece a mi Dios". El presidente del país donde resido, y donde nací por casualidad, me indica que "debo ser un patriota". La televisión, la radio, y hasta el cine, me hacen ver que "debo ser atractivo, especial, y deseable".
Todo esto, además, me hace considerar una serie de conclusiones, porque "quiero ser alguien, quiero que la gente me admire y me estime".
En realidad "quiero sentirme aceptado", y con esta exaltación de mi individualidad creo que aseguraré el chorro ininterrumpido de amor que necesito.
Me reitero, el mundo está loco.
Esta historia ya la he contado una infinidad de veces. El rey se dio cuenta de que todo su pueblo había enloquecido por haber bebido de una fuente envenenada. Se enfrentó a un dilema. ¿Debería beber como los demás? Y así lo hizo, porque aunque loco, seguiría siendo rey.
Ni creo que haya alma (sí, sí, ya sé que es un poco radical para algunos, pero qué le vamos a hacer), ni estimo que tanto valorar la importancia individual esté ayudando realmente a nadie.
No quiero ser patriota (pero de ningún país, que conste, si acaso ciudadano del Universo), ni pertenecer a ninguna religión, casta, estamento, grupo, o sector.
No quiero ni siquiera ser Luis Miguel, si eso hace que mi dolor sea diferente del dolor de otro ser humano.
Porque si caen las barreras, si las personas dejamos de ser tú y yo y pasamos a ser sólo Humanidad, quizá, vuelva la compasión, la gratitud, el amor incondicional, el compañerismo y la ayuda entre nosotros.
Porque si existe alguna oración que merezca la pena rezar debe de ser ésta.
Sé que parece idealista, pero muy extraño será que sólo un ser humano (porque no hay nada más) haya llegado a esta conclusión.
Que caigan todas las barreras, porque alimentar tu individualidad, en la manera que sea, sólo va a traerte problemas, además de una pérdida total del poco tiempo que tienes sobre este planeta.
Alguien te ha dicho que "tu vida es sólo tuya, que tienes todo el derecho a administrarla como quieras" y toda esa sarta de estupideces.
El mundo está loco, y a mi me toca seguir rezando la única plegaria que merece la pena.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

4 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Puedes estar seguro de no ser el único en llegar a esa conclusión. Sólo espero no desfachecer y terminar bebiendo también del agua envenenada (suerte que no soy el rey).
Un abrazo.

mariola dijo...

Holaaaa!!!!
Nunca entendí muy bien lo que mueve al hombre, desde el principio de los tiempos, a aglutinarse, asociarse o reunirse en base a unas creencias, o ideas políticas, o aficiones, etc, etc.
No es que esté en contra de agruparse, todo lo contrario, siempre me pareció que compartir enriquece.
Es sólo que resulta incongruente con el individualismo del que constantemente hacemos gala.
Será que utilizamos esas agrupaciones, políticas o religiosas para reafirmarnos?, para darnos la razón en grupo?
No sé, pero te doy la razón, el individualismo en nada nos ayuda, y menos aún si ese individualismo lo reforzamos desde el grupo.
Uno, varios... porqué no todos? Porque al final de una u otra raza, creencia, ideología... seguidores de un equipo o del contrario... todos, absolutamente todos, le tenemos miedo a las mismas cosas, desamos la felicidad y evitamos sufrir.
Muchos besos a todos.

Drago dijo...

Somos parte de un todo o de una unidad y esa unidad no está entera sin nosotros.
A veces necesitamos que el grupo nos ayude, nos lleve, nos alimente y en otras ocasiones, somos nosotros los que sentimos que aportamos, damos y somos protagonistas. dos caras de la misma moneda.
Un abrazo.

Hada Saltarina dijo...

Precisamente hoy releí algo muy importante para mí, y hablaba del ego y de la individualidad. El ego sería esa exaltación de la que hablas y que, no siempre es bueno; pero yo creo que tampoco conviene exagerarlo porque el ego en determinado grado y en determinado momento es necesario para el desarrollo del ser humano. Luego está la individualidad, esa toma de conciencia de uno mismo (iba a decir alma, pero me voy a callar por respeto a tus palabras. Esa toma de conciencia que en vez de empequeñecer amplía y en la que uno puede verse como la parte e incluso el todo. Creo que a esa individualidad que se convierte en unidad y fusión es a lo que tendemos por progreso de nuestra esencia; con los debidos pasos previos.

Un abrazo