jueves, 3 de julio de 2008

Un paso adelante

Hola a todos:
No sé si alguno de vosotros ha tenido alguna vez la sensación de que la vida son constantes ciclos, igual que la historia, la economía, pero aplicado a nuestro diario vivir, mejor lo llamaría microciclos.
A veces me parece que las cosas se suceden en una cadencia organizada, una cadencia que hace que, de vez en cuando, pongamos los pies en la tierra, tomemos contacto directo con la realidad, valoremos lo importante, descartemos lo prescindible.
Tal vez yo esté especialmente predispuesta a estos ciclos, tal vez el universo considere que esta es mi única forma de reaccionar, mi única forma de avanzar y crecer. No quiero con esto decir que sólo a mí me ocurran estas cosas, pero sí tengo una especial forma de afrontarlas, me afectan y mucho y eso tiene que tener algún sentido.
Pero el tiempo me ha enseñado que, hasta de lo peor que vivo puedo sacar provecho, que todo tiene una explicación, una razón de ser. Todo vale, todo me hace crecer.
No puedo entender que ocurran cosas como las que os contaba en mi última entrada, ni quiero entenderlas. No creo que sucesos como ese tengan una causa, ni conduzcan a un fin, carecen de motivos… entonces, para qué ocurren? por qué ocurren?
No lo sé, no tengo respuestas, ni a esto, ni a tantas cosas…
Pero sí tengo siempre una misma sensación ante lo inexplicable, ante lo injustificable, los hechos sin sentido y es que, todos nos ponemos de acuerdo, o casi todos, y tal vez, ese sea en sí un gran paso.
Poco importan las ideologías o los credos, las razas, edades o culturas. Unos pedirán la condena a muerte, otros la Ley del Talión, otros la perpetua, pero todos, absolutamente todos, incluso los que por alguien así sean capaces de sentir una mínima compasión, estarán por una vez de acuerdo en algo, y ese algo es que nunca debió ocurrir, y ese algo es mucho y es grande.
Tal vez, cada vez que nos ponemos todos de acuerdo, sea un pequeño paso adelante, tal vez ese pequeño paso, ese punto en el que coincidimos llegue a ser un punto de inflexión entre ayer y hoy y mañana, tal vez descubramos sorprendidos que tenemos mucho más en común con los demás de lo que a primera vista creemos.
Porque nos educaron en la distancia a los católicos y los musulmanes, los budistas y los ateos, los hindúes, luego crecimos a kilómetros de otras culturas y nos pusimos barreras ideológicas y políticas, cuando en realidad, lo que a todos nos gusta, lo que todos detestamos, lo que buscamos, lo que soñamos y a lo que aspiramos, sea igual... todos queremos ser respetados, todos pretendemos ser felices, todos buscamos conservar lo que a pulso hemos ganado... nadie quiere sufrir sin sentido, nadie quiere perder si no ha jugado ni arriesgado, nadie quiere ser insultado, ni golpeado, ni maltratado...
Aún es un poco pronto para ninguna conclusión... de momento, la mezcla de sentimientos sólo me permite algunas impresiones, y esta es muy buena, por eso la quise compartir.
Muchísimos besos a todos.

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