viernes, 10 de diciembre de 2010

... de jueces y verdugos

Hola a todos:
Ayer fue un día un tanto intenso, un día que me hizo pensar muchas cosas, intentar entender, que no compartir, muchas de las cualidades o defectos que definen a la gran mayoría del género humano.
Nos habíamos acostado el día anterior con una noticia un tanto triste. Acababan de dejar en libertad con cargos a una gran deportista, tal vez la mejor atleta española de todos los tiempos. La noticia no dejó indiferente a los miembros del club deportivo al que pertenezco y rápidamente se originó un incesante envío de mensajes de condena, rechazo y desengaño al foro.
Les pedí tranquilidad y prudencia, respeto a su persona y a su inocencia, pues de momento, sólo era sospechosa, les puse de manifiesto el grave e irreparable daño que estaba sufriendo con todos esos mensajes...
De poco o nada sirvió. Muchos hablaban de que se había convertido hace años en un icono del deporte, en el modelo que proponían a sus hijos para que se convirtieran en gente de provecho, en que en el mundo de deporte las trampas de unos a todos convierten en sospechosos, bueno, los detalles no importan, lo esencial era la condena e incluso su quema anticipada.
Y me preguntaba qué explicación tenía esa furibunda reacción contra ella, la ya culpable, la que ahora parece que siempre nos engañó. Porque ponían en tela de juicio toooda su carrera deportiva aunque supieran que había superado todos los controles establecidos.
Qué les duele? Por qué se sienten tan directamente atacados?
En base a qué nos convertimos en jueces de los demás? en verdugos?
Porque ya está condenada y marcada de por vida. De nada servirá una nota de prensa contando que es inocente, muchos creerán en la habilidad de un abogado frente a un débil sistema judicial como responsable de esa absolución, otros la atribuirán a su cargo federativo y la influencia de las altas esferas para no ver dañado el nombre del deporte español. Pocos creerán en su verdadera inocencia, y nada podrá paliar el fustigamiento al que se está viendo sometida.
Pero voy a dar un paso más, el paso de su posible no inocencia. Supongamos que un día un juez la condena en base a unas leyes que castigan el tráfico de unas sustancias prohibidas a los deportistas. No deja de ser una sanción a una conducta que hoy y ahora se considera ilegal, que ayer no lo era y que tal vez mañana deje de serlo.
Porque nadie se engañe, que nadie hable de su inocencia, porque todos, absolutamente todos nos dopamos, y no sólo para competir, lo hacemos en nuestra vida diaria. Dopante es toda sustancia que nos ayuda a un mejor rendimiento o disminuye los negativos efectos del esfuerzo. Tomar glucosa o ibuprofeno (perfectamente legales) lo hacemos todos y es legal. Hasta hace muy poco, era legal autotrasfundirse. La couldina, el ventolín o el redbull están en la lista. Conozco compañeros que se atiborran de cortisona después de una maraton, pero es legal.
Si mañana incluyen el ibuprofeno en la lista, somos todos tramposos? Todos ilegales? Nos quemamos en la hoguera como estamos haciendo con ella?
Y vuelvo a lo de antes... que nos duele? qué nos hace sentirnos atacados de forma directa? Será pura y simple envidia? porque claro, ahora entiendo que corriera mejor que yo, si la han pillado vendiendo sustancias dopantes es porque ella las tomaba, por eso corría más rápido que yo... seguro.
Por qué nos resulta tan fácil condenar lo ajeno y justificar lo propio?
Por qué nos consideramos conocedores de la verdad? del bien, del mal? lo justo, lo injusto?
Todo es relativo, todo es lo que es con independencia de cómo lo cataloguemos o describamos, lo que nos parece es eso, sólo eso, lo que a nosotros nos parece.
Por qué nos resulta tan complicado ser simples testigos?
Por qué nos convertimos en jueces y verdugos?
En realidad, qué es lo que condenamos?
Muchísimos besos a todos.

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