jueves, 21 de mayo de 2009

Sólo dos palabras.

Un saludo a todos de todo corazón.

Charlaba el otro día con un compañero que me hablaba de su casa de la playa, de la cantidad de chicas con la que se acostaba los fines de semana, de cómo había comprado aquel televisor de plasma tan grande y tan caro, etc, etc...
No es que estuviera intentando quedar por encima de nadie. Simplemente es que mi querido colega me quería preguntar que, comparado con su nivel de vida, y con lo feliz que era, ¿qué podría ofrecerle el budismo?.
Había estado viendo los vídeos del curso en Youtube, y tenía curiosidad.

Sin querer ser demasiado brusco, e intentando elegir un vocabulario que pudiese entender, le comenté:
- Es un juego de la mente el querer instintivamente buscar objetos "ahí fuera", momento a momento. Por eso cuando has hablado del budismo, inmediatamente lo has transformado en un premio, un "algo" que se conseguirá después de un tiempo determinado.
Pero puedo decirte que el budismo podrá enseñarte a cambiar los puntos de vista erróneos que te hacen valorar las cosas como lo haces actualmente.

- ¿Qué puntos de vista?. ¿Acaso tener una casa en la playa es un error?

- No, no tiene por qué serlo. Pero lo que ahora disfrutas como una casa, o un coche, no te está recompensando con una felicidad duradera y estable. De hecho, es todo lo contrario. Hoy te da la felicidad y mañana se puede convertir en una carga. Así es la naturaleza de las cosas. A veces algo insignificante, como dos simples palabras, pueden dar la vuelta a tu mundo.

- Eso me gustaría verlo. Este fin de semana me voy de viaje. ¿Qué dos palabras son ésas?

- TIENES CÁNCER - le dije muy despacio. Mi colega guardó silencio con la mirada perdida -. Tan sólo dos palabras pueden hacer que todo lo que te importa pierda su sentido. Así de voluble es el mundo de la mente caprichosa.

Usé un ejemplo brusco. La sutileza no suele ser muy útil cuando se trata de apuntar a la ignorancia de la mente.
Si nos dicen esas dos palabras, la comida deja de tener sabor. El sexo no nos llama la atención, y el futuro deja de ser eso que siempre estará allí esperándonos.

- El Budismo - continué - puede aclararte cómo ése pesimismo que te embarga ahora, tan impermanente como todo lo demás, sigue perteneciendo a este juego de causa y efecto, donde todo lo que nace más tarde o más temprano tiene que morir. Sin embargo, como te digo, sólo se trata de un punto de vista equivocado, y no sólo a nivel intelectual. Disipando la niebla de la ignorancia y el error, el sol de la mente clara y pura podrá brillar con todo su esplendor.

No tengo la menor duda de que mi colega entendió a dónde apuntaban las palabras.

¿Entendiste tú?

8 comentarios:

Abril Lech dijo...

El budismo o todo aquello que te acerque a la espiritualidad de tu ser, que te ayude a expandir tu conciencia, que acalle un poco al ego que sólo busca el "yo separado", que descubra la unidad con todo en la dualidad de la vida, que penetre en el interior de sí mismo para encontrarse en lo profundo...

Es que tu amigo está muy afuera, demasiado aferrado a lo efímero de la experiencia humana. Tal vez no haya llegado su tiempo...

Luis Miguel dijo...

Querida Abril, gracias y ¡bienvenida!.
Sobre lo que expresas con tanta sabiduría diría aún más.
Con un camino espiritual adecuado, podrás experimentar de primera mano que no hay ego que acallar, que estar separado o unido no son más que meras posiciones de la mente. Que no hay dentro ni fuera, antes ni después.
Si mi amigo no está preparado, ¿quién lo está?.

mariola dijo...

Hola a todos:
Todos buscamos un cierto estado de bienestar en lo que conocemos, en los "placeres de la vida", viajes, pertenencias, posesiones, diversión.
Cuando algún día oyes esas dos palabras, o las que sean, cuando eres consciente de que esa felicidad o bienestar llegan de fuera y es inestable, centras tu atención en lo importante.
Pero a menudo esa atención dura lo mismo que el problema.
Volvemos una y otra vez a buscar ese bienestar fácil y efímero, una cosa tras otra, cada vez mas y mas liados, y cada vez mas y mas atrapados en una rueda que, en algunos momentos nos concede un cierto bienestar y en muchos otros un gran sufrimiento.
Cada uno debe averiguar cuando llegó su momento, cuando ha decidido alcanzar una paz duradera.
Muchos besos a todos.

Pedro Estudillo dijo...

Un ejemplo demoledor. Lamentablemente muchos sólo lo comprenden a través del sufrimiento previo... y algunos ni por esas.
Es difícil aprender por cabeza ajena.

Un abrazo.

Rev. Yin Zhi Shakya, OHY dijo...

Luis Miguel: Podríamos decir que: Según la primera de las Cuatro Nobles Verdades: La vida es amarga y dolorosa. A no ser que esta Verdad sea comprendida... no aceptada con fe, sino reconocida... no estudiada, sino testificada... no asumida por la razón, sino verificada por la experiencia, absolutamente y sin matices, a no ser que una persona sepa desde la cabeza a los pies que la vida es en verdad amarga y dolorosa, no será hasta entonces siquiera un candidato para la liberación budista.

La Primera Verdad debe ser asimilada antes de que la Segunda Verdad pueda ser revelada. Vivir en el Samsara es sufrir. Vivir bajo la tiranía del ego es una batalla sin fin que no puede terminar en victoria. Mientras el tirano viva, nos tiraniza. Somos fustigados. La salvación, por tanto, comienza confesando la derrota. (No con un acto de contrición, como algunos lo pueden entender, sino meramente como una confesión de la derrota. La contrición viene después.)

En el léxico de la salvación, la Desilusión llega antes del Despertar.
La Maestra

Luis Miguel dijo...

Querida Maestra:
Muchas gracias por su comentario.
Amigo Pedro: Como has leído en el comentario de la Rev. Yin Zhi Shakya, no se trata sólo de comprobar que en la vida se sufre. Es algo más.
Es el darse cuenta con las entrañas, y no sólo con el intelecto, de que la batalla contra el sufrimiento, tal y como se realiza habitualmente (en eso que llamamos samsara) está perdida de antemano. Es ver cómo toda búsqueda lleva al desastre, y en ese momento claudicar, y rendirse.
Sólo entonces la mente caprichosa y antojadiza podrá resquebrajarse lo suficiente como para dejar pasar un fino halo de luz.
Sólo entonces podrás entender y abrirte a una nueva posibilidad, o como dice la Maestra, estarás preparado para la Segunda Noble Verdad.
Es curioso, pregunto, por qué las personas experimentan cierta paz atemporal y claridad mental, cuando sufren una gran desgracia o enmedio de una catástrofe. Ahí no existe la mente caprichosa. Aparece después, cuando todo ha pasado, para torturar a su manera, recordando, y preguntando (¿por qué a mi?)...

Manuela dijo...

Hola Luis Miguel:
Leí la respuesta de la maestra y estuve reflexionando sobre ella. “La vida es amarga y dolorosa”…Te hablo de mi. Tengo una tendencia a la lucha, a no claudicar ante las adversidades de la vida. Supuestamente esta primera verdad tendría que hacerme tirar la toalla. Es curioso el paralelismo con algo que explicaba el otro día una doctora que ocurre con los moribundos, ella comentaba que atraviesan tres fases: caos, rendición y trascendencia. O sea en el momento en que dejas de luchar y aceptas que vas a morir es cuando ocurre la transfiguración y el mar alborotado se vuelve sereno y refleja la luz de la Mente Clara. Tal vez la primera verdad se refiere a esto mismo, a dejar de luchar, a dejar de creer que con mi esfuerzo conseguiré ser más feliz o hacer más felices a los demás. Es cierto que vivir en el samsara es sufrir, hay personas que sufren constantemente y son muy pocos sus momentos de paz. Pero como tú decías si te dicen que tienes cáncer todo cambia y eres capaz de disfrutar de los pequeños momentos…¿Cuándo disfrutas de ciertos aspectos de la vida estas negando la Primera Verdad? ¿estas volviendo a la inconsciencia dejándote atrapar por flashes de felicidad, de alegría, de paz…? He visto a muchos budistas con un gran sentido del humor, alegres, compasivos, tiernos, dulces…¿Cómo se casa esto con la Primera Verdad? A mi hay cosas que aun me parecen maravillosas en esta vida aunque intento estar consciente de la impermanencia pero eso a veces las hace aun mas hermosas y profundas. Me gustaría saber tu opinión. Gracias por todo y a todos. Manuela.

mariola dijo...

Hola a todos:
Maestra, dice que según la primera de las cuatro nobles verdades la vida es amarga y dolorosa...
No lo pongo en duda, pero lo que si pongo en duda es que simplemente así nos parezca a nosotros. Me explico:
Es amarga y dolorosa porque nos situamos en el punto de vista incorrecto? Es así? La vivimos así porque vivimos en el samsara? Deja de ser así en algún momento?
Sé que lo que en el pasado me hizo sufrir ahora lo veo desde la distancia y ya no duele, por tanto, el dolor, el sufrimiento en realidad me lo causé yo misma. Las cosas son lo que son, ni buenas ni malas, el catálogo lo pongo yo, o mi ego, y nada mas.
No sé si me he explicado bien, tal vez en otro momento, con mas detenimiento, consiga expresarlo mejor.
Muchos besos a todos y gracias.