martes, 1 de abril de 2008

Nos estaremos equivocando?

Hola a todos:
Hace días que doy vueltas en mi cabeza a una idea. Si todos estamos de acuerdo en algo, es en que queremos ser felices, creo que hasta aquí la mayoría me daréis la razón.
Si después desmenuzamos un poco, creo que también hay cierto nivel de consenso en otras cosas, tales como:
- Que somos esencialmente buenos o lo fuimos en nuestra infancia...
- Que la felicicidad no es un estar, sino un ser...
- Que lo material no nos conducirá a ella, porque lo material no perdura...
- Que la felicidad es un presente, desenganchado del recuerdo y sin preocupaciones por un futuro incierto...
- Que el amor es esencial al ser humano, y la felicidad pasa inexorablemente por una vida con y por amor, por la pareja, los hijos y los amigos, por la gente en general y por sus distintas manifestaciones: el perdón, la tolerancia, la compasión...
- Que en gran medida somos dueños de nuestras vidas y lo que hacemos con ellas...
- Que no somos entes individuales y que nuestras acciones y las de los demás están constantemente conectadas y se influyen...
Hay tantas cosas en las que estaríamos muchos de acuerdo, verdad? Entonces dónde nos equivocamos? en general... no me refiero ni a unos ni a otros, sino a ese gran conglomerado que a diario se queja por todo, protesta por todo y anhela absolutamente todo... como si no tuviera nada, que inexacto es...
Se me ocurre una respuesta, tal vez sea un poco absurda, pero os la cuento. Tradicionalmente, la sociedad que nos ha tocado vivir, o una buena parte de ella, la comercial, la de la búsqueda del éxito, la de la publicidad... nos convenció de que el dinero nos aportaría felicidad, un buen coche, un gran viaje, una lujosa casa... los príncipes azules, por no hablar de ropas, tratamientos estéticos, cirugías plásticas, etc etc.
Dentro de ese concepto de felicidad, la del que le tocó la lotería, esa felicidad como digo es ruidosa, cuenta anécdotas de los maravillosos viajes, exhibe los lujosos coches e invita a impresionantes fiestas... y nos lo hemos creído.
Tal vez ahora, pretender ser feliz sin aspavientos, en silencio, resulte difícil e incomprensible para muchos, porque nadie entiende que alguien pueda ser muy feliz, plenamente feliz sin nada de eso. Y es justo lo contrario, porque el dinero, los coches, los viajes... duran lo que duran y seguramente (yo no lo he comprobado) sólo aportan el placer efímero de conseguir algo que al alcance de pocos está, para después formar parte de una rutina.
La verdadera felicidad no hace ruido, ni se cuenta salvo a aquéllos que desean sinceramente escuchar que a tí te hace verdaderamente feliz contemplar un eclipse de luna.
Muchísimos besos a todos

3 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Hermosa reflexión, Mariola; y muy acertada (según mi opinión). En lo único que no estoy de acuerdo es en que todo el mundo sabe las cosas que enumeras. No lo creo, porque no lo demuestran, y me cuesta creer que haya tanta gente tonta en el mundo. Por lo general, nos guiamos por la información que nos llega desde los distintos medios, y si esta es errónea (como bien dices), pues e ahí el problema.
Un abrazo.

Luis Miguel dijo...

Un saludo a todos de todo corazón.
Estoy deacuerdo con Pedro en que la realidad es que estos temas no son del conocimiento público general. No salen en la tele, en la radio, y no se ven en el cine. No sirven para salir de juerga, para ser ricos, y para tener más sexo.
Y todo esto último que enumero me parece muy bien, y hay que disfrutarlo también, pero no es el camino que lleva a la felicidad, y no debe ser el eje de nuestra vida.
Todas estas cosas efímeras pertenecen al ámbito de la mente, de la polaridad, del dolor/placer. bueno/malo, sí o no. Y la felicidad a la que nos referimos está un paso más allá. No hay nada que puedas hacer para conseguirla porque no es un objeto externo a ti. No se puede asir, ni obtener, porque si así fuera sería algo efímero también, algo perdurable y que más tarde o más temprano acabaría por desaparecer. Esa otra felicidad es permanente, independiente de causas. Y si algo se puede hacer es, por lo menos, eliminar obstáculos, acallar esta mente y todo ese barullo externo que nos imposibilita disfrutar de algo que, desde siempre, ha estado junto a nosotros.
Es muy difícil explicar con palabras algo que por naturaleza es diferente de todo concepto y explicación.
Gracias a todos, sobretodo a Mariola y a Pedro, por sus comentarios y explicaciones.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Pedro, es una hermosa reflexión.Para mi la felicidad son pequeñas cosas y momentos, los principes azules no existen, solo personas. Parece que si no quieres todo lo que dice la información que recibes eres tonta prefiero serlo.Un saludo
anamorgana