domingo, 24 de enero de 2010

Las Ediciones invisibles

Un saludo a todos de todo corazón.

Hoy os quiero hacer partícipes de este pequeño cuento zen.
Creo que la primera vez que lo leí fue en una edición de cuentos recopilados por el jesuita Antonio De Mello.

Decía más o menos así:

"Tet-sugen, un alumno de Zen, asumió un tremendo compromiso: imprimir siete mil ejemplares de los libros sagrados, que hasta entonces sólo podían conseguirse en chino.

Viajó a lo largo y ancho de Japón recaudando fondos para su proyecto. Algunas personas adineradas le dieron hasta cien monedas de oro, pero el grueso de la recaudación lo constituían las pequeñas aportaciones de los campesinos. Y Tet-sugen expresaba a todos el mismo agradecimiento, prescindiendo de la suma que le dieran.

Al cabo de diez largos años viajando de aquí para allá, consiguió recaudar lo necesario para su proyecto. Justamente entonces se desbordó el río Uji, dejando en la miseria a miles de personas. Entonces Tet-sugen empleó todo el dinero que había recaudado en ayudar a aquellas pobres gentes.

Luego comenzó de nuevo a recolectar fondos. Y otra vez pasaron varios años hasta que consiguió la suma necesaria. Entonces se desató una epidemia en el país, y Tet-sugen volvió a gastar todo el dinero en ayudar a los enfermos, salvándolos de la muerte.

Una vez más, volvió a empezar de cero y, por fin, al cabo de veinte años, su sueño se vio hecho realidad.

Las planchas con que se imprimió aquella primera edición de los libros sagrados se exhiben actualmente en el monasterio Obaku, de Kyoto.

Los japoneses cuentan a sus hijos que Tet-sugen sacó, en total, tres ediciones de los libros sagrados, pero que las dos primeras son invisibles y muy superiores a la tercera."


Hay alumnos de Budismo que cuando se inician en la vía del zen, y empiezan a vislumbrar la naturaleza de la realidad, se preguntan por qué la moralidad (o Sila) debe de ser practicada.
Para ellos dedico la reflexión de este antiguo cuento, junto con una pregunta abierta que puede ser contestada por cualquiera de ustedes, si así es su deseo:


Si entendemos cuál era la función correcta de Tet-sugen, en el cuento:
¿Cuál debe ser tu función correcta en esta vida?

Gracias a todos por estar ahí fuera.

1 comentario:

BJ dijo...

Cuando la linea que separa al que observa del observado, sea tan imperceptible como la linea que separa al cielo de la tierra y el corazón se transforme en la luz inagotable de compasión por todos los seres, desaparecera la dualidad de aquello que es correcto y lo incorrecto y el amor como fuente primordial lo inundará todo.

Un abrazo querido maestro y amigo