jueves, 27 de diciembre de 2007

El nuevo año

Hola a todos:
Muchos de mis amigos me han contado que, cuando empieza un nuevo año, hacen una lista de cosas que se proponer realizar el año que va a comenzar.
Yo no suelo hacer nada parecido, tal vez porque me paso la vida prometiéndome cambiar determinadas cosas de la mía, que no me gustan, y una vez tras otra, cometo los mismos errores.
Cuando acaba el año, lo que suelo hacer es un balance, ya os lo comenté hace unos días, y el de este año es muy, muy bueno.
Tal vez por eso, sí me gustaría pensar que el que dentro de unos días entrará lo tiene difícil siquiera para intentar igualarlo. Muchas cosas sucedieron en el último... puso muy alto el listón.
Pero también pienso en algo que me lleva a creer que tal vez no haya sido tan diferente. Es posible que yo ahora sea capaz de percibir más cosas que antes? Será que en este momento de mi vida me permito el lujo de valorar cuanto ocurre cerca de mí? Puede que de una vez por todas haya perdido los miedos? Puede ser que ahora me permita mas que nunca antes ser feliz?
La respuesta es que sí. Sé que en el último año sucedieron cosas extraordinarias, pero esos momentos extraordinarios, no fueron momentos mas felices que otros muy cotidianos.
Creo que ahora, mas que nunca, he sido consciente de la diferencia que existe entre lo que ocurre a mi alrededor y lo que yo percibo, lo que siento y lo que vivo. Ahora sé que me relaciono con mi entorno, pero no soy el entorno ni formo parte de él. Ahora sé que mis circunstancias no forman mas parte de mi vida, que la que yo quiera que formen. Ahora sé que mi felicidad depende más que de otra cosa de mi actitud y ha sido muy liberador.
Y claro, partiendo de estas premisas, mi nuevo año seguro será bueno, muy bueno...
Deseo que el vuestro lo sea también, y el siguiente y el otro.
Deseo que todo el mundo empiece a tener claro que puede y debe elegir ser feliz, que está a nuestro alcance y nos lo merecemos.
Feliz Año Nuevo a todos y muchíiiiisimos besos, amigos.

2 comentarios:

Luis Miguel dijo...

El final del año es de las fiestas que más me cuesta celebrar, sobretodo por lo arbitrario del asunto, pero es verdad que hay cierta energía de renovación los primeros minutos después de las campanadas. Se lo achaco a la energía colectiva, quizá me equivoco, pero desde hace muchísimos años, tras la ronda de abrazos y besos, me escabullo deprisa y salgo, allá donde esté, al cielo de la noche. Busco la oscuridad, abro mis brazos y comulgo con esa energía. Es un momento muy revelador y que disfruto muchísimo, la verdad. Como hemos hablado más de una vez, cada uno celebra las cosas a su manera, en fin.
Deseo de corazón que encuentren la felicidad permanente e inmutable, y que evadan el sufrimiento cada día de sus vidas.
Feliz entrada de año.

mariola dijo...

Pues bonita forma de celebralo.
A mí la fiesta de fin de año no me mata, la verdad, pero reconozco que percibo esa energía de la que hablas, al menos cuando he pasado la noche en familia o con amigos, en plan fiesta privada.
Pese a ser una fiesta que, a priori, no me suele apetecer, reconozco haber pasado grandes momentos con mis hermanos, primos o amigos.
Este año me quedaré en casa de mi hermana, con mi familia y algunos amigos... y como es una planta baja, me has dado una idea.
Saldré a ver las estrellas.
Feliz año nuevo a todos y muchísimos besos.