jueves, 13 de diciembre de 2007

El final del otro lado

Hola a todos:
Hace ya algún tiempo que en mí se produjeron determinados cambios. No ocurrió un día en concreto, no fue por nada en particular. Supongo que todo fue un largo proceso en el que, en algunos momentos, ese cambio constante que es nuestro andar por la vida, produjo mejores resultados, o mas rápidos de lo que hasta ese momento yo estaba acostumbrada.
Ese cambio al que me refiero hoy es positivo, o al menos, me aporta paz y por tanto, felicidad y alegría.
El cambio tiene que ver con mi forma de afrontar las cosas, cómo ahora me afecta todo mucho menos que hace algún tiempo. Ahora las vivo con intensidad, no creais que me volví una pasota, sólo es que ahora tengo claro que lo que ocurre a mi alrededor ocurre fuera, no ocurre en mí. Ahora no confundo, ahora no me encuentro a merced del mundo, mas bien el mundo está ahí para mí, y para los demás, y sólo participo en lo que quiero, sin dejar que sea el mundo el que me haga participar en lo que me rodea en cada momento.
Hace tiempo, os conté que había tenido la oportunidad de estar al otro lado en mi profesión y eso me había permitido acercarme a lo que mis clientes pueden sentir. Os dije que, pese a estar al otro lado, me había mantenido fuera, observando y había resultado enriquecedor. Fué un simple juego, y desde fuera comprendí muchas más cosas que cuando entro en uno u otro papel, porque no participaba, sólo observaba el juego.
Hoy esa historia ha tenido un final. Ese final hace que quien lo dispuso, ajeno a las partes, me coloque en el otro lado definitivamente. Pero no importa.
No importa porque yo no me siento en ningún lado. Yo no cambio mi criterio por lo que opine alguien ajeno a mí, que ni me conoce ni lo intenta. Yo sé cual es mi verdad, con independencia de que me sea reconocida o no. Yo sé cómo actúo, yo sé como me siento en cada momento y en nada cambia que me den o no la razón.
Si esto mismo me hubiera ocurrido hace algún tiempo, mis sentimientos hubieran sido la tristeza y la decepción, por no ver en los demás reconocida mi verdad. Hubiera pensado que el mundo es injusto y que yo no merecía eso.
Hoy pienso que, tengo mi conciencia tranquila sabiendo que hice lo correcto. El resto no me importa. Hoy creo mas firmemente que nunca que soy dueña de mi vida, de mis emociones y sentimientos... ya no estoy a merced de las opiniones de nadie. Ahora, con mayor conciencia que nunca antes, sobre la dificultad de conocerme a mí misma y la imposibilidad de que nunca nadie pueda saber lo que siento, lo que me mueve o me conmueve, comprendo que las opiniones de quienes me rodean son sólo eso, sus opiniones.

3 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Te comprendo perfectamente, Mariola, porque yo he pasado por la misma situación. No es cuestión de pasotismo, sino de Libertad.
Te deseo lo mejor en tu vida. Un abrazo.

Luis Miguel dijo...

Lo que es verdaderamente importante, es como te sientas tú. No lo que pienses al respecto, sino lo que te digan las entrañas con el lenguaje del cuerpo.
Después de un tiempo "retirado" de la tecnología, y dedicado a la contemplación de la Naturaleza, vuelvo al mundanal ruido.
Gracias amiga Mariola, y a Pedro también cómo no, por continuar escribiendo.
Y gracias a todos los demás por estar ahí fuera.

mariola dijo...

Hola a todos y gracias a Pedro y a Luis Miguel por vuestras palabras.
Precisamente el cambio del que hablo surge de las entrañas, desde las que, en otro tiempo hubieran surgido mil sentimientos, desde la rabia a la tristeza, pasando por la decepción.
Ahora, desde dentro, lo que surge es que, pese a no gustarme el final, no me siento diferente, ni menor, ni peor.
Sigo siendo la misma que hace unos días, casi me quedo indiferente. Realmente, este asunto no tiene trascendencia real, ni profesional. Y personal, parece que está teniendo menos aún, hasta el punto de que se han enfadado mas mis amigos por mí que yo misma.
Así que, comprobado que mis entrañas con el lenguaje de mi cuerpo, me siguen diciendo que estoy en mi camino, pese a la opinión de algunos... yo aquí sigo, "palante como los de Alicante"... ¿Será porque vivo en Elche?
Muchos besos a todos y una vez mas, muchas gracias.