martes, 18 de septiembre de 2007

Dulces sueños

Yo me considero una persona muy afortunada, extraordinariamente afortunada.
La vida me ha enseñado muchas cosas.
Durante mi vida, me he visto enfrentada a situaciones que me abrieron los ojos. Y los abrí.
Dicen que cuando tu mundo se sacude, se reorganiza, y que es necesario a veces, para hacer una buena construcción, derribar lo existente previamente, y hacer nuevos hasta los cimientos.
Igual a los humanos, o a algunos de nosotros, nos haga falta ese revulsivo para poder apreciar la vida en toda su intensidad.
Yo nunca dejé de soñar, de desear, de perseguir, de sentir… y es lo que me hace feliz.
No me hace feliz conseguir que un sueño se haga realidad, no me hace feliz alcanzar el objetivo.
Porque lo que realmente llena mi vida es lo que día a día vivo persiguiendo esos sueños.
Mi felicidad no es alcanzar, mi felicidad no es llegar.
Mi felicidad es viajar, andar, y durante cada uno de los pasos de ese camino, vivir y disfrutar lo que tengo a mi alrededor, lo que soy, lo que siento, lo que me trasmiten los que me rodean.
No siempre consigo hacer realidad mis sueños, y a veces lo paso mal, demasiadas ilusiones puestas en un objetivo concreto, pero no pasa nada, es una simple desilusión que se desvanece pronto en el recuerdo de los buenos momentos vividos hasta llegar a ese punto, y ante la realidad presente, llena de buenos amigos, de momentos a diario irrepetibles.
Creo que cuando tu mundo cae y vuelves a construir sobre los cimientos, sólo utilizas en la nueva construcción elementos imperecederos.
Los ladrillos de tu nuevo mundo son de todas esas cosas que ni se compran ni se venden, esas de incalculable valor, como lo que quiero a mis amigos, a mi familia y al mundo que me rodea.
Ahora perseguir mis sueños es fácil, divertido y entrañable, porque ya sé a lo que no estoy dispuesta.
No estoy dispuesta a sacrificar mi felicidad de hoy por un algo incierto en un futuro que a lo mejor no llega.
Y tampoco la sacrificaré anclando mi barco en un pasado mejor, porque fuera bueno o malo, mi pasado sólo sirvió para llegar este mi presente.
Muchísimos besos a todos. Y dulces sueños

1 comentario:

rosa de los vientos dijo...

Estupendo punto de vista a mi me pasa como a ti disfruto mientras voy hacia los sueños y claro eso me hace pensar que no quiero llegar para que no se acabe pero esto tiene otra lectura ¿Será que pienso que no puedo conseguirlo o que no soy merecedora de ese sueño? la conclusión es que los sueños hay que realizarlos y luego seguir soñando otros sueños.
Felices sueños Mariola, lo que escribiste da para hablar mas, en otro momento me pongo en contacto contigo. Un beso.