domingo, 7 de septiembre de 2014

ESPINACAS Y COLORES

Un saludo a todos de todo corazón.
Dicen que todo depende del color del cristal con el que mira.

Es una frase muy interesante, verás, porque eso significa que las relaciones entre las personas son un poco más difíciles de lo que pensabas.
Es que si cada uno mira las cosas a través de un filtro, el SUYO, ante una situación concreta que vivan cinco personas, cada una lo va a interpretar de una manera distinta. Lo va a colorear del mismo color que el cristal por el que mira.
Así que cinco personas experimentado la misma situación pueden dar cinco versiones con cinco colores de lo ocurrido.

Cuanta complicación, ¿eh?

Todavía lo podemos enredar un poco más. Las personas rígidas que saben mucho de la vida tienen la costumbre de anteponer su color a todos los demás. Vamos que si las cosas son de color rojo, son rojo en cualquier situación. Aunque sean de un color azul cielo brillante... ROJO, ROJO y ROJO por narices.
Y todavía peor, las demás personas de su microuniverso, si son de bien, también deben de reaccionar viendo el mismo color.

¿Te das cuenta?

Es lo que en PNL llaman el mapa. Todos tenemos un mapa para poder reaccionar y experimentar el mundo. Pero claro, no se nos puede olvidar que nuestro mapa tiene una serie de propiedades importantísimas y que hay que aprender de memoria.
Mira, si no te acuerdas en este momento te las recuerdo:

Nuestro mapa es muy limitado. No tiene toda la paleta de colores, si acaso sólo unos pocos.
Las demás personas tienen el suyo y muchas veces tienen la sana costumbre de que no coincide con el nuestro.
Los colores caducan. Esto quiere decir que lo que nos servía hace tiempo no tiene por qué servirnos ahora. Es como ir a distintos restaurantes de distintas culturas y pedir siempre huevos con patatas. Confieso que a mi también me encantan los huevos con patatas, pero si pidiera siempre lo mismo no podría experimentar otras delicias como el cochifrito, o las gulas al ajillo.
Los mapas sólo sirven para indicar. ¡NO SON BIBLIAS! Así que, al contrario que las leyes constitucionales, los mapas son fáciles de actualizar. Estamos de acuerdo que puede que te guste el rojo, pero si de repente te encuentras sumido en un mundo violeta templado y agradable... ¡no pasa nada!

Seguro que una persona que escriba un libro sobre vinos sin haber probado una sola copa en toda su vida te parece una tontería. Pues esto es lo mismo.  Un mapa sólo es un mapa.
Tenemos la enorme suerte de vivir en un mundo multicolor, lleno de formas y un sin fin de menús.
Mira, después de escribir esto voy a probar las espinacas, que siempre me han dado mucho repelús y sabio de mí....¡nunca las he probado!

Gracias a todos por estar ahí fuera leyendo estos colores.



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