martes, 16 de junio de 2009

La alegría del instante presente.

Un saludo a todos de todo corazón.

Estando sentado, con la espalda recta y al mismo tiempo confortable, respiro con tranquilidad. El aire entra y sale de forma natural. La mente sigue las respiraciones. Si cualquier otro pensamiento aparece de repente, le dejo estar, pero no le sigo. Si lo hiciera ya no estaría meditando, sino pensando.

Cuando esto sucede no hace falta molestarse o enfadarse. Fíjate en los trucos que usa la mente para distraerte de tu momento de meditación. Como digo, cuando esto ocurre, sigo la respiración mientras relajo el cuerpo y la mente mientras inspiro, y mientras espiro.

Recuerdo de forma consciente un momento de mi pasado lleno de felicidad. Deseo para mí ese estado de felicidad y lo traigo de vuelta a este momento. Le coloco sobre el pecho y hago que irradie de dentro a fuera.

Mantengo este estado el mayor tiempo posible.

Si vuelvo a distraerme no pasa nada.
Sonrío. Y vuelvo a relajarme mientras inspiro, y mientras espiro de forma natural.
De nuevo repito el ciclo provocando la alegría irradiante dentro de mi corazón.

La alegría del instante presente.


(Extracto de la transcripción de la práctica de la meditación metta. En Lucena, el pasado Viernes 12 de Junio)

1 comentario:

Pedro Estudillo dijo...

Vivir el instante presente; ese sí que es un gran objetivo, quizás el único que merezca la pena de verdad.

Saludos.