viernes, 21 de octubre de 2011

UN PENSAMIENTO DE CORAZON

Hola a todos:

Aquí estoy de nuevo, hoy con otras cosas, análisis o conjeturas que hago a menudo y una de ellas os la quiero contar.

Yo de budismo poco sé, porque aunque he leído algunos textos y he estudiado un poco, un apenas, porque como sabe Luis Miguel, lo dejé estar a poco del comienzo para retomarlo no sé muy bien cuando, aunque seguro lo haré.

Añadido a ese poco estudio, la lectura, pese a ser muy interesante, ha sido leída desde una mente poco preparada, leyendo a través de unos ojos a los que nunca pude quitar del todo aquélla fina capa de arena de la que una vez nos habló, en una de sus entradas, Luis Miguel.

Pero sinceramente creo que, alguna mella hizo en mí ese llamémosle "pequeño acercamiento al budismo" porque algo cambió para siempre. Ese cambio fué entender, aunque no siempre lo pueda transformar en sentir, los engaños de la mente. No he sido capaz de guardar el ego en aquélla caja de la que una vez hablé, pero algunas veces lo veo desde fuera.

Conozco los mecanismos de la mente y comprendo su capacidad de destruir y distorsionar. Empiezo a plantearme si este conocimiento, si fuera generalizado, si se estudiase en la escuela, podría curar muchos de los males del mundo.

Porque al fin y al cabo, quien agrede sexualmente a un igual, a qué responde? A sus deseos, a su ego.

Quien mata por celos, a quien escucha? A sus impulsos, a su ego.

Quien roba, desea y no encuentra mejor forma de conseguir.

Y así podría seguir eternamente... quien envidia, o calumnia, o pega, o miente.

Incluso quien no perdona, quien justifica la venganza, porque se deja dominar por deseos, aunque estos sólo le condenen a alimentar su dolor y su rabia.

Y en esa rueda no entra la compasión, ni el perdón, ni la empatía.

Por supuesto tampoco la paz, la serenidad y menos la felicidad.

No digo con esto que el budismo sea lo único que puede salvar al mundo, hay muchas otras filosofías de vida o religiones que con otros términos, o por otros caminos, llevan a las mismas consecuencias.

Pero qué importancia llega a tener el saber que tú no eres tu mente. Cuanta paz proporciona.

Muchísimos besos a todos.

5 comentarios:

Luis Miguel dijo...

Querida Mariola:

Sólo como pequeña ampliación de tu entrada, no sólo diría que no eres tu mente, que sería lo mismo que decir que no eres tus pensamientos. Sino que además tampoco eres el pensador donde estos pensamientos suceden.
Gracias por compartir.

mariola dijo...

Hola a todos y Luis Miguel, gracias por tu ampliación o aclaración.
Lo que pretendía decir en esta entrada es que mientras mayor sea la identificación que un sujeto tenga con sus pensamientos, su mente, sus sentimientos o emociones, sus acciones estarán marcadas por sus impulsos y sus deseos, y el potencial de peligrosidad puede aumentar seriamente.
Besos a todos.

Luis Miguel dijo...

Además hay que contar que la experiencia de ser un sujeto, es a su vez un pensamiento también.
No parece fácil de descubrir el engaño, pero para complementar tu comentario, creerse el sujeto de esos pensamientos es todavía más peligroso que dejarse llevar por los pensamientos y emociones.

mariola dijo...

Cuanta razón tienes... para variar.
Besos

JUAN DE AVILA dijo...

Qué opinas?

El estado normal de pensamiento humano es disfuncional, porque tiene un elemento de locura, la identificacion total con el ego.El ego es un verdadero maestro de la percepción selectiva (vemos sólo lo que quiere) y de la interpretación distorsionada de los hechos (interpretamos los hechos según le conviene).

El ego, ese lado oscuro de nuestro niño interior, es un conglomerado de pensamientos repetitivos y patrones mentales y emocionales condicionados por nuestra experiencia, dotados de una sensación de ser, es decir, tiene la necesidad de identificarse o bien conceptualmente (guapo, fuerte, esbelto, etc..) o materialmente (un buen coche, una bonita casa, etc..).Lo que da lugar da lugar al apego, a la obsesión y al sufrimiento, porque todo en esta vida es trascendental.Esta necesidad surge de su instinto de supervivencia, mientras se identifique con la forma se sentirá vivo. Aun así se siente incompleto, siempre quiere más y nunca está conforme con lo que tiene, tiene la sensación de carencia, pues no conoce nuestra verdadera esencia( la fuente primigenia que solo entiende de abundancia y que no perece), por lo tanto el ego no es malo, es inconsciente (no ve mas alla de nuestros sentidos), asi que lo único que tenemos que hacer es reconocerlo en cada uno de nuestros actos. Esto nos conducira a un verdadero despertar.

El miedo (miedo a la perdida) es la emoción principal que gobierna toda la actividad del ego debido a su necesidad de identificarse con la forma, que es efímera. Ayudemos a si pues a ese niño que hay en nuestro interior a liberarse de esta pesada carga.Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que todavía existe dentro de nosotros. Ese niño entiende de momentos mágicos. Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz.
Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, no tiene sentido seguir viviendo.
Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por causa de él. No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha.
Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Ese niño sabe que un día es diferente a otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Expliquemos a ese niño niño su verdadera esencia.
NAMASTE Hermanos.