Un saludo a todos de todo
corazón.
Una cuestión que aparece con
demasiada frecuencia tiene que ver siempre con la felicidad. Y no es de
extrañar cuando en realidad sabemos que cualquier decisión, o acción que
tomemos viene condicionada por esta intención. “¿Me hará sufrir o me dará
placer?”.
Es como si tuviésemos grabada a
fuego esta pregunta. Si fuésemos un ordenador convencional, ésta sería nuestra
primera directiva. Si luego nuestra decisión, o nuestra acción provocan el daño
de los demás, o incluso su felicidad, nos trae sin cuidado.
“¿Me hará sufrir o me dará
placer?”.
El marido que golpea a su mujer,
o viceversa que hay de todo, también funciona de esta manera. Con ello no
justifico este atroz acto de cobardía. Sólo indico que hasta en un caso extremo
como éste, la persona (por decirle algo) toma una acción que cree ciegamente que
le evitará un dolor mayor.
¿Cómo puedo entonces enfocar el
punto de la felicidad?
Seamos totalmente pragmáticos.
Vamos a alejarnos por un instante de filosofías y creencias y enfoquémonos en
una pregunta fundamental:
¿Es usted feliz?
Si lo es, si sinceramente usted
se considera una persona feliz, hemos terminado la conversación. El resto de
este post no tiene ningún interés para usted.
Pero si no se considera feliz,
debe saber que sus problemas nacen de su relación con los demás. De alguna
manera los otros (familia, amigos, compañeros de trabajo, la sociedad…) no
hacen lo que usted quiere. Su pareja no se comporta como desea, o simplemente
no consigue la que quiere. Sus compañeros de trabajo no le respetan. Su familia
no le valora como usted cree que debería hacerse. La lista es interminable.
No olvide que usted es parte de
este grupo al que llamamos los demás. Le pondré un ejemplo: usted desearía
tener un coche nuevo. Pero no gana lo suficiente. Si quiere investigar se
pregunta por qué y la respuesta pudiera ser porque usted es don nadie y no vale
para estudiar y conseguir un puesto mejor. O sea que su relación con usted
mismo también causa su problema.
Otra forma de ver esta lista de
relaciones problemáticas que nos causan infelicidad es convertirlas en quejas.
Se queja de su jefe, de sus familiares, pareja o de usted mismo. ¿Lo ve más
claro así?
Le pediría que haga su lista de
quejas / relaciones con los otros, sólo para que se demuestre que para usted los demás son el problema.
Y eso es un gran error, una falta de sabiduría por su parte. Ya sabe lo que
opino de su responsabilidad a la hora de gestionar sus emociones.
Porque si
quiere utilizar su relación con los demás como herramienta para acercarse a su felicidad
le propongo un sistema simple y que
sin duda le será conocido.
Cuando se sienta infeliz, sólo, o abandonado
deje de quejarse y de enfocar su atención en aquello que cree que es la causa
de su situación.
Ahora bien, piense en alguien que conozca
cuya situación sea peor que la suya. Si pone las noticias encontrará una fuente
ilimitada de ejemplos. Sea sincero y haga el ejercicio poniéndose en el lugar
de esa persona que haya escogido. Después agradezca de corazón el no ser realmente
usted quien sufre esos problemas y valore positivamente los que cree que sufre.
No olvide enviar pensamientos positivos de apoyo a la persona cuyo sufrimiento
sirvió a su crecimiento.
Hacer este
sencillísimo ejercicio tantas veces como se sienta infeliz le traerá grandes
resultados. De hecho, muchos de ustedes lo realizan a menudo pero en el sentido
contrario. Se comparan constantemente con personas que creen más felices,
poderosas, ricas o seductoras que usted. Y ya sabe lo que suele conseguir
haciéndolo.
La receta es
simple y fácil de utilizar.
Gracias a
todos por estar siempre ahí fuera, felices, al otro lado de la pantalla.
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