domingo, 30 de marzo de 2008

Por si quieres ser feliz... y no te acuerdas cómo

Un saludo a todos de todo corazón.
Hace poco me preguntaron: "si la naturaleza del ser humano es bondad, como dices, ¿cómo es que la humanidad aparenta ser tan agresiva, tan infeliz, tan llena de odio y predispuesta a tanto dolor?"
Y es una buena pregunta.
Creo que desde el mismo momento en que nacemos, y eso quien pueda observar a los bebés con detenimiento puede darme la razón, llegamos al mundo básicamente buenos. Desamparados, imposibilitados para valernos sin ayuda, necesitamos la bondad y compasión para poder avanzar. La compasión y el amor de una madre que te ofrece el pecho, o el biberón según estos nuevos tiempos (¡ay!). Por experiencia he visto que cuando esta madre no presenta esta bondad, este amor, el bebé no mama. rechaza la comida y consecuentemente su propia supervivencia. Pero esta relación es bilateral. Este niño con el acto de mamar alivia a su madre vaciándole el pecho dolorido, y con su mirada inocente... ¿Alguien no se ha quedado perdido en la mirada de un niño?
Será mucho más tarde, expuesto al medio ambiente y a esta sociedad de consumo donde todo esto quede oculto a favor de la manada.
¿Qué podemos hacer entonces? "¿Qué puedo hacer para ser feliz? Me explico: Soy infeliz. No estoy de acuerdo con mi vida, con mi salud, con mi trabajo, etc, etc..." Por desgracia escucho estas palabras demasiadas veces.
Creo que la bondad y la compasión, sobretodo generar el sentimiento de compasión, es una herramienta fundamental. Todo aquello que no se ejercita acaba perdiéndose. Se nos ha olvidado ser generosos, compasivos, en pos de una sociedad egoísta que enaltece el poderío de la individualidad.
¿Individualidad?
Pondré un ejemplo. Pensemos en cualquier cosa que hayamos comido hoy. Para que este alimento haya llegado a nuestro paladar han debido de transcurrir tiempo y esfuerzo. Materias primas, procesamiento, y sobretodo la intervención de un grupo de personas desconocidas, que han hecho posible nuestra alimentación. Afortunadamente, en nuestro país, vivimos en una época del todo a "un euro", de acceso relativamente fácil a la comida, a la ropa, a lo más básico, y nos olvidamos de agradecer, y digo bien, agradecer, lo que tenemos.
Así que en realidad dependemos de muchos otros. ¿individualidad?
Ser feliz, después de tantos años anquilosados no es nada fácil. Pero es muy posible. No hay una fórmula única. Va a ser más bien una serie de ejercicios dispuestos para germinar las causas y para contrarrestar todo aquello que anule nuestra tan preciada felicidad.
Y como digo, el sentimiento de compasión hacia los demás, hacia nuestros semejantes, los que apreciamos, los que no, y los que ni fú ni fá, todos en definitiva, es sin lugar a dudas un paso imprescindible.
Por favor, sean sinceramente compasivos. Se sorprenderán de los resultados.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

jueves, 27 de marzo de 2008

Perder el tiempo...

Hola a todos:
Hoy voy a contar a qué dedico gran parte de mi tiempo. Es algo muy personal, algo que surgió el otro día, trás una llamémosla "conversación profunda" con alguien que tiene unos muy distintos conceptos de la vida. Hablábamos de cómo y a qué dedicábamos nuestro tiempo libre, y vino a decirme que perdía gran parte del mío.
Tal vez, esté en lo cierto.
Durante años viví mi vida arrastrada por la inercia, sin detenerme a pensar a dónde iba, sin saber siquiera dónde había estado, ni por supuesto me paré nunca a pensar en el funcionamiento de mis motores.
No fueron años malos, pero sí años en lo que acumulé tensiones, seguramente creadas por un vano intento de escapar de la verdadera esencia de las cosas, por no afrontar, por huir hacia adelante, por alejarme del mundo real o de aquélla parte que pudiera distorsionarme.

Un día todo cambió… bueno, no fue un día, pero sí existió un punto de inflexión, un momento que separó el antes y el después.
Alguien me enseño que era mejor arriesgar y perder que renunciar, que los miedos sólo existen en nuestra mente, y son fuente de creación de sufrimiento, que se diluyen en el ahora y sólo influirán en el futuro si nuestra actitud presente se lo permite.
Alguien que me hizo reaccionar, detenerme a pensar, analizar, entender... y vivir.
Y poco a poco, pasé del pensamiento a la acción, de la idea a la realidad, de la imaginación a la vida.
He llegado a un punto en el que constantemente detengo mi andar y respiro hondo, observo y me sumerjo… y me resulta tan agradable.
Observo lo que me rodea, las estancias, los paisajes, lo escucho todo. Intento captar los detalles que, a menudo, nos pasan desapercibidos al andar con prisas. También observo a los que me rodean, los diferentes puntos de vista, actitudes, caracteres y formas de actuar.
Sólo observo, nada más. No busco respuestas a nada, no quiero entrar ni a valorar ni a juzgar, no soy quien. Sólo me sorprendo por las mil distintas formas de enfrentar cada situación, de ver el mundo y al fin y al cabo, de vivir.
Ya no me siento a merced de nada, no estoy por encima pero tampoco sometida. Sé que las mil y una circunstancias que concurren en cada momento influyen en cómo se viven las cosas, pero ahora lo sé, soy consciente de ello.
Ahora sé que las cosas no tienen mayor importancia de la que, cada uno, le quiera dar, y que todo está en constante cambio, y precisamente por ese constante cambio, la importancia de ahora perderá fuerza mañana, o crecerá…
Tal vez sólo haya cambiado algo, y sea la poca importancia que le doy a "perder el tiempo", aunque, evidentemente, no creo que pierda nada. Creo que ahora vivo más en el mundo de lo que nunca fuí capaz, y descubro, sorprendida, que me afecta mucho menos de lo que, un día, el miedo, me hizo imaginar...
Muchísimos besos a todos.

martes, 25 de marzo de 2008

Sentirnos vivos

Hola a todos:
Que huimos del dolor, que buscamos la felicidad, el placer... eso creo que todos lo tenemos claro.
Que asociamos la felicidad a ese placer, a esa lejanía del sufrimiento... también.
Pero a menudo me pregunto por qué la mayoría de la gente no saborea la paz, la serenidad... por qué no se asocia con la felicidad?
A menudo me asombra descubrir que muchas personas asocian su felicidad a las descargas de adrenalina que les hacen "sentirse vivos". Precisan emociones fuertes que les hagan reaccionar, que les produzcan ese estado en el que parece que salten chispas... y se llega a convertir en una especie de droga necesaria sin la que ya no consiguen sentirse bien, ni ser felices, ni tan siquiera sentirse vivos.
Existe un estado de paz, de serenidad, en el que tu vida se siente en toda su intensidad, y que no es comparable a ninguna descarga de adrenalina.
Existe un estado de placer y felicidad, tranquilo y pacífico, que trasciende el mundo que te rodea y sus circunstancias.
Existe un estado de bienestar que sólo depende de tí y no está a merced del mundo.
Existe un estado en el que mirar es ver, escuchar es oir y todo puede ser apreciado. Ese estado sólo depende de tu fuerza interior que es ilimitada, de tu energía que es toda...
En ese estado te sientes más vivo que nunca, porque no es ni corto ni largo, no tiene duración determinada, no es ni más ni menos fuerte, es intenso...
Es tan sencillo, tan barato, siempre está a tu disposición... haga frío o calor, estés sólo o acompañado... ser feliz sólo es serlo, sentirlo... y ya está, así de simple, rápido y fácil.
Muchísimos besos a todos.

La arena sobre tus ojos.

Un saludo a todos de todo corazón.
Si vemos la televisión, que es el medio mayoritario de información, aunque le va pisando los talones internet a pasos agigantados, podemos hacernos una idea de como va el mundo. Asesinatos, violaciones de derechos, terrorismo, disputas sangrientas por banderas, ideología, lengua, y todo eso a lo que cada vez estamos más habituados. Hasta el pasatiempo humorístico televisivo pasa por los enfrentamientos verbales y la crítica ácida. Queremos "sangre".
Lo malo que tiene todo esto es que nos hacemos una idea errada de la naturaleza humana. Después de ver día a día todo este espectáculo podemos pensar equivocadamente aquello tan extendido de que: "el hombre es un lobo para el hombre".
Personalmente no lo creo así.
Puedo parecer idealista, e incluso infantil, al pensar que la naturaleza última de los seres humanos es de amor, generosidad y bondad.
Como dijo el Buda, todos los seres buscan la felicidad y quieren huir del sufrimiento. Y en ese periplo de búsqueda, dramática la mayoría de las veces, es donde se pierden, donde nos perdemos todos. Padecemos del mal de la ignorancia, del cáncer de no entender el fruto de nuestras acciones. De haber ignorado qué caminos escoger, y cómo comportarnos en busca del bien común, aún en esta vida, y no de la persecución de los placeres efímeros que tanto mal nos causan.
Ya no sabemos ser felices.
Nos vendieron el bulo de que la felicidad hay que conseguirla. "La fama cuesta...", decía aquella serie. Nos lo creemos, y aún seguimos haciéndolo.
Dentro de poco se va a estrenar una película de terror en la que el protagonista sufre un problema durante una intervención quirúrgica. En la vida real, ese problema no sucede nunca, y no pasa de una leyenda urbana. Pero las personas cuando vean el filme, aparte de entretenerse y pasar un rato de miedo, creerán en ello firmemente.
Por el mero hecho de pasar en la pantalla.
Y así ocurre, de hecho, con casi todo lo que absorbemos por televisión. Vemos, creemos, formamos juicios que a su vez formarán ideas, deseos, y estos acciones.
Asesinatos, violaciones de derechos, terrorismo, disputas sangrientas por banderas, ideologías, y lengua... No hace falta irse tan lejos: problemas con los vecinos, compañeros de trabajo, familiares...
El ser humano fundamentalmente es bueno, amable, generoso y bondadoso. Tiene los ojos, oídos y corazón, obstruídos por una cantidad descomunal de arena y polvo. Y así cegado, sordo, y herido anda dando tumbos de aquí para allá.
Siento inmensa pena por tanto dolor y innecesario.
Ojalá encuentren la felicidad que tanto desean sin que les toque una brizna de sufrimiento.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

jueves, 20 de marzo de 2008

Festival Nacional de Budismo Kadampa en Málaga



Bueno, bueno, pues ya está confirmado. El próximo día 17 de abril comenzará, como ya os informé, el Festival Español de Budismo Kadampa en Málaga. En él se impartirán enseñanzas, se realizarán iniciaciones, e incluso habrá una intensa sesión de retiro de meditación.
Lo que ya está confirmado, después de guerrear con nuestras agendas, es la presencia de Mariola, y la mía propia.
¡Allí nos veremos!
Toda la información e inscripciones: http://kadampa.es/festivales/index.php

miércoles, 19 de marzo de 2008

De un guerrero de la vida a otro.

Se me había ocurrido escribirte una felicitación especial junto al regalo que te he preparado. Pero después de pensarlo un poco me he dicho: "¿y por qué no en el blog?".
Después de todo por lo que hemos pasado juntos, aún estamos aquí como una familia unida pese a quien le pese. Siempre he contado con que una de las cosas que más te había apenado de tus hijos es que ninguno de los dos habíamos seguido tus pasos en tu carrera militar, en la caza, en la pesca, y todo eso. Pero voy a aprovechar esta ocasión para decirte que estás muy equivocado.
Voy a enumerar:
1. Nos enseñaste a ser seres humanos honrados.
2. A valernos por nosotros mismo sin otra ayuda que nuestro propio esfuerzo e iniciativa.
3. A buscar allá donde sea necesario, sin importar el desafío, teniendo la mirada fija en el objetivo más grande.
4. A ser imaginativos, creativos, ya sea con el dibujo, con la escritura, o la música.
5. A valorar el cuerpo como herramienta, manteniéndole siempre como una espada afilada, mediante el entrenamiento constante.
6. A ser fieles maridos, protectores de nuestras respectivas familias, ajenos a los vicios como el alcohol, el tabaco, y todo lo demás que atenaza detrás de cada esquina.
7. A apreciar el valor del trabajo como medio de subsistencia, mediante esfuerzo, educación para con los demás, y una inquebrantable dosis de energía.
8. A saber defendernos de quien ponga en peligro nuestro "status quo", empleando la fiereza y determinación justa y necesaria.
9. A tener la certeza de que cualquier batalla si no está ganada antes de poner un pié en el campo de batalla no merece ni una brizna de nuestro aliento.
10. En definitiva a ser guerreros del día a día, sin condecoraciones militares, pero con el pecho lleno de medallas por los servicios prestados a la vida.
Así que después de todo, ¿tan seguro estás de que no hemos seguido tus huellas a pies juntillas?.
Ahora me queda lo más complicado. Porque es a mí a quien le toca dar ejemplo y tener el temple necesario para ayudar a mis propios hijos. Aunque tan difícil no debe ser. Porque el camino está bien definido.
Hoy es un día muy especial en el que se suele decir eso de que "muchas felicidades a todos los padres", etc, etc...
Pero no va ser el caso, ya que esta felicitación está dirigida única e inequivocadamente a mi padre.
No lo digo amenudo, de hecho nunca, pero espero que sepas lo mucho que te quiero.
Gracias por todo.

miércoles, 12 de marzo de 2008

El patrón inadvertido

Un saludo a todos de todo corazón.
Toda persona realiza una acción buscando dos cosas fundamentalmente: evitar el sufrimiento y la compulsiva persecución del placer.
Esta acción parte de un deseo formado en nuestra mente.
Una pregunta muy importante sería: ¿de dónde viene el deseo? ¿Cómo se crea?
Creo que todo el mundo estaría de acuerdo en que el deseo se forma apartir de los recuerdos, y éstos se producen por la interpretación de las experiencias que vivimos. Hasta aquí parece que todo está claro, ¿verdad?
Pero hoy quería llamar la atención sobre algo muy sutil, y a lo que he llamado "el patrón inadvertido". Se trata de esa programación a la que todos estamos expuestos, y de la que no hay vacuna, aunque afortunadamente sí tratamiento.
Porque estamos inmersos en una sociedad llena de mensajes, de patrones de comportamiento, que aceptamos ciegamente desde nuestra infancia. No pretendo hacer una teoría conspiratoria. Este océano de prejuicios es, como todo, cambiante, actualizable, y multifactorial. No se trata de una "mano negra" que intenta controlar a la manada, sino más bien un conjunto de ellas, que como el fenómeno de la moda, aparece y desaparece. Indudablemente hay quien se aprovecha de ello, así ha sido siempre. Y continuará ocurriendo mientras se lo permitamos.
Este patrón, además, conoce el lenguaje de nuestra mente. Por lo que sus mensajes siempre hacen diana, ya que nos dicen dónde se encuentra el placer, y cómo podemos evitar el sufrimiento. o dicho de otra manera: qué cosas nos harán felices y cuales infelices. Y por supuesto miente, ya que nada de lo que nos ofrece nos dará felicidad duradera, si acaso un poco de placer y al final más sufrimiento.
Y así nos dejaremos llevar, sin hacer examen de conciencia, creyendo saber qué hacer con nuestras vidas y a dónde dirigirnos, osea: un trabajo que nos otorgue fama, dinero, sexo, etc, etc...
Se me ocurre una pregunta: ¿cómo te sientes mejor, más pleno, y realizado, cuando consigues ese objeto de tu deseo, cuando te ves aplaudido, o cuando te emociona una puesta de sol, cuando estás con un grupo de amigos con los que te diviertes de veras?
La cura a este mal no es otra cosa que estar muy alerta, pendiente de nuestros deseos para no dejarnos llevar como autómatas por el hábito. Y hacernos preguntas. ¿Este deseo de dónde viene? ¿Me hará realmente feliz o sólo me estimulará el ego lo justo como para mantenerme en movimiento hasta el siguiente deseo? ¿Me estoy dejando llevar por un patrón normalmente inadvertido? ¿Esta acción me dará felicidad o un placer efímero? ¿Soy realmente feliz haciendo esto?
Las diferente religiones y tradiciones nos han estado alertando sobre este patrón, "estáis dormidos...despertad".
Gracias a todos por estar ahí fuera.

martes, 11 de marzo de 2008

El ojo con que miramos

Hola a todos:
Una pequeña reflexión... o larga, según me salga, je je.
Sé que vivimos un mundo imperfecto, donde ocurren injusticias, catástrofes y hay dolor. Sé que a menudo a alguien cercano, o a nosotros mismos, nos ocurre algo que nos tuerce, o nos dobla o nos aplasta.
Pero creo que también esta vida está llena de mil millones de cosas geniales y a veces, cuando oigo a la gente quejarse y lamentarse, hablar de todo lo malo, me pregunto si ellos piensan que hablando del mal se va a solucionar por arte de magia.
Criticar por el mero placer de hacerlo, sin aportar soluciones o mejoras de nada sirve, en nada ayuda, pero parece haberse puesto de moda. Hablar de la inseguridad, de que el mundo se ha vuelto loco, de fulanito que se separó o menganito que le robaron en su chalet, parece haberse convertido en el único tema de conversación.
No quiero que nadie crea que funciono en este mundo a modo de ameba feliz y ajena a los problemas, porque para nada. Me mueven las injusticias y me duele el dolor propio y ajeno, pero eso no impide que, a diario, llame más mi atención cómo se ríen mis sobrinos y lo que siento cuando me dan un abrazo, y encima lo cuento a riesgo de parecer tonta.
Es que ya a nadie le llama la atención mirar la luna por las noches? por qué si nos gusta nunca hablar de ello?
Nadie más que yo se enternece con los niños?
Nadie vibra ya con los abrazos de sus amigos o los besos de sus amantes?
Nadie se ríe?
Nadie es ya feliz?
Quién no tiene buenos recuerdos y preciosos sueños?
A nadie le ocurre nada bueno en su vida digno de ser comentado?
A mí me hacen sonreir los niños por la mañana camino del colegio, los miro y me parecen preciosos... así de simple, y me alegran ese rato que voy conduciendo camino al Juzgado.
Y de verdad que a diario, por mi profesión, estoy en contacto con lo que la sociedad llamaría sus desechos (yo no lo veo así, pero bueno).
Por qué ese afán de hablar por hablar de lo malo, lo injusto... y encima con ese deje de que lo malo es inevitable?
Yo haré cuanto esté en mi mano por reducir lo malo, luchar contra lo desfavorable, mitigar el dolor si está a mi alcance, pero, mientras esté en esa lucha, seguiré centrándome en disfrutar tooodo lo que pueda y encima lo compartiré, a ver si a alguien se le pega algo.
Seguro que nuestras conversaciones son mucho más amenas.
Muchíiiiiisimos besos a todos.

Festival Nacional de Budismo Kadampa en Málaga











Del 17 al 22 de Abril de 2008, se celebrará en el centro de meditación Kadampa de Málaga el Festival Español de Budismo Kadampa.
En otros maestros asistirán e impartiran sus enseñanzas Guen-la Kelsang Khyenrab, y Guen Kelsang Chokga.
Personalmente aún no he podido confirmar mi asistencia por motivos laborales, pero espero solucionarlo aún esta semana.
En este enlace encontraréis toda la información necesaria:

lunes, 10 de marzo de 2008

Cuanto cambiamos.

Hola a todos:
La otra mañana, después de una carrerita mañanera, fui a desayunar con unos amigos a un bar que creía cerrado hace años. Es un bar pequeño dónde, en mi época del instituto, pasábamos interminables mañanas y tardes cuando nos escapábamos de clase.
Es un sitio muy curioso, sirven bocadillos de atún con tomate, en un mostrador en el que los preparan con una parafernalia inigualable. Pesan el pan, después el atún y luego el tomate, para después cobrar siempre lo mismo, pero es una tradición.
Tal vez sea el bar más antiguo de Elche, y como digo, lo creía cerrado, pero no lo está. Y no sólo no cerró, sino que se mantiene EXACTAMENTE IGUAL que cuando tenía 15 ó 16 años.
Fué como entrar en una burbuja del tiempo, cuantos recuerdos llegaron a mi mente nada más entrar allí. Me ví a mi misma a los 15 años y comprobé cuanto he cambiado.
Me recuerdo a esa edad, cuando lo más importante era quemar las horas junto a tus amigos. Cuando esos amigos son tu mundo y no existe nada más. Cuando el poco dinero que teníamos era de todos.
Cuando odiábamos a muerte a los enemigos de los amigos, aunque jamás hubieras cruzado con ellos una palabra.
Cuando aún me consolaba un abrazo de mi madre (en qué maldito momento dejé de prescindir de ese consuelo?)
Cuando crees que estás descubriendo la verdadera esencia de la vida y piensas que sólo alguien de tu misma edad te puede entender.
Cuando dormir una noche fuera de casa es una aventura y pasar un día de excursión con tus amigos te produce la misma ilusión y entusiasmo que viajar alrededor del mundo.
Cuando ante las "adversidades" te hundes en la miseria indefectiblemente... y te mueres literalmente por dentro... para media hora después resurgir con más fuerza y vigor que el mismísimo ave Fénix.
Cuando la felicidad no tenía grados, siempre era absoluta.
Cuando te entregabas al amor sin miedos ni dudas, porque jamás habías sufrido un desengaño.
Cuando el tiempo parecía escaparse y todo eran prisas por conocer y descubrir.
Me veo ahora y sé que muchas cosas cambiaron, existen ahora muchos matices en mis colores que en mi adolescencia no existían.
Tengo ahora dudas y miedos que entonces no recuerdo, aunque recuerdo que tenía otros.
Pero ahora me considero capaz de reconocer los miedos, las dudas y enfrentar las soluciones. Conservo la ilusión, la capacidad de entusiasmo y las ganas de descubrir, así que esos cambios parece que fueron a bien.
Me encantó desayunar la otra mañana en el "Villalobos"... fué un bonito reencuentro con mi pasado.
Muchísimos besos a todos.

lunes, 3 de marzo de 2008

Fotogramas sobre la tela del mundo.

Dicen que las células de nuestro cuerpo se renuevan totalmente en unos cincuenta días aproximadamente. Eso significa que en ese tiempo dispones de un cuerpo nuevo y diferente del que tenías apenas tres meses antes. Nuestra conciencia también cambia, de hecho, es sólo cambio constante, como el fluir de un río. Por lo que sin temor a equivocarme, puedo decir que no soy la misma persona que era estas Navidades pasadas, por ejemplo, ni física ni espiritualmente. Lo que ocurre es que estos cambios son tan sutiles, como el decorrer de los fotogramas en la pantalla del cine, que nos dan el falso aspecto de continuidad.
Pero algo debió quedar, o mejor dicho, algo fue pasando de unas células a otras. Hace varios años, como digo, no era la misma persona. Podría decir, de hecho, que era una mala persona, y que hice daño más o menos coscientemente a otra gente.
Y quizá el recuerdo de aquel dolor infringido pasó de una célula a otra, manteniendo el recuerdo de alguien que no se mereció el haberme conocido.
Hace unos días, de forma absolutamente casual, dí con el teléfono de esta persona, a la que no veo hace más de una década, gracias a la magia de la información vía internet. Y como os podéis imaginar hice lo que tenía que hacer.
Fue una llamada corta, me identifiqué, y simplemente pedí disculpas. Aún cuando sabía que el tiempo habría cicatrizado ciertas heridas. Aún sabiendo que esta persona y quien os escribe cambiaron de cuerpo y mente infinidad de veces.
Esta persona agradeció la llamada, me dijo que de alguna manera aligeraba la carga de su pasado, y también me dijo algo que se me quedó grabado: "¿Te estás muriendo, o algo así?".
No pude por menos que reírme, y aún sonrío cuando recuerdo sus palabras, tan espontáneas y al mismo tiempo tan llenas de significado.
La realidad es que tiene mucha razón. Muero cada segundo. Y me renuevo al siguiente. A eso se le llama crecer. Pero para que ese proceso pueda continuar es preciso morir totalmente en ese momento, antes de pasar al siguiente.
A mí me quedaba ese fotograma rondando por ahí, y tuve que eliminarle haciendo una simple llamada telefónica.
Ahora soy un poco más libre, dejando que otros fotogramas nazcan y se estampen sobre la tela del mundo dando lugar a la película de mi propia vida.
Gracias a todos por estar ahí fuera.

Tu motor

Hola a todos:
No todos somos iguales, no todos estamos hechos de la misma pasta, ni funcionamos igual. Para todos, creo yo, esto es evidente, pero quisiera comentar la diferencia, una de tantas, entre las distintas formas de ir por el mundo o de vivir la vida.
Unos se hunden ante la adversidad, otros son capaces de resurgir de sus cenizas.
Tal vez la única diferencia entre unos y otros sea lo que la otra tarde me dijo un amigo, unos funcionan con su propia energía como motor y otros precisan la que les aportan los demás.
Hay quien se mueve en el mundo siguiendo su camino, interactuando con los demás, pero siguiendo su dirección, su ritmo y persiguiendo sus propios sueños.
Lo mismo da que su camino tenga saltos o dé algún rodeo. Da igual si a veces es empinado, otras llano y otras se desdibuja. Tu brújula siempre te marcará un norte.
Si tu camino no es el tuyo, si te dejaste guiar por los demás, si te dejaste llevar por la inercia o no sigues tu propio ritmo, si el motor que mueve tus piernas depende de lo que te aporten los demás... ufff.
Si ni siquiera tengo claro si el norte es mi norte, si no descifré bien las señales porque no tengo claro que ese sueño que persigo sea mi sueño... a dónde voy? llegaré?
No recorras caminos que no son tuyos, no persigas sueños ajenos, no busques la aprobación a tus acciones.
Sé tu propio guía, aunque te equivoques, utiliza tu energía y cuando sea escasa, descansa y recupérate, sigue tu ritmo, persigue tu propio sueño... y así, poco a poco, llegarás a tu destino, al tuyo y no al de otros.
Igual da si los demás comparten tus ilusiones o no, porque son las tuyas.
Es igual que otros lleguen antes a sus metas que tú.
No importa cuantas veces te digan que te estás equivocando, nadie puede saber tus motivos mejor que tú.
Nada importará que te digan si hiciste bien o mal, llegaste pronto o tarde, porque tu eres el único conocedor de tu destino.
Desaparecerán de tu horizonte las velocidades e incluso las distintas direcciones, porque nadie más que tú conocerá la meta a alcanzar. Desaparecerán los conceptos de rápido o lento, no existirán las prisas. Dará igual si existía un camino más recto, porque tu seguiste el tuyo, el de tu elección.
Dará igual cuantas veces caigas, te podrás levantar y continuarás, porque serás dueño de tus fuerzas, conservarás intacto tu motor...
Muchísimos besos a todos.