domingo, 29 de marzo de 2009

Descubrir sus huellas.

Un saludo a todos de todo corazón.
Continúo comentando el segundo punto de los "Diez toros del Zen" que dice así:

2. Descubrir sus Huellas.

!Junto a la rivera bajo unos árboles, descubro huellas!
Incluso sobre el fragante pasto veo sus pisadas.
Están en lo profundo de las montañas remotas.
Este rastro no puede ocultarse a ninguna nariz que apunte al cielo.

Decididos y cansados, dejamos de mirar hacia el exterior buscando contento y paz. Puede que después de tanto sufrir decidamos emprender el camino espiritual.
Aprendemos de agunos textos, escuchamos las enseñanzas de los Maestros, y de repente... ¡descubro huellas!

¿Será posible que haya encontrado algún rastro, o será de nuevo una jugada de la mente?
Busqué la paz y la felicidad en los pastos y en las montañas. Y ahora, en los mismos sitios, donde miré tantas y tantas veces, diviso pequeñas señales.
Si me atrevo a preguntar, el Maestro parece complacido, pero al mismo tiempo le resta importancia a mi descubrimiento.

¿Qué ha sido diferente entre las otras veces y este momento?
Mi punto de referencia, sin lugar a dudas.
Mi mente (o mi nariz) apuntaba al sitio equivocado. Con la orientación correcta (apuntando al cielo de mi cosciencia), puedo mirar lo que ya tanto observé.
Hoy puedo sonreír.
Sé por qué sufría tan miserablemente.
Y por vez primera se abre un rastro que continuar.
Gracias a todos por estar siempre ahí fuera.

.

sábado, 28 de marzo de 2009

La Búsqueda del Toro.

Un saludo a todos de todo corazón.
Esta entrada, y las que seguirán sobre el mismo tema, pertenecen a un comentario personal que os ofrezco sobre "Los Diez Toros del Zen" de Kokuan.
El primer punto (o toro) dice así:




1. La Búsqueda el Toro.

Recorro interminablemente los pastos de este mundo en busca del toro. Atravieso innumerables ríos, perdido en impenetrables perfiles de distantes montañas. Fallece mi fortaleza y se agota mi vitalidad, no encuentro el toro. En la noche sólo oigo el chirriar de las cigarras a través del bosque.


Buscamos, buscamos y buscamos. Da igual que sea un toro, amor, sexo, poder, o dinero... Vivimos con la sensación de que siempre nos falta algo. En la búsqueda de aplacar nuestra insatisfacción miramos hacia fuera, implorando por calmar esa insaciable sed.

Atravesamos por todo tipo de situaciones, dañándonos con cada una de las experiencias. A veces, por un período limitado de tiempo, llegamos a alcanzar ciertas satisfacciones. "¿Eso era el toro que buscaba?", nos decimos cuando, al poco, se deslucen los brillos, y el ansia surge de nuevo.

"No, no era el toro", respondemos amargamente, y continuamos la búsqueda un poco más abatidos, un poco más perdidos y confundidos, cada vez.
Cuando estamos deprimidos y desechos, podemos tener un momento de lucidez. Ahí, en lo que también podemos denominar "hundidos en el pantano", puede que, por primera vez, pensemos en la enorme broma que supone toda esta búsqueda inútil.

Así, en ese estado, riéndonos de nuestra propia estupidez, puede que podamos dejar de oír nuestros pensamientos llenos de deseo y apego y, de repente, escuchemos el chirriar de las cigarras a través del bosque.

Gracias a todos por estar ahí fuera, especialmente hoy a Inma, que me hizo recuperar el texto en el que baso este comentario.


viernes, 27 de marzo de 2009

Os deseo un buen día

Buenos días a todos:
Hay días de aire fresco, luz de primavera y paz en el ambiente, como el de hoy.
Hay mañanas en las que todo es suave, dulce y agradable.
No he dormido ni mejor ni peor que otros días, ni me ha despertado una buena noticia.
Nada distingue el día de hoy de cualquier otro, salvo saber que el de hoy es especial porque no se repetirá.
Me siento muy viva, me siento muy bien.
Hoy respiro con toda la amplitud de mis pulmones, hoy no me pesa nada.
Sólo quería contar como me siento, sólo quería compartirlo y desear a todos un buen día.
En momentos como el de ahora, el lodo del pantano no deja de ser simple barro, que se limpia con un poco de agua.
Muchísimos besos a todos.

martes, 24 de marzo de 2009

Letras+Letras=palabras=? (o el lodo de las aguas pantanosas)

Un saludo a todos desde el corazón.
Hoy especialmente a Mariola, a quien comento, según su última entrada, con todo el respeto y cariño.
Dicen que el joven y jactancioso campeón arquero (sí, sí, el mismo del último cuento que publiqué) se encontraba parado al pié del fragil y tembloroso tronco. De hecho llevaba allí sentado por varios meses. De vez en cuando el viejo Maestro Zen se pasaba por allí, y el joven le explicaba, con gran detalle de explicaciones, las muchas de sus cavilaciones.
Había determinado, con gran detalle, la profundidad del abismo que se encontraba a sus pies. Había aprendido de los vientos que surcaban el desfiladero, de su frescura al amanecer, y de sus diferentes fuerzas y direcciones durante el día.
Hablaba y hablaba, y de todo ello explicaba a su Maestro, y a cualquier persona, que diese por caminar por aquellas lindes.
Su viejo Maestro no debía de serlo tanto, ya que un día apareció acompañado de otro anciano parecido a él en vestimenta y porte, pero sin duda de más edad.
El joven campeón de arquería, en seguida de que les vio, comenzó a relatar como de costumbre.
- ¿Eso es todo lo que sabes hacer? - le preguntó el que parecía ser el maestro del maestro -.
- ¿Es que hay algo más? - respondió el joven titubeando -.
Entonces, sin nada que pudiera preveerlo, el anciano le dio un soberano empujón tirándole sobre el puente que apenas se sostenía ante el abismo.


Metidos hasta el cuello en el pantano, con el lodo seco pesado sobre los párpados y los oídos, apenas da para escuchar los cánticos seductores que parecen venir de la ciudad de las luces. Ya hemos estado allí, y sabemos lo que nos ofrece. Sabemos que más tarde o más temprano volveremos a caer en el pantano.

Pero... ¿qué podemos hacer?

¿A eso se reduce la vida? ¿Promesas y caídas?

¿Es que no hay nada más?
Entre tanto podemos perder el tiempo. Hablando y hablando, escribiendo y escribiendo, el idiota antojadizo crece y crece...

Por el rabillo del ojo veo la linde de una montaña, justo al otro lado del pantano.

¿Entendieron?

¿Entendieron TODOS?
Gracias a todos, a los que se pasan el tiempo sentados a la beira del abismo, y los que no.

Mi parcela privada


Hola a todos:
Ayer mañana, en el coche, escuchaba un programa de radio en el que formulaban a los oyentes la siguiente pregunta: tienes un precio para vender tu vida privada?
Al parecer, se trataba de una crítica a un suceso ocurrido en otro país, en el que una chica vendió a la televisión su vida, para conseguir dinero para sus hijos tras su muerte.
Hubo contestaciones de todo tipo, pero la mayoría, al hablar de su privacidad, se referían a esas actividades cotidianas puramente fisiológicas, de carácter marcadamente privado. Ni uno solo de los que yo escuché, hablaban de su privacidad mas allá de dichos contenidos, de los que no niego su importancia, pero... es eso realmente nuestra parcela privada?
Para mi no, evidente y rotundamente, diría que no.
Pero si tuviera que determinar qué parte de mi vida condeno a la privacidad y el por qué de esa asignación, me surgen mil dudas y preguntas.
Por qué parte de mis pensamientos y sentimientos son condenados a la oscuridad?
Por qué otros ven la luz?
Qué diferencias existen entre unos y otros para clasificarlos de este modo?
Intento ocultar algo?
O pretendo aparentar algo que realmente no soy pero es lo socialmente aceptable, o yo así lo creo?
Siempre fui tremendamente reservada, y cuando algún día descubrí que una confidencia mía ya no era tal por haber sido contada a terceras personas, aquel que un día fue mi confidente fue condenado al infierno de las relaciones de ascensor, y mi “amistad” se redujo a la información sobre meteorología.
Pero me pregunto qué mal habrá o qué daño me podría causar el conocimiento ajeno de esa parte de mi vida que con tanto esfuerzo pretendo preservar.
Supongo que es tan solo una cuestión de mera inseguridad. Supongo que me siento protegida cuando mantengo el control del conocimiento que los demás tienen de mí. Creo que si dosifico dicha información y sólo permito que trascienda de mi mundo al exterior esa parte que considero fuerte y respetable, así seré tratada por los demás.
Y entonces, surge otra duda. Cuando yo tengo acceso a los sueños de un amigo, a sus sentimientos, sus miedos o debilidades... le valoro menos o más? Depende lo que yo siento hacia los demás de la información que tengo de ellos, de si conozco o no sus más íntimos secretos? Honestamente tengo que reconocer que cuanto mas conozco a alguien, de forma global, cuanto mas conozco de su persona, de sus miedos y sentimientos, de sus deseos y sueños, mas cómoda me siento y mas cercana, y la relación fluye a más y a mejor.
Tal vez sea ya hora de dejar los engaños, tal vez el mundo que me rodea no se merezca tener una imagen sobre mí que nada tiene que ver conmigo.
Tal vez llegó el momento de contar que me emocionan cosas tan simples como un amanecer, la indescriptible belleza de un paisaje, o un gesto de ternura... que me apasiona escribir, que disfruto la soledad y a veces la temo...
Tal vez llegó el día de dejar de ver enemigos por todas partes y de proteger con ahínco esa parcela que seguro tanto dice de mí. Pero claro está, sin precio... porque si lo hubiera, si lo aceptara, seguramente no vendería mas que aquéllo que se pudiera pagar, y los buenos sentimientos no se cotizan muy alto.
Muchísimos besos a todos.

sábado, 21 de marzo de 2009

Subirse al tronco (o un cuento sobre arcos y miedos)

Un saludo a todos de todo corazón.

Esta mañana me han preguntado:

"¿Será que es tan importante para nuestra vida eso de tener un buen control de la mente?
¿Para qué me vale, ganaré más dinero con eso?"

"La verdad", he contestado, "es que si controlas la mente, podrás hacer cualquier cosa".

Y después, ante su mirada de extrañeza, le he contado un pequeño cuento Zen.
Decía más o menos así:

Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero. El joven demostró una notable técnica cuando le dio al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con el segundo tiro.
"Ahí está", le dijo el viejo, "¡a ver si puedes igualar eso!".

Inmutable, el maestro no desenfundó su arco, pero invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y directo. "Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme.

Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro.

"Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro".

La persona ante mí no dijo ni una palabra. Hizo el gesto, casi imperceptible, por dos o tres veces de contestarme, pero decidió callar. Me sonrió, y observé un tenue brillo en sus ojos.

"Ha comprendido", me dije.

¿Cuántos de nosotros podríamos siquiera subirnos al tembloroso tronco?

Gracias todos por estar ahí fuera, los que se subieron, los que se subirán, y los que no se atreven todavía. Sobretodo a esos.


sábado, 14 de marzo de 2009

El Movimiento se demuestra andando.




Relato ofrecido por la Maestra Chan, la Rev. Yin Zhi Shakya OHY:



- ¡El Movimiento se Demuestra Andando!—Me dijo una de mis tías cuando era pequeña [cuatro años de edad]. Yo había arrancado una flor del jardín, un lirio, y se me había dicho que eso no se hacía, que las flores eran entidades vivas y que eran para observarse en su condición original—en las plantas. Lloré, lo negué y finalmente dije que yo era una niña buena y que yo no lo había hecho. Entonces mi tía me dijo: “el Movimiento se Demuestra Andando”. Realmente no entendí... Hoy después de muchos años, ya han pasado 70 primaveras... o inviernos, para el caso no importa, he comprendido lo que quiso decir.

Es cierto, el Movimiento se Demuestra Andando, y ahora lo repito a los que claman tener un pensamiento budista, vivir en la ‘realidad’ y ser pacientes, tolerantes y compasivos. Pues bien, reafirmo: “El Movimiento se Demuestra Andando”.

Para poder autoanalizarnos en una introspección y retrospección completas, y llegar a la conclusión de que pensamos, actuamos y hablamos atentamente en todos los asuntos, que las decisiones que tomamos son correctas y que estamos mirando la realidad, hay primeramente que definir el significado de pensar, actuar y hablar atentamente, o sea vivir en el aquí y ahora.

Todos nosotros tomamos decisiones a cada instante; cuando caminamos y un pie se levanta para dar el próximo paso, esa es una decisión. Una decisión que nos permite caernos o no caernos, de acuerdo a dónde pisemos. Si se hace inconscientemente, ahí tenemos lo que las personas llaman “accidente”, que realmente es un descuido de la atención.

Este mundo del sámsara es un mundo de ‘confusión’; hasta los poetas están confundidos. Gustavo Adolfo Bécquer en su rima LX expuso:

Mi vida es un erial,
Flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja
.


Nadie siembra el mal para que otro lo recoja. Todos nos sembramos nuestro propio mal o nuestro propio bien: la ley de la causa y la consecuencia. La ley del karma.


Y también hablando de la mente él dijo:
Actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse,
sin riendas que le guíen
caballo volador.

¿Que nos dice eso. ¿Que nos sugiere? Piensen, observen y entonces hablan y actúen.

No nos dejemos envolver en la actividad nerviosa que no sabe en que emplearse; prestemos atención, estemos alertas. Según mi tía: ¡No arranquemos los lirios! Según el Buda: no sigamos el dedo, que solamente está apuntando. ¡Abramos nuestros ojos y ‘veamos’! Ese es el propósito de la vida. Despierten a la realidad, no se dejen llevar por el ‘caballo volador’.

Abrazos,
La Maestra.

viernes, 13 de marzo de 2009

La paciencia.


Un saludo a todos de todo corazón.
¿Por qué nos sentimos impacientes?
No es para nada una pregunta difícil. Normalmente la impaciencia nace de un problema temporal. Queremos y deseamos que se produzca una situación que, debido a sus diferentes causas, aún no puede suceder. Sufrimos por ello, ya que el tiempo necesario de espera se nos antoja insoportable. La ira suele estar asociada a ese dolor.
¿No es así?
Los niños suelen ser muy impacientes. No son completamente conscientes de la naturaleza de sus deseos, así que exigen que cada uno de ellos se satisfaga en el acto mismo que lo solicitan. Y si no... menuda rabieta, ¿verdad?
Pero en realidad esto ocurre exactamente así en los adultos.
Examinemos esto más detenidamente.
El problema nace de nuestra falta de madurez a la hora de examinar la realidad de nuestros deseos. El hecho mismo es un poco estúpido.
Imaginemos que nos encontramos en un pomposo restaurante. Pedimos la comida, y parece que ésta nunca llega. Llamamos al camarero, y le preguntamos. Pero sea cual sea la respuesta (y la cantidad de amabilidad con que nos respondan) no vamos a quedar satisfechos. Miramos a nuestros acompañantes, y nuestra ira aumenta y aumenta... ¿acaso somos unos "donadies"? ¿Vamos a permitir que nos traten así?
Volvemos a llamar al camarero, pero la comida ya no nos importa. No queremos excusas. Queremos luchar, queremos agredir verbal y psicológicamente. Queremos ganar.
Y ahora os pregunto:
¿Qué demonios es eso que queremos ganar? ¿Dónde nos vamos a colgar la medalla?
Si tuviéramos aunque fuese un segundo para utilizar la cabeza quizá descubriésemos el mal rato que le estamos haciendo pasar a las personas que comparten la velada con nosotros.
Si nos pusiéramos en lugar de los demás, y éste es un punto de extrema importancia, podríamos comprender tantas y tantas cosas...
Entenderíamos que las cosas no suceden alrededor nuestro, como Luna gira alrededor de la Tierra. Sino que cada situación depende de muchos factores, los cuales apenas algunos dependen del factor YO.
Pero eso no nos importa, ¿verdad?
Queremos la comida y la queremos ya. ¿Es que acaso se necesita tanto tiempo para hacer una porquería de filete con patatas? Vamos, que es la última vez que vengo a este restaurante... Ah, mira ahí viene, ¡ya era hora! Ya ni me apetece comerme esto... Además, ¿te has fijado? ¡Está incomible! ¡Vaya asco! ¿Para eso tanto esperar?...
Y tantas y tantas cosas que pasan por ahí.

Entonces, visto lo visto... ¿Qué es la paciencia?

Será un ejercicio de madurez, en el que de forma absolutamente neutral, observamos los fenómenos comprendiendo una ley universal que llamamos la ley de la condicionalidad. Cada situación experimentable depende de sus causas, y cuando se conjunten en el espacio y tiempo adecuado, sucederán.
Si dependen de nosotros, muy bien, actuemos. Y si no... ¿qué podemos hacer?
¿Será que gritando y berreando a la tormenta conseguiremos que ésta desaparezca?
No sé, no sé... A lo mejor una buena neumonía sí que vamos a coger.
Así que como he dicho, ejercitemos nuestra madurez, descubramos que existe mucho más, ahí fuera, que nuestras propias necesidades. Y que podemos disfrutar mucho con esta exploración.
¿Que no?
A lo mejor en el restaurante podríamos haber aprovechado el tiempo dándole la atención necesaria a nuestro/a acompañante haciendo de aquella una velada inolvidable. Por poner un ejemplo.
No os imagináis cuántos de mis escritos han nacido de la espera en un atasco...
Seamos pacientes, disfrutemos de las cosas que el momento presente tiene para ofrecernos.
Gracias a todos por estar ahí fuera, los que viven con la mente y el cuerpo en el mismo espacio-tiempo, y los que no. Sobretodo a esos...


¿Budismo Chan o Zen?



Un saludo a todos de todo corazón.
Con esta entrada pretendo contestar a las dos preguntas que ayer hizo mi buen amigo Pedro:

¿Qué diferencia al budismo Zen del Chan?
¿El estado de Iluminación es permanente o transitorio?

Se trata de un concepto genealógico y evolutivo. En sí mismas estas dos palabras tienen el mismo siginificado. Chan es la transcripción china del término sánscrito "dhyana" (o "jhana" en pali). Viene a decir algo así como meditación. La escuela budista dhyana proponía la meditación como método primordial para llegar a la iluminación.
Bodhidharma (quien está representado en el dibujo de más arriba), llevó el budismo de la India a China. Enseñó en el hoy famoso monasterio de Shaolín, y se le atribuye además del florecimiento del Budismo Chan, el de las artes marciales chinas (el kung fú).
No voy a ser exhaustivo en mi respuesta. Sólo decirte que el budismo dhyana influenciado por el Taoísmo chino, derivó en la riqueza del Chan.
Más adelante, el Chan llegó a Japón, donde a su vez se mezcló con la cultura japonesa, tan militarizada y rígida entonces, surgiendo el Zen (transcripción directa del término chino). De ahí las diferencias que encontrarás entre una y otra, sobretodo diferencias de forma, pero no de esencia.
Como digo, este tema es muy extenso, y a la vez, interesante. Basta con estas líneas para hacerte una pequeña idea, y, quizá, invitarte a que profundices su estudio, si ése es tu deseo.
En cuanto a la otra pregunta, el señor Buda dijo:
La mente es luminosa, sólo se empaña por la presencia de corrupciones en ella.
A diferencia de lo que piensan muchos, el estado de iluminación, o de mente diáfana y clara, ya existe por defecto aquí y ahora. Nos hemos habituado a eclipsarle con nuestro método de pensamiento y obra. Durante el entrenamiento Chan, se buscará el reencuentro con ese estado, que aunque al principio algunos lo experimenten transitorio (viejos hábitos de una mente inmadura), la respuesta que te doy es sin lugar a dudas, permanente.
Todo está en la mente. Nombre, forma, verdad, iluminación...
Todo está en la mente, amigo mío.
Gracias por preguntar.
Y gracias a todos por estar ahí fuera.

jueves, 12 de marzo de 2009

Premio corazón.



Un saludo a todos desde el corazón.

Y hoy especialmente a mi amigo Juan Carlos (http://www.elplanetaoculto.blogspot.com/), que nos otorga el premio corazón. La alegría de recibirlo pertenece a todos los lectores de este blog.
Siguiendo las reglas, concedo el mismo premio a otros cinco blogs.

Éstos serán:

1. Pedro por http://estudillo.blogspot.com/. Sé que estás muy ocupado, y no tiene la menor importancia que puedas o no continuar la cadena. Pero te lo mereces.





No me gusta repetirme, pero al igual que le digo a Pedro, no os sintáis obligados a continuar la cadena. Os concedo el premio porque siento con sinceridad que vuestros blogs son una excelente aportación de entrega y amor a la comunidad blogera.
¡Gracias a todos por vuestro trabajo!

miércoles, 11 de marzo de 2009

Moshutoku.

Un saludo a todos de todo corazón.
¿Cómo debo actuar en el día a día?
Ahí fuera hay mucha miseria, envidia, celos, deseo, miedo, ira....dolor.
¿Cómo debo de manejar mis asuntos en la relación con los demás?
Para eso hay una palabra japonesa que me parece fantástica:
¡MOSHUTOKU!
"¿Y eso qué significa?"
Moshutoku quiere decir en el ámbito del zen lo siguiente : Actúa, pero sin intenciones ocultas...
Dicho de otra manera: Cuando te decidas a hacer alguna cosa, cuando te apetezca, pregúntate:
¿Por qué me dispongo a hacer esto?
¿Cuáles son los fines ocultos que persigo?
Moshutoku es un ejercicio de vigilancia, como en la meditación sentada, que necesita de mucha honestidad para con nosotros mismos.
Imaginemos que es por la tarde, y me apetece llamar a un amigo. Antes de hacerlo, quizá, me acuerdo y me hago las preguntas: ¿por qué voy a llamar a esta persona? ¿Cuáles son los fines ocultos que persigo?
Si soy poco honesto puede que me responda, "porque es mi amigo".
Pero de repente en mi mente resuena "¡MOSHUTOKU!"
Bueno, bueno, quizá haya algo más... Quizá tengo un problema con la computadora, y este amigo me la puede resolver... eso sin contar que me apetece mover un mueble de sitio y ya que estamos... y además...
Vamos, amistad y nada más que amistad, ¿verdad?
Y así con todo, con cualquier acción.
Incluso antes de llevarte un pedazo de comida a la boca.
Esto no significa que no puedas hacer nada...de hecho sigue haciendo lo que haces normalmente.
Lo que pasa es que ahora serás mucho más sincero contigo mismo.
Puede que haya cosas que hacías que dejes de hacer.
Recuerda el dicho:
Con las palmas abiertas toda la arena del desierto pasará entre tus manos. Cierra los puños y apenas asirás unos o dos granos de tierra.

"Entonces, ¿cómo se debe actuar correctamente?", podrás preguntar.
No olvides que Moshutoku significa actuar sin intenciones ocultas. O lo que es lo mismo, sin deseo. Sin apego. Sin que el ego pretenda o quiera acceder a algo.

"Eso puedo entenderlo, pero ¿cómo lo hago?"
Cambia el punto de vista. Cuando estés pensando en hacer algo, pregúntate: ¿Cómo puedo ayudar?
Ése es un excelente comienzo.
Si decides llamar a un amigo, a lo mejor ya no es que necesitas algo de él. Quizá te hayas enterado que pasa un mal momento y decidas prestar un poco de ayuda, de tu atención.
Ésa es intención correcta.

Gracias a todos por estar ahí fuera.
¡MOSHUTOKU!

El límite


Hola a todos:
En mi trabajo, a menudo, me toca investigar. Surgen constantemente cuestiones en las que me reconozco una absoluta ignorante. Hace pocos días ocurrió algo así, en uno de mis casos, alguien mencionó que el contrario tenía diagnosticado un trastorno de personalidad límite o limítrofe.
Hablé con un psicólogo amigo y me explicó un poco, y otro poco, lo averigüé a través de internet.
De forma muy resumida os transcribo una definición: ... “son personas, en su mayoría jóvenes y con mucha mayor incidencia en mujeres, que sufren de una especie de caos personal, que incluso puede llevarles a poner en peligro su vida.
Se sienten en un casi permanente estado de confusión, como si no tuvieran identidad propia. A merced de sus propios impulsos, a los que no saben poner límites.
Viven en una permanente inestabilidad emocional, y para combatir el miedo y la angustia que la conciencia de esta situación les produce, se aferran a una relación con cualquier persona, grupo, secta, y también con el juego, la droga, el sexo... de forma compulsiva.
Sienten pánico al abandono...
Sus relaciones interpersonales así establecidas y sus afectos, pueden variar de un extremo al otro, incluso varias veces al día, con la consiguiente sensación de inestabilidad y confusión que produce en ellos y en quienes les rodean.
Viven constantemente en los extremos, pasando de la euforia a la depresión, del amor al odio, porque su estructura mental no les permite integrar matices, gradaciones ni ambivalencias. Es un todo o nada.
Es esa desesperada búsqueda de la identidad perdida, pueden llegar a cometer actos de extrema gravedad, que muchas veces no es mas que un torpe intento de sentirse parte de un grupo
...”
Me quedé estupefacta, os explico:
Cuantas veces hemos hablado aquí sobre el yo, sobre lo que consideramos nuestra identidad, sobre los engaños de nuestra mente.
Cuantas veces hemos pensado que somos el médico, el abogado o el pintor, el padre, el vecino o el amigo. O un poco de todas esas cosas.
Cuantas veces habremos identificado la felicidad con el éxito profesional, la bonanza económica o con haber comenzado una nueva historia sentimental.
Cuantas de cada una de nuestras interpretaciones no son más que un simple reflejo de nuestro estado emocional.
Supongo que, todos, tenemos en algún porcentaje alguno, si no todos, estos síntomas que se describen, aunque no alcancen una dimensión patológica.
Todos nos hemos podido identificar con la persona de éxito o con aquél a quien admiramos o incluso envidiamos. Todos hemos obrado en alguna ocasión por impulsos, sin control de ninguna clase. Todos nos hemos dejado llevar y manejar por las emociones...
Uf... la verdad, me dió un poco de miedo.
Muchísimos besos a todos.

martes, 3 de marzo de 2009

Carrera de obstáculos.



Un saludo a todos desde el corazón.

En mis últimas charlas sobre el Dharma, que estoy impartiendo por Andalucía, me han preguntado mucho. Resumiré en tres las cuestiones más comunes: "¿Qué tipo de meditación me recomiendas? ¿Cómo se hace en el Chan?", o "tengo muy poco tiempo al día, ¿cuánto debo de meditar para encontrar paz y relajación?"...
Os diré que, al principio, más importante que una técnica de meditación particular, es saber reconocer los obstáculos que vais a encontrar durante la práctica.
El señor Buda dividió, para una mejor comprensión y aprendizaje, en cinco categorías los obstáculos que de una manera u otra acabarán presentándose ante nosotros. Da igual si contáis las inspiraciones, las espiraciones, si cantáis mantras o si ejercitáis complicadas visualizaciones... los obstáculos aparecerán.
Será de gran utilidad lidiar con ellos durante el período de la meditación, ya que lo importante para nuestra vida cotidiana será cuando acabemos por reconocerlos cuando aparezcan en el trabajo, con la familia, en nuestro día a día.

Este es un pilar que no me cansaré de resaltar.

Si lo que haces en el período meditativo no tiene un resultado palpable en la vida diaria... será mejor que dediques tu tiempo a cualquier otra actividad, por tu bien y por el de los demás.

Otro detalle.
Los obstáculos de los que voy a hablar no son objetos extraños a tu mente.

Son tu mente.

Me explico: como ya he comentado en los vídeos del curso "Budismo en Acción", la base del sufrimiento que te aflige va a residir en el momento en el que TÚ reaccionas ante cualquier estímulo, sea cual fuere, físico como una bofetada, o mental como un mal recuerdo.
La forma de reaccionar pasa primero por la respuesta del sistema nervioso (en forma de emoción), y se sigue por la producción de alguno de estos obstáculos en la mente.

"¿Cuáles son estos obstáculos?"

Seguro que no te van a ser desconocidos:

1. Deseo sensual. Osea: Hmmm, de repente me apetece comerme un pedazo de pastel. ¿Cómo me hago de uno?. No, mejor me levanto y pongo la televisión , que más o menos ahora debe de empezar ese programa que tanto me gusta...
2. Malos sentimientos: Rencor, odio, ira. ¿Hace falta dar ejemplos de estos obstáculos?
3. Pereza o indolencia. Ay, que mal cuerpo tengo. Creo que hoy no es buen día para meditar. Además con el día que tengo... Mejor me tiro en el sillón... Descanso un ratito más y luego medito...
4. Inquietud y preocupación. Vaya, se me ha olvidado que mañana tengo que ir a... y no he preparado.... ¿qué voy a hacer?.
5. Duda e inseguridad. ¿Pero que estoy haciendo aqui sentado? ¿Meditar? ¿Para qué?. Seguro que todo esto es una pérdida de tiempo. Anda que si me vieran... Me siento ridículo...

Pon tú mismo los ejemplo que quieras. Además como ya he escrito, estos obstáculos, o DISTRACCIONES, los vas a escuchar en tu cabeza sobretodo en tu vida cotidiana.
"¿Y qué hago cuando aparezcan?"
Lo más importante es darse cuenta de que han surgido. Nada más. El mero hecho de descubrir su juego es suficiente. Dales luz y perderán su influencia. ¡Pero cuidado! No te enojes, no te sientas frustado en ningún momento. Puede que descubras que cada minuto un nuevo obstáculo ha surgido en tu mente... ¡Y eso no es malo ni bueno!
Si te enfadas, si te entristeces... ¡estás produciendo nuevos obstáculos!. Y el juego sigue y sigue...
Un consejo: Sonríe a cada obstáculo que encuentres. Al igual que sonreímos cuando descubrimos la travesura de un niño pequeño. Crea alegría, relaja tu mente (lo notarás porque al mismo tiempo se produce una relajación del cuero cabelludo), y persevera en tu vigilancia.
Buda dijo que sus alumnos éramos conocidos como "los alegres".
Así que ¡llenemos la mente de alegría mientras practicamos!
Gracias a todos, alegres buscadores de la paz divina, por estar ahí fuera iluminando el camino.


domingo, 1 de marzo de 2009

CHAT.

Un saludo a todos desde el corazón.
Como podéis ver, en la izquierda de la pantalla, existe un enlace para acceder a la sala de chat del blog.
La sala sólo estará abierta determinadas veces. Cuando no esté activa al hacer click en el enlace simplemente os saldrá un mensaje de error.
En el blog pubicaré con algún tiempo de antelación las horas que se pueda acceder al chat. Allí os esperaré con la finalidad de charlar sobre el budismo en general, y sobre el chan o zen en particular.
Antes de entrar se os pedirá un alias o nick. Os recomiendo realizar el registro, así mantendréis vuestro alias y será más fácil reconocernos en la sala.
Debe quedar claro que la finalidad de este chat no es el ampliar nuestro círculo social, sino establecer vías de comunicación para el conocimiento del budismo que puedan beneficiar a todos los seres sensibles.
La sala se mantendrá abierta durante parte de la mañana de hoy Domingo y, si no hay cambios, durante parte de la tarde.
Los horarios cuando publicados serán siempre según la hora española.

Gracias a todos por estar ahí fuera.