jueves, 25 de febrero de 2010

Una nueva enseñanza de la Maestra Zen, la Rev. Yin Zhi Shakya OHY

Buddhadasa Bikku dijo:
El nacimiento es un sufrimiento perpetuo. La felicidad verdadera consiste en eliminar la idea falsa del “yo”. Los problemas de la humanidad se reducen al sufrimiento, ya sea inflingidos por otros o por uno mismo.

Cada vez que surge la idea equivocada “yo”, el “yo” ha nacido, sus padres son la ignorancia y el deseo.

La clase de nacimiento que constituye un problema para nosotros es el nacimiento mental.

Cualquiera que fracase en comprender este punto nunca triunfará en entender cualquier cosa de la enseñanza del Buda.

“El nacimiento del sufrimiento perpetuo (Dukkha jati punappunam)” y “La felicidad verdadera consiste en eliminar la idea falsa del ‘yo’.(Asmimanassa vinayo etam ve paramam sukham)"

La declaración de que el nacimiento es la causa del sufrimiento es compleja, teniendo muchos niveles de significado. La mayor dificultad descansa en la interpretación de la palabra “nacimiento”. La mayoría de nosotros no entendemos a lo que la palabra nacimiento se refiere y es muy probable que se tome en el sentido diario del nacimiento físico del cuerpo de una madre. El Buda enseñó que el nacimiento es sufrimiento perpetuo. ¿Es probable que al decir esto él se estaba refiriendo al nacimiento físico? Piénsenlo bien. Si él se hubiera referido al nacimiento físico, no es probable que hubiera dicho: “La felicidad verdadera consiste en eliminar la idea falsa del ‘yo’, porque esta declaración indica claramente que lo que constituye el sufrimiento es la idea falsa del ‘yo’. Cuando la idea del ‘yo’ ha sido completamente erradicada, eso es felicidad. Así que el sufrimiento consiste realmente en la falsa o equivocada impresión del ‘yo’, del ‘yo soy’ y del ‘yo tengo’. El Buda enseñó: “El nacimiento es sufrimiento perpetuo”. ¿Qué se quiere decir aquí con la palabra ‘nacimiento’? Claramente “nacimiento” no es otra cosa que el surgimiento de la idea del ‘yo’ (asmimana).

La clase de nacimiento que constituye un problema para nosotros es “el nacimiento mental”, el ‘nacimiento’ o mejor dicho el surgimiento de la noción falsa del ‘yo’. Una vez que la idea de ‘yo’ ha surgido, inevitablemente le sigue la idea del “yo soy Tal y tal”. Por ejemplo, “yo soy un hombre”, “yo soy una criatura viviente”, “yo soy un buen hombre”, “yo no soy un buen hombre”, o cualquier cosa de esta clase o naturaleza. Inmediatamente que la idea de que “yo soy Tal y tal” ha surgido, le sigue la idea de comparación: “yo soy mejor que Tal y tal”, “yo no soy tan bueno como Tal y tal”, y “ yo soy igual que Tal y tal”. Todas esas ideas son de una clase; ellas todas son parte de una noción falsa del “yo soy” y/o “yo existo”. Es a esto a lo que el término “nacimiento” se refiere. Así que en un solo día podemos nacer muchas veces, muchas docenas de veces. Incluso en una hora podemos experimentar muchos nacimientos. Cada vez que la idea del ‘yo’ y la idea del “yo soy Tal y tal” surgen, eso es un nacimiento. Cuando tal idea no surge, no hay nacimiento, y esta liberación del nacimiento es un estado de enfriamiento. Así que este es un principio para reconocerse: cada vez que la idea del ‘yo’ y ‘lo mío’ surge, en ese momento el ciclo de Sámsara llega a la existencia en la mente, y hay sufrimiento, quemazón, revolución; y que cada vez que hay una liberación de los defectos de estas clases, hay Nirvāna, Nirvāna de los tipos o clases a los que nos referimos como tadanga—nibbána o vikkhambhana—nibbana.

Tan pronto como exista o surja la idea del ‘yo’, ahí está el sufrimiento. Entiendan este principio importante y estarán en posición de comprender el núcleo esencial del Budismo, y derivar beneficios del Él [el Budismo], sacando/tomando la ventaja completa de haber nacido ‘ser humano’ y encontrado el Budismo. Si no lo entienden, entonces, aunque sean budistas no obtendrán ningún beneficio de eso; serán solamente budistas de nombre, sólo de acuerdo a los registros, tendrán que sentarse a llorar como esas otras personas que no son budistas; continuarán experimentando el sufrimiento como los no-budistas. Para ser budistas genuinos tenemos que practicar la enseñanza genuina del Buda, en particular la orden: No identificarse como ‘yo’ o ‘lo mío’; actuar con atención o consciencia plena y clara, y no habrá sufrimiento. Entonces serán capaces de hacer su trabajo bien, y ese trabajo será un placer. Cuando la mente está involucrada en “yo” y “lo mío”, todo trabajo deviene sufrimiento; uno no tiene deseos de hacerlo; un trabajo ligero deviene un trabajo arduo, una carga de cada día. Pero si la mente no se aferra o apega a la idea del “yo” y “lo mío”, si está plenamente atenta o consciente, todo trabajo, incluso un trabajo duro y sucio o no limpio, es agradable.


Deseándoles la Paz Divina,
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY

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