viernes, 31 de octubre de 2008

Budismo y política, agua y aceite.

Un saludo a todos desde el corazón.
Sería finales de Febrero de este año cuando recibí la carta que publico hoy. En aquel entonces, estaba suscrito a la shanga del centro zen que dirige quien firmaba la misiva.
Tras leerla me dí de baja y me sentí muy decepcionado. Anoche, uno de mis hermanos en el dharma, y amigo de esos de toda la vida, la encontró por casualidad, y se sintió igualmente desalentado y dolido como me pasó entonces. Tanto que le respondió con otra carta llena de sinceridad.
Sin ánimo de juzgar ni de ofender, ya que cada uno somos responsables de nuestros actos, publico la carta y la respuesta que suscitó, eso sí, manteniendo oculta la identidad del maestro en cuestión.
La carta tenía que ver con las elecciones generales que en España se celebraban a pocos días, incitando a la comunidad budista a votar por un determinado partido político.
Decía así:

El próximo 9 de marzo tendrán lugar las Elecciones Generales en el Estado español. ¿A quién votarán los practicantes y los simpatizantes del budismo? Es una incógnita porque, en general, las comunidades budistas no suelen pronunciarse públicamente y, por supuesto, los practicantes budistas ejercen su voto, o su abstención, de acuerdo a su propia conciencia individual.

Personalmente votaré la candidatura del PSOE porque considero que el clima social, económico, cultural y político que propician los socialistas es el más respetuoso con la pluralidad cultural y religiosa que caracteriza cada vez más a la sociedad española.

No en vano ha sido la última administración socialista la que ha reconocido la figura de Notorio Arraigo al budismo, cuando el anterior gobierno del PP la rechazó, más por motivos políticos e ideológicos que por razones legales.

Aunque el poder del Estado-nación y el poder político salido de las urna son cada vez más impotentes frente a otras formas de poder no democrático como puedan ser los medios de comunicación, los emporios financieros y las grandes multinacionales, y aunque la mayor parte de los políticos sirven más a esos poderes no democráticos que a la voluntad del pueblo expresada en las urnas, aún existe un resquicio de maniobrabilidad y de honradez política, que deben ser aprovechados al máximo.

Los budistas no podemos continuar en el nirvana apolítico, circunscritos a las paredes de nuestros centros de práctica. No podemos seguir viviendo en una burbuja ‘espiritual’, ajenos a los compromisos ciudadanos, a las realidades concretas y a los derechos cívicos y sociales que están en juego en las próximas elecciones.

Durante esta legislatura socialista, el Estado ha reconocido al budismo la figura de Notorio Arraigo. Este reconocimiento no es un fin en sí mismo, sino el punto de partida de una relación institucional entre la Federación Española de Comunidades Budistas y el Estado español, relación que aún debe ser definida y negociada a lo largo de los próximos años. Es evidente que esa relación será mucho más fluida y beneficios a con la administración socialista que con un gobierno del PP, partido heredero del nacional-catolicismo y que las fuerzas más reaccionarias de la Iglesia Católica española están utilizando como ariete contra los avances sociales y democráticos que el Gobierno del PSOE ha propiciado durante la última legislatura.

El PP está minado por miembros del Opus Dei y otros movimientos católicos reaccionarios, quienes siguen lamentándose de que España haya dejado de ser una, grande y libre y que los ciudadanos abandonen en masa la influencia que la Iglesia católica ha ejercido durante siglos sobre las conciencias de los españoles, con la ayuda siempre de la derecha conservadora.

La presión que los obispos católicos han ejerciendo durante toda la legislatura pasada y que ha arreciado con los inicios de la pre-campaña electoral demuestra que la Iglesia católica no termina de aceptar que, como dice el artículo 16, apartado 3 de la Constitución española: “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”.

Según nuestra Constitución, el Estado español es laico y aconfesional y los budistas españoles debemos favorecer a las fuerzas políticas que tratan de cumplir con este precepto constitucional y que abren vías de negociación con todas las creencias religiosas en igualdad de condiciones y oportunidades. Es cierto que el programa electoral del PSOE no recoge la necesaria revisión del Concordato entre el Estado español y el Estado Vaticano, un acuerdo internacional pre-democrático que ningún gobierno democrático se ha atrevido aún a revisar. La Iglesia sigue siendo poderosa y muchos votantes socialistas son católicos. Aún así, las fuerzas políticas progresistas deben ser apoyadas en su intento de democratizar las relaciones entre las distintas confesiones religiosas y el Estado. Por ejemplo, el Ministerio de Justicia del gobierno socialista ha creado durante la pasada legislatura la Fundación Pluralismo y Convivencia, un granito de arena que trata de paliar la desigualdad en materia de financiación a las confesiones religiosas minoritarias. Un granito de arena que sería impensable con un gobierno del PP.

Aún queda un largo camino para que los principios constitucionales, en materia de libertad e igualdad religiosas, pasen del papel escrito a la práctica cotidiana. Si el español es un Estado aconfesional, ¿por qué permanecen los crucifijos en muchas aulas de las escuelas públicas? ¿por qué los ministros y los altos cargos juran o prometen sus cargos delante de un crucifijo? ¿por qué la práctica religiosa de la familia real (bodas, bautizos, funerales, etc.) sigue siendo presentada ante la opinión pública como asunto de Estado? ¿por qué la corona real estampada en la bandera que se supone representa a todos los españoles sigue ostentando en su cima una cruz? ¿por qué los ritos católicos siguen estando presentes en los grandes acontecimientos del Estado?

No será con el PP con quien avanzaremos hacia ese estado laico y aconfesional en el que el estado se relacione con todas las confesiones religiosas en igualdad de condiciones. Y si bien es cierto que los pasos del PSOE en ese sentido son todavía tímidos, muchos dirigentes socialistas están aguardando las circunstancias propicias para caminar en esa dirección. Y la circunstancia más propicia es la victoria electoral con una mayoría holgada o con una mayoría simple que obligara al PSOE a pactar con Izquierda Unida, por ejemplo, quizá la formación política que más claramente defiende la separación entre Iglesia-Estado y el establecimiento real de un Estado laico y aconfesional.

Por ello, respetando la libertad de voto y de conciencia de cada uno, hago un llamamiento a todos los miembros de la Comunidad Budista Soto Zen, a todos los practicantes budistas y a los simpatizantes españoles del budismo, a todos los defensores de la libertad y de la igualdad de todas las confesiones religiosas ante el Estado y ante la sociedad española, para que el próximo día 9 de marzo voten por un gobierno socialista.
La respuesta fue:

Querido compañero *****, hay cada día en mi vida menos cosas en las que creer; cuando confías en algo, de pronto aparece algo te golpea y te hacer perder la confianza y con ella la sonrisa en una vida plena.

Hoy leyendo en una de tus páginas Web, haces una apología política que me ha hecho sentirme muy triste.

Has metido en un saco a mucha buena gente que ha dado y está dando su vida por el budismo y el Zen, y que no tienen nada que ver con el Opus Dei, ni el nacional catolicismo.

Qué te ha pasado...

Las personas como yo, votamos a los partidos cuando lo hacen bien y no por convicciones prehistóricas. Unas veces votamos al PSOE, otras al PP, porque en ello nos va nuestra vida y el día a día.

Hay gente maravillosa en el PSOE, al igual que la hay en el PP y el Budismo y el Zen no necesitan de la política para estar ahí, a no ser que queramos convertirnos en lo mismo que repudiamos.....

Me entristece que ahora el Zen y el Budismo esten en la cartera de servicios de la Política.

Creo que como te pasó ya de joven a tí, me ha pasado hoy al leer este artículo tuyo; me he desencantado tanto, me ha dolido tanto mi corazón......

Adios y suerte con tú política, pero yo no soy una oveja........

Sobran más explicaciones.

Gracias a todos por estar ahí fuera.

4 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Excelente respuesta, respetuosa y concisa.
Votar a determinado partido a causa de nuestras creencias religiosas es dar un paso atrás en la historia.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es cierto, no somos ovejas y votamos o dejamos de votar con arreglo a lo que sintamos en ese momento y lo que nos parezca, independientemente del partido.
No olvidemos que fácilmente podemos convertirnos esclavos de una ideología, religión... incluso de nostros mismos.

Un besillo.

mariola dijo...

Hola:
Las ideas políticas de cada uno son propias, y considero que ni dentro de ese entorno, ni de ninguno, se debe hacer apología de las ideas de cada uno. Llámese escuela, televisión, incluso reuniones.
Votar a uno u otro partido es decisión de cada uno, que, como bien dices, más depende en ocasiones de cuestiones prácticas que de ideales.
No entiendo que se puedan mezclar así las cosas, porque como bien titulas, son agua y aceite y así, separados y en el respeto mutuo, deberían permanecer.
Un abrazo a todos.

Silvi (reikijai) dijo...

Tenemos los seres humanos, la particularidad de mezclar todo.
Y lo único que hacemos… minar el camino… “religión y política”…
Son bombas de tiempo… cada una debe caminar sola… a la historia
Me remito… juntas las calamidades que han hecho… Luís Miguel…
Hiciste lo correcto. … Te dejo Un Beso. … Silvi.